Que nuestra vida no se torne triste; y si nos podemos llamar «buenas personas», que en cada despertar nos encontremos ante una persona que merece la pena compartir momentos; porque “Amar significa no tener que decir nunca lo siento”.
Por Claudio Valerio
¿Cuál ha sido nuestro propósito espiritual durante nuestra caminata por la vida? ¿En que hemos empeñado los talentos que hemos recibimos? ¿Qué hemos hecho nosotros
Para con los demás? ¿Cuántas fueron las muestras de amor al prójimo realizadas en nuestro día a día?
Demostremos con nuestros actos que estamos vivo y que, a diario, nos regocijamos de felicidad, impartiendo lo maravilloso que hemos recibido de la vida… Que nuestra vida espiritual no esté petrificada, que nuestro corazón no esté petrificado.
Que nuestra vida no se torne triste; y si nos podemos llamar «buenas personas», que en cada despertar nos encontremos ante una persona que merece la pena compartir momentos; porque “Amar significa no tener que decir nunca lo siento”.
Nuestro poeta Eryuris Zamora Arredondo nos hace referencia a algo delicioso y realizado con amor para nosotros… Que nuestra vida no está apagada, que nuestra vida valga la pena ser vivida con amor.
Mujer de Arena
(Romance)
Autor: Dr, Eryuris Zamora Arredondo, La Ceiba-Holguín-Cuba
Mi pecho aguarda una playa,
con olas muy cristalinas,
de arenas blancas que espuman,
cocoteros a su orilla,
cada noche cuando sueño,
me transporto allí enseguida,
y en el vaivén de las olas,
te dibujo tu sonrisa,
meto manos, en la arena,
mojo en aguas muy salinas,
y doy forma a tu silueta,
mujer bella que me inspiras,
cierro al lapso, con mis ojos,
frente a ti, mi piel se eriza,
tú, con cabello dorado,
y zafiros en pupilas,
tan hermosa que embeleso,
y me ignoto a tus caricias,
beso tus labios que esparcen,
una lluvia entre la brisa,
rezongante yo y cuitado,
pierdo cándido tus fibras,
y despierto con mi pecho,
palpitando a tu partida.