Cuando en Europa se estrenó la ópera-rock Evita, en nuestro país hubo inmediatas repercusiones.
Los seguidores de Eva Perón consideraron el contenido de la obra como agraviante a la memoria de Evita y desde la vereda opuesta, se apeló a la libertad de expresión para justificar la puesta en escena de ese discutible espectáculo. Esta confrontación volvió a repetirse años más tarde, cuando el director de cine norteamericano Alan Parker y su trouppe, encabezada por la actriz y cantante Madonna, desembarcaron en Buenos Aires. El equipo estadounidense en los años noventa vino a la Argentina, a realizar una versión fílmica de la famosa ópera-rock. Entonces, muchos paredones porteños y del conurbano bonaerense, aparecieron pintados con leyendas que repudiaban ese emprendimiento artístico; firmadas por agrupaciones peronistas. No obstante, el presidente Carlos Menem facilitó la Casa Rosada para la filmación de algunas escenas histórica en las que Madonna interpretaba a Eva Perón.
Pero antes de esos publicitados trajines, en septiembre de 1985 se puso en escena en un teatro porteño una adaptación de esa ópera rock; la nueva versión se titulaba “Hello, Plastic”. La obra se estrenó en el teatro La Capilla de Suipacha al 800, en pleno centro de la capital. La interpretaba el grupo teatral Plastic Show y en el elenco trabajaban los travesti conocidos como: Gogó Strass, Glenn Show, Lord Cheselin, Brill Cream y Mariquita Boop.
El argumento criollo, como el de la versión original, daba un polémico perfil de quién fue considerada por muchos argentinos como una personalidad digna de veneración y respeto. Así fue que en la noche del 14 de septiembre de 1985, siendo aproximadamente las 22.30, más de cien personas llegaron todas juntas al teatro. El personal del local, sospechando de las intenciones de los supuestos espectadores, argumentó que no quedaban más entradas, invitando al inusual número de concurrentes a retirarse y volver otro día.
Siguió luego una situación confusa en la que (según testigos) algunos travestis, que estaban en la puerta, se habían sentido ofendidos por los modales de las inesperadas visitas, prorrumpiendo en gritos y expresiones hostiles. Así se generó una verdadera batahola en la que participaron también los actores, que agravaron la trifulca arrojando objetos contundentes contra el público en general.
El desorden se generalizó y fueron destruidos decorados y los cristales de la boletería. Desatada la batalla, un importante grupo de mujeres comenzó a cantar:
“Ni porno ni coca / Evita no se toca”
Con el simple estribillo en el cántico “Ni porno ni coca / Evita no se toca” –contra la ópera rock actuada por un grupo de travestis- la muchedumbre parecía enfrentar a la consigna universalizada: Sexo – Droga y Rock and Roll.
Mientras varios visitantes forcejeaban con personal de la comisaría decimoquinta, algunos actores que se habían refugiado en los camarines gritaban que se estaba coartando su libertad. En medio de los destrozos, una pintada en aerosol sobre una pared del teatro proclamaba: “Evita fue vengada”. Con la conocida P dentro de una V.
El saldo del inusual episodio fueron quince personas detenidas además de los serios daños que sufrió el local. En medio de tensiones y de la confusión que siguió a la accidentada muestra teatral, algunas mujeres manifestaban indignadas que la intromisión se debió a la decisión de repudiar lo que consideraban un agravio a Eva Perón; exigiendo el mismo tratamiento que se tienen con otras figuras históricas y se identificaron como mujeres peronistas provenientes de distintos municipios bonaerenses. Más tarde se hicieron presentes en esa comisaría para interesarse por la situación de los detenidos, dos diputados nacionales y un concejal justicialista.