Conociendo la Cuba Literaria
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Cuba y el Valor de la Amistad
El Dr HC en Literatura Javier Gort Lemus, comparte poemas del poemario aún inédito "De los nuevos rostros que respiro"
Cuba y el Valor de la Amistad

Cuando ella salió el Señor le dijo: » Soy el señor Lee, el año pasado a esta hora usted me salvó la vida y vine a decirle gracias por el año que me regaló». Su esposa y él abrazaron a Leandra y le dio un regalo. Leandra quedó muy conmovida.

Por Claudio Valerio

Cuba y el Valor de la Amistad; una Historia para ser Contada
El agradecimiento es una actitud que muchos olvidan pero que el acto mismo encierra un milagro. ¡Dar gracias, encierra un milagro!… Nunca olvidemos ser agradecidos.


La historia en cuestión tiene como protagonista a Leandra Lynch, una joven que acababa de terminar la residencia médica en el hospital de Woodland Hills, California. Siendo ella la miembro del equipo de residencia con menor tiempo, no podía escoger turno, por lo que le correspondió hacer guardia en la noche de un 24 de diciembre de 1980. A las 9 en punto de la noche llegó la ambulancia con un pálido y muy asustado hombre de unos 65 años, quién había sufrido un infarto. La joven residente le atendió con mucho amor y cuidado y al día siguiente, cuando ella termino la jornada en emergencias, lo encontró dormido pero ya restablecido.

Al año siguiente, nuevamente le correspondió a Leandra la guardia el 24 de diciembre… A las 9 de la noche le informaron que una pareja deseaba verla.

Cuando ella salió el Señor le dijo: » Soy el señor Lee, el año pasado a esta hora usted me salvó la vida y vine a decirle gracias por el año que me regaló». Su esposa y él abrazaron a Leandra y le dio un regalo. Leandra quedó muy conmovida.

El año siguiente cumpliendo guardia nuevamente el Señor Lee llegó a las 9 de la noche esta vez con un niño de brazos. Quería mostrarle su nieto y agradecerle otro año de vida… Durante 13 años el Señor Lee y su esposa visitaron religiosamente a Leandra a las 9 de la noche de cada 24 de diciembre, sólo para decir: «Gracias».

La última navidad que la visitó le regaló una campana de cristal grabada con la palabra «Amistad».

El Señor Lee murió después de trece visitas navideñas al hospital, pero aun hoy Leandra, su familia y sus amigos tocan la campana de cristal que él le regalo a las 9 de la noche de cada 24 de diciembre y brindan por el hombre que jamás olvido volver.

En esta oportunidad el Dr HC en Literatura Javier Gort Lemus, nos comparte estos dos bellos poemas, que pertenecen al poemario aún inédito «De los nuevos rostros que respiro»

I

¡Qué pensar casa mía
cuando se te ve deshecha,
muda ante los tiempos,
infranqueable abismo de no ser un día?

A un sitio solitario que se ha hecho cuerpo mío,
latigazos en sombras
vivir por estas rarezas del aire,
puede ser el ahora.

Nuevos rostros existen y se respiran,
los nombro ilusiones en escalas.
Y siguen ahí difuminando el alma
por la existencia de nuevos crepúsculos.

No sé casa mía, o cuerpo, o materia que soy,
a qué sueño he de existir lo que quiero
si lo que quiero aún puede ser no escrito desde el mañana.

Casa mía sin luz,
desconocida gota que emigra su aire,
ábrete a los cambios con los que respira
este hálito nuevo que ya te hace latir.

II

Mañana no puede ser
que se levanten nuestros rostros en mágicos silencios,
que llegue la vida a ser un constante golpe
y no se respire la quietud
como máscara aplaudible de la soledad.

Mañana no puede ser
un negarse a las fuerzas que desconocemos
y que quieren gritar de las plazas vacías en mi ciudad humana,
si aún para vivir han de multiplicarse
los tiempos que se rinden
uno a uno ante los porrazos del ayer.

Mañana no puede ser un éxodo constante,
una razón para poner en riesgo
todos los aires que no han sucedido
su germinar en este patio nuestro.

Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios les bendiga, les sonría y permita que prosperen en todo, y derrame Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
®. Valerius.

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