También en aquellos años, los hermanos Pedro y Ernesto Michaux agregaron a la versión original dos pedales en la rueda delantera, que era mucho más alta que la trasera. Fue el primer aporte importante a la búsqueda del desplazamiento mecánico.
La Primera Bicicleta del Alemán Drais
La Bicicleta
Finaliza el siglo XVIII también llamado de Las Luces, por los avances en materia científica, filosófica y política. En ese contexto marcado por la Revolución Industrial cuyo principal logro fue el uso del vapor como fuerza motriz, florece también una multitud de inventos e ingenios mecánicos.
Uno de ellos cuyo origen humilde y de dudosa practicidad no le auguraba un futuro prometedor, es la bicicleta. Si bien se sostiene que el talentoso Leonardo Da Vinci a finales del siglo XV produjo el diseño de una pieza que podría considerarse una proto-bicicleta que no pasó del boceto, en 1790 el francés De Siorac construyó la primera “bici” prehistórica. El artefacto era de madera, dos ruedas con rayos del mismo material, un tirante que lo atravesaba y donde a modo de asiento, se colocaba una almohadilla. Faltaba el manubrio (sólo dos “manijas” para apoyar las manos) y no podía girar. El mayor inconveniente, es que carecía de transmisión para traccionar las ruedas y el pasajero, debía impulsar el vehículo ¡apoyando los pies en el suelo!. La imagen que brindaban el aparato y su conductor, era algo así como un hombre caminando sentado. Por supuesto, no se apreciaba su utilidad y pasó a la historia con el nombre de “celerífero”.
El mismo De Siorac habría afirmado que sólo lo construyó para divertirse, pero otras miradas inteligentes imaginaron nuevas posibilidades.
Así fue que en 1817 el alemán Karl Frliher Von Drais, armó lo que luego se definió como la primitiva bicicleta. Le agregó un asiento y un manubrio permitiendo así, cambiar la dirección sin necesidad de bajar y girar todo el vehículo. El aparato le valió a su inventor el título de Profesor de Mecánica; y esa “bici” conocida como “draisina”, echó a andar por todo el planeta en múltiples versiones.
También en aquellos años, los hermanos Pedro y Ernesto Michaux agregaron a la versión original del alemán, dos pedales en la rueda delantera, que era mucho más alta que la trasera. Fue el primer aporte importante a la búsqueda del desplazamiento mecánico. Más tarde, los franceses Guilmet y Mayer inventaron la cadena, resolviendo definitivamente el problema de la transmisión y a su vez, obtuvo mayor velocidad con menor esfuerzo.
El Velocímetro de Pierre Michaux
En 1865 de la misma fábrica de bicicletas montada por los Michaux, habrían salido las primeras ruedas metálicas con llantas de goma maciza, aparecen los frenos y otros elementos que mejoran la seguridad y comodidad del ciclista. Al antiguo velocípedo se lo comienza a llamar bicicleta.
Pero la coronación de la larga zaga de mejoras incorporadas al invento, llega con la creación del escocés John Boyd Dunlop. Este veterinario desarrolla el neumático, un tubo de goma lleno de aire que se instala entre la llanta y la cubierta, y que amortigua notablemente las sacudidas que sufren los vehículos al desplazarse sobre superficies irregulares. El invento de Dunlop se incorporó a bicicletas y más adelante a automotores y a cuánto vehículo contara con ruedas apropiadas.
Y otras de las derivaciones impensadas que remiten a las bicicletas, es la imagen del primer automóvil que Karl Benz con motor a nafta creado por Gottlieb Daimler, patentó en 1886. El vehículo aparenta ser un gran triciclo con dos enormes ruedas metálicas traseras y una más pequeña delantera. Completa el conjunto un manubrio, un asiento para dos o tres personas y el motor montado en la parte posterior. Por supuesto, sin carrozar. Aquel frágil triciclo iniciaba una revolución en el transporte automotor que todavía no terminó.
Claudia – Junio 1957
En nuestro país la bicicleta es un vehículo muy popular para múltiples usos: deportivo, mensajería, transporte, seguridad y otros. Diferentes organizaciones y también usuarios autoconvocados, realizan frecuentes bicicleteadas en las grandes ciudades y raids en las rutas argentinas e internacionales.
Una de las reuniones masivas más convocantes es la Bici Peregrinación a Luján, que miles de devotos de María suelen realizar días después de la gigantesca marcha a pie llamada Peregrinación Juvenil a Luján, que anualmente cumplen cientos de miles fieles.
Otro avance para incentivar el uso de bicicletas en la congestionada Ciudad de Buenos Aires, fue la construcción de bicisendas en gran cantidad de calles y la oferta de esos vehículos, por parte del gobierno porteño. En puntos de gran concentración de público, el pasajero puede alquilar o también usarlas gratis por un período de tiempo determinado. Se obtiene mediante el uso de una aplicación para desbloquear la máquina y hay distintos planes para acceder a ellas.
Al margen de las ventajas indudables que brinda la bicicleta, existen también los problemas de tránsito que a diario se plantean con el transporte automotor, conflicto que implica también según los choferes, a “motoqueros” con sus veloces desplazamientos, a veces zigzagueantes y realizando maniobras que comprometen la seguridad del tránsito. Pero es ocioso señalar la cantidad de automóviles que a plena luz del día violan luces rojas, colectivos que se detienen lejos de la acera e incidentes que a diario, se observan en muchas arterias de la gran ciudad.
El debate sigue abierto y el punto de vista varía según el interés de cada sector comprometido.
Lo que está claro es que existe una normativa muy amplia para que las bicicletas y el tránsito en general, se desplacen en forma ordenada. La Ley Nacional de Tránsito 24.449 y el Código de Tránsito y Transporte porteño (Ley 2.148), incluyen todo tipo de vehículos; y para bicicletas en particular, el Código recuerda en un extenso catálogo que está penado cruzar semáforos en rojo, hablar por celular conduciendo, hacer wheelie (alzar la”bici” sobre la rueda trasera cuando está circulando), mayores de 12 años no deben andar por la vereda, y otras infracciones numerosas que vemos a diario y que parecen naturalizadas.
También vale mencionar que el subte pueden utilizarlo los ciclistas fuera de horarios pico y bajo determinadas condiciones.
Más allá de la dificultad que representa movilizarse en bicicleta en CABA, es saludable ver que crece el número de usuarios de todas las edades, por los beneficios que aporta a la salud, a la integración social mediante la gran cantidad de comunidades de ciclistas y un tema no menor, ahorro en gastos de transporte.
También es justo mencionar a dos ciclistas que en las Olimpíadas de Pekín – 2008 obtuvieron en toda la historia del ciclismo argentino, la Primera Medalla de Oro para nuestro país. Son ellos: Juan Curutchet y Walter Pérez. Para ellos, nuestro reconocimiento.
Caloidoscopio – Noviembre 1978
La Bicicleta Blanca
Recitado:
Lo viste. Seguro que vos también, alguna vez lo viste.
Te hablo de ese eterno ciclista solo, tan solo,
Que repecha las calles por la noche.
Usa las botamangas del pantalón bien metidas en las medias,
Y una boina calzada hasta las orejas, ¿te fijaste?…
Nadie sabe de dónde cuernos viene; jamás se le conoce a dónde diablos va.
De todos modos, si lo vieras pasar, miralo con mucho amor.
Puede que sea, otra vez…
El flaco que tenía la bicicleta blanca
Silbando una polquita, cruzaba la ciudad,
Sus ruedas daban pena, tan chicas y cuadradas
Que el pobre se enredaba la barba en el pedal.
Llevaba de manubrio, los cuernos de una cabra,
Atrás, en un carrito cargaba un pez y un pan,
Jadeando a lo pichicho, trepaba las barrancas
Y él mismo se animaba, gritando al pedalear:
“¡Dale, Dios!… ¡Dale, Dios!,
meté, flaquito, corazón.
Vos sabés que ganar
no está en llegar, sino en seguir”
Recitado:
Todos, mientras tanto, en las veredas,
Revolcándonos de risa
¡Lo aplaudimos a morir!
Y él, con unos ojos de novela
Saludaba, agradecía y sabía repetir…
“¡Dale, Dios!… ¡Dale, Dios!
¡Dale con todo, dale Dios!”
Recitado:
Pero, cierta noche, su horrible bicicleta con acoplado
Entró a sembrar una enorme cola fosforescente…
¡Increíble! los pungas devolvían las billeteras en los colectivos,
Los poderosos terminaban con el hambre,
Los Ovnis nos revelaban el misterio de la paz,
El intendente en persona rellenaba los pozos de la calle.
Y hasta yo, pibe, yo que soy las penas, lloré de alegría
Bailando bajo aquella luz, la polka del ciclista…
Después, no sé, te juro, por qué siniestra rabia,
No sé por qué lo hicimos, ¡Lo hicimos sin querer!,
Al flaco, pobre flaco, de asalto y por la espalda
Su bicicleta blanca le entramos a romper.
Le dimos como en bolsa, sin asco, duro, en grande,
La hicimos mil pedazos y al fin, yo vi que él,
Mordiéndose la barba gritó: “¡Que Yo los salve…!”
Miró su bicicleta, sonrió, se fue de a pie.
Recitado:
Mi viejo Flaco nuestro que andabas en la Tierra
¿Cómo te olvidaste que no somos ángeles, si no hombres y mujeres?
Flaco, no te pongas triste,
Todo no fue inútil
No pierdas la Fe.
En un cometa con pedales,
¡Dale que te dale!
Yo sé que has de volver.
Canción – 1970
Letra : Horacio Ferrer (Horacio Arturo Ferrer)
Música : Ástor Piazzolla (Ástor Pantaleón Piazzolla)
El Ángel de la Bicicleta
Cambiamos ojo por cielo
sus palabras tan dulces, tan claras
cambiamos por truenos
Sacamos cuerpo, pusimos alas
y ahora vemos una bicicleta alada que viaja
por las esquinas del barrio, por calles
por las paredes de baños y cárceles
¡Bajen las armas
que aquí solo hay pibes comiendo!
Cambiamos fe por lágrimas
con qué libro se educó esta bestia
con saña y sin alma
Dejamos ir a un ángel
y nos queda esta mierda
que nos mata sin importarle
de dónde venimos, qué hacemos, qué pensamos
si somos obreros, curas o médicos
¡Bajen las armas
que aquí solo hay pibes comiendo!
Cambiamos buenas por malas
y al ángel de la bicicleta lo hicimos de lata
Felicidad por llanto
Ni la vida ni la muerte se rinden
con sus cunas y sus cruces
Voy a cubrir tu lucha más que con flores
Voy a cuidar tu bondad más que con plegarias
¡Bajen las armas
que aquí solo hay pibes comiendo!
Cambiamos ojo por cielo
Sus palabras tan dulces, tan claras
cambiamos por truenos
Sacamos cuerpo, pusimos alas
y ahora vemos una bicicleta alada que viaja
por las esquinas del barrio, por calles
por las paredes de baños y cárceles
¡Bajen las armas
que aquí solo hay pibes comiendo!
Letra y Música: León Gieco
Por favor, Perdón y Gracias
2005