Fantasmón del monte. Este fantástico del área guaraní. Se lo representa como un hombre de talla gigantesca, monstruoso y velludo, que fuma una pipa hecha con un cráneo y una tibia humanos, y devora a la gente chupándola. Sólo descarta los intestinos, que deja desparramados por el suelo. Bueno, ésta es la más terrible caracterización que se le conoce. En Rio Grande do Sul se lo concibe como una mujer, dueña y protectora de los animales del monte. Si un cazador le cae bien, puede ayudarlo a conseguir una presa. De lo contrario, atajará a los perros, garroteándolos invisiblemente hasta que se revuelquen de dolor, permitiendo así que los animales perseguidos se pongan a salvo. Se lo pinta asimismo como un gigante velludo y de gran cabeza, que vive en los montes y se come crudos a los animales que el hombre mata pero no encuentra, o huyen heridos para morir lejos del cazador.
La leyenda que se conoce en Corrientes y Misiones lo presenta por lo regular corno un hombre velludo que se aparece a los cazadores montado en el último pecarí de la piara que están exterminando, para dejarlos idiotizados para siempre o traerles otras desgracias. Por eso muchos se cuidan de incurrir en tales exterminios.
Esta leyenda, como la de todos los dueños y protectores de las distintas especies animales, apunta a la preservación de un recurso natural, y con ello del equilibrio ecológico.
A veces el Caá-Porá se convierte en simple Póra o fantasma que se aparece en el monte, con la forma de cerdo o perro que echa fuego por la boca y aterroriza así a los animales.
Adolfo Colombres – Seres Sobrenaturales de la Cultura Popular Argentina – Ediciones del Sol – 1984