Corrían los últimos días de 1977 y la Argentina, bajo la dictadura de Jorge Rafael Videla, se encaminaba a la realización de su primer Campeonato Mundial de Fútbol. El máximo evento del fútbol del planeta, más allá de las expectativas generadas en un pueblo como el latinoamericano en general y el argentino en particular, que aman profundamente ese deporte, para los mandantes del gobierno dictatorial se trataba de una prueba difícil de enfrentar desde el punto de vista mediático, ya que las denuncias por las violaciones a los derechos humanos en nuestro país, recorrían el mundo.
Pese a todo, el clima mundialista se iba instalando y los pormenores de la justa deportiva ganaban la atención de los aficionados y la prensa especializada. En ese clima crecientemente futbolero, un italiano que por entonces contaba 37 años llamado Roque Mellace y que desde los quince residía en Villa Ballester, recibió de su vecino Enrique Núñez – uruguayo y martillero público, a la sazón entonces, con 47 años – una letra mundialista sencilla, que entonada por una presunta hinchada alentaba a la Selección Nacional:
“Vamos, vamos Argentina
vamos, vamos a ganar.
Que ésta barra bullanguera
No te deja, no te deja de alentar.”
La pieza fue entregada a un arreglador musical quien a su vez, habría sido el responsable de hacerla circular sin conocimiento de los autores. El tema había quedado listo en diciembre de 1977 – con letra y música – e inmediatamente lo registraron en SADAIC, la institución responsable de velar por los derechos de autores y compositores.
Pero la sorpresa de ambos fue mayúscula cuando escucharon en los medios de comunicación su propia obra. Entonces intimaron a SADAIC para que les liquidara sus derechos de autor. La transmutación de ‘barra bullanguera’ por ‘quilombera’, “Fue un agregado de la tribuna. No tiene importancia”; afirmó Mellace desestimando la presunta espontaneidad del cántico. Ante el reclamo, SADAIC comenzó en 1978 a abonar derechos a Mellace y Núñez. Pero paralelamente y según habría sostenido el director de la entidad Guillermo Ocampo, “Los verdaderos autores fueron Juan Carlos Zaraik Goulu, Fernando Sustaita – quien a fines de los años ’60 formó el célebre dúo ‘Bárbara y Dick’ con Bárbara Bourse – y Ernesto Olivera.” Según dicha fuente, esas personas habrían registrado la canción como ‘Argentina, vamos, vamos.’ A su vez, contaba con el subtítulo ‘Vamos, vamos, Argentina.’ Éste entrecruzamiento de nombres o versos, sería lo que causó la confusión – si efectivamente se trata de versiones paralelas – entre ambas letras y sus consecuencias sobre la propiedad intelectual.
Otro elemento que enreda aún más la situación, es que SADAIC reconoció como autores a Zaraik Goulu, Sustaita y Olivera, – quienes cobraron derechos de autor – pero también abonó derechos a Mellace y Núñez alternativamente durante algunos años. El tema fue a parar a la justicia y luego de veinte años de trámites, la Sala C de la Cámara Civil reconoció como autores a los demandantes Roque Mellace y Enrique Núñez, ordenando a SADAIC la liquidación de las diferencias no abonadas. Más allá del reconocimiento definitivo de quienes son los padres de la criatura, el “Vamos, vamos Argentina…” ya es parte del acervo popular.
Libro Cánticos Populares – Roberto Bongiorno – Editorial Biblioteca Nacional – 2015