Verano de 1926, aparece un grupo de niños internados durante un paseo al Club de Polo Los Indios en Quiles, provincia de Buenos Aires.
Todo es Historia – Mayo 1994
En mayo de 1892, un grupo de 59 vecinos fundó el Patronato de la Infancia. Uno de sus objetivos fue facilitar el desarrollo físico, moral e intelectual de los niños abandonados- comenzó a lograrse con las colonias de veraneo.
La Foto Historia del Mes
En el Buenos Aires de hace doscientos veinte años, algunos niños no se alimentaban, sino que, abandonados o indefensos, servían como alimento de los perros. El virrey Vértiz debió conmoverse por el patético cuadro pintado por vecinos que reclamaban medidas para detener a la muerte que, ayudaba por el hambre y el frio, se cobraba la vida de esos pequeños desvalidos.
A fines del siglo XIX, la situación de la niñez desamparada, aunque exenta de esa ferocidad, distaba mucho de haber mejorado. El rápido crecimiento de la población, y las limitadas posibilidades de satisfacer sus necesidades, multiplicó y extendió esos males. A los problemas del hambre y el abandono se añadieron los de la promiscuidad, y hacinamiento, las pestes y el deterioro del ambiente.
La solidaridad de instituciones y algunas personas comenzó a manifestarse organizadamente.
En mayo de 1892, un grupo de 59 vecinos fundó el Patronato de la Infancia. Uno de sus objetivos fue facilitar el desarrollo físico, moral e intelectual de los niños abandonados- comenzó a lograrse con las colonias de veraneo.
En esta foto, del verano de 1926, aparece un grupo de niños internados durante un paseo al Club de Polo Los Indios en Quiles, provincia de Buenos Aires.
Todo es Historia – Mayo 1994 – Idea y Producción Felicitas Luna
En 1958 Armando Tejada Gómez creó la poesía «Hay un Niño en la Calle», pasaron años y sigue siendo actual su letra…
A esta hora exactamente,
hay un niño en la calle…
¡Hay un niño en la calle!
Es honra de los hombres proteger lo que crece,
cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,
evitar que naufrague su corazón de barco,
su increíble aventura de pan y chocolate
Poniéndole una estrella en el sitio del hambre
de otro modo es inútil, de otro modo es absurdo
ensayar en la Tierra la alegría y el canto,
porque de nada vale si hay un niño en la calle
No debe andar el mundo con el amor descalzo
enarbolando un diario como un ala en la mano
trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,
golpeándonos el pecho con un ala cansada.
No debe andar la vida, recién nacida, a precio,
la niñez arriesgada a una estrecha ganancia
porque entonces las manos son inútiles fardos
y el corazón, apenas, una mala palabra
Pobre del que ha olvidado que hay un niño en la calle,
que hay millones de niños que viven en la calle
y multitud de niños que crecen en la calle.
yo los veo apretando su corazón pequeño
Mirándonos a todas con fábula en los ojos
un relámpago trunco les cruza la mirada,
porque nadie protege esa vida que crece
y el amor se ha perdido, como un niño en la calle