Cada civilización, periodo cultural o ciclo pasado nos ha legado un plexo de reglas, modos, prácticas, cualidades explícitas e implícitas, que trasmiten una ética y estética de vida. La modernidad de cada época se expresa en un conjunto de reglas acorde a la idiosincrasia de ese pueblo, lo autóctono, el clima, las creencias religiosas existentes, hasta ahora fueron afectadas pero sin alterar sus valores permanentes que definen a la nación autónoma. El aluvión tecnológico ha alterado nuestras vidas sin quererlo, los valores y reglas de la sociedad están siendo innovados y no tenemos certeza de las intenciones de quienes lideran y ejecutan los cambios.
Podemos conjeturar que es un paisaje lejano, pero la tecnología crece exponencialmente, lo que hace que no alcancemos a advertir la metamorfosis a producirse en los próximos años, estamos acostumbrados a proyectar linealmente nuestro pasado en función de los acontecimientos futuros. Es cambiar la posición subjetiva comenzar a tener una posición diferente respecto al futuro. Uno de los efectos es que la mayoría de las personas actualmente intuye que están fuera del tiempo y de la cultura que los formaron, es decir, tienen la sensación que está frente a acomodamientos y ajustes globales que modelan el orden local y mundial.
Tal cual estamos percibiendo, esta vez es diferente, podemos teorizar que afectará en forma más rápida a sectores más desarrollados y acomodados, porque tienen significativo poder adquisitivo y, por lo tanto, mayor acceso; asumimos que para ellos fue concebido el mencionado aluvión, pero hay que advertir que por otras razones también sucede a la inversa. Una reflexión para asociar, ¿qué es más fácil, generar un nuevo barrio en el Tigre o en la ciudad de Buenos Aires?
Con la tecnología también esa paradoja acontece, como muestra, está funcionando dinero electrónico a través del teléfono móvil en países africanos, un territorio muy aislado de las tecnologías, porque es menos dificultoso que aplicarlo en sociedades complejas.
En países con organizaciones políticas arcaicas, como lo es la monarquía absoluta de Arabia Saudita, se designó a un robot humanoide, Sophia, Ciudadana del mundo, es para- dójico que se produzca en un país donde existe la mayor desigualdad de género en el mundo, donde las mujeres son oprimidas, “Sophia puede pasearse sin velo ni guar- dián”, lo que produjo que en las redes sociales se pregun- taran: ¿cómo era posible que la nueva ciudadana del país tuviera más derechos que sus conciudadanas humanas?
Como sabemos en el mundo hay aproximadamente7.450 millones de personas, un día típico en la vida de Internet está constituido por 207.000 millones de mensajes por correo electrónico enviados, lo que nos da un promedio de 28 mails por habitante en el mundo; 8.800 millones de videos vistos en Youtube, lo que representa 1,18 videos por persona, 4.200 millones de búsquedas en Google, un promedio de ½ búsqueda por persona, también 2.300 millones de gigabytes (GB) de tráfico en la web, 186 millones de fotos en Instagram, 803 millones de tuits, 152 millones de llamadas por Skype, 36 millones de compras por Amazon1.
Estimado lector, al principio de esta obra voy a estar desarrollando algunos conceptos referidos al trabajo, articulándolos con los aspectos sociológicos, geopolíticos, económicos. Luego buscaré familiarizarlo con nociones de física, sociología, política, economía y diversos temas para lograr la ecuación resultante, la intención es narrar algunas de las transformaciones reales y potenciales que están surgiendo en el mundo y su afectación a las comunidades.
Para comprender el nuevo orden socioeconómico mundial es imprescindible conocer conceptos como la red, Internet, Algoritmos, Inteligencia artificial (IA), Aprendizaje automático (Machine Learning), Convergencia, Ciberseguridad, infraestructuras críticas, nuevas tecnologías, economías digitales y su impacto en la Industria y en la sociedad en general, etc., temas que se están debatiendo y es primordial saber qué se dice. Pero también es menester desentrañar el entramado sociológico, la dinámica geopolítica, la proyección económica y el fenómeno financiero mundial, todo ello, fluye y confluye en el naciente siglo.
1. Banco Mundial, 2016, Informe sobre el desarrollo mundial 2016: Dividendos digitales, cuadernillo del “Panorama general”, Banco Mundial, Washington DC.Licencia: CreativeCommons de Reconocimiento CC BY 3.0 IGO.
Por Jorge Ambrosini