La mecánica argentina, en particular la de los automotores, en épocas pasadas tuvo seguidores que adherían a distintas marcas. Basta recordar las fervorosas hinchadas que en las competencias se dividían entre Ford y Chevrolet, en primer lugar.
Para los entendidos en mecánica, con conocimientos más profundos, los motores Perkins fueron un sello de calidad en funciones que excedían largamente la industria automotriz.
Camiones recolectores de residuos, cisternas, frigoríficos, tolvas, volcadores, carga general, más allá de la marca del vehículo, en el corazón solían llevar un motor Perkins; lo mismo que una amplia gama de maquinaria agrícola, grupos electrógenos y cualquier mecanismo que requiriera una fuerza motriz que garantizara determinadas condiciones de funcionamiento.
¿Cuándo aparece Perkins en el universo industrial argentino?
En 1961. Es el año en que se constituye Perkins Argentina, como licenciataria de la británica Perkins Engines Co. a su vez ligada a Caterpillar Inc.; otra empresa de origen estadounidense especializada en maquinaria para construcción, minería y tractores; con una unidad de negocios radicada en Inglaterra, la cual facilitó la licencia a la industria local para replicar los motores originales, con igual calidad.
Dos años antes, en Sao Paulo (Brasil) se inauguró la primera planta Perkins en América Latina, produciendo motores de seis, cuatro y tres cilindros. También México, Perú y Uruguay fabricaron el preciado motor bajo licencia.
La planta industrial Perkins Argentina se establece en Córdoba en el barrio Ferreyra, cerca de los complejos Concord y Materfer de Fiat, que junto a Santa Isabel, donde está radicada Industrias Kaiser Argentina (IKA) luego IKA – Renault, son el corazón de la industria automotriz argentina durante muchos años. En torno a las grandes automotrices, se establece un cinturón de fábricas autopartistas que alimentan las terminales y además, exportan. Esos complejos manufactureros son en aquellos años, la vanguardia de la industria argentina por el valor agregado de sus productos, la tecnificación de su producción y los buenos salarios de los trabajadores, comparados a otras industrias más retrasadas.
Una publicidad gráfica de 1971 de Perkins Argentina SAIC, explica que “Como empresa argentina anunciamos con legítimo orgullo que sesenta mil motores diesel Perkins ya impulsan el progreso del transporte, el campo, la náutica y la industria nacional. Para satisfacer la creciente demanda ampliamos nuestra planta industrial de Ferreyra, Córdoba, en 11,000 m2. e incorporamos maquinaria por 25 millones de pesos ley, lo que nos permitirá duplicar la producción. Es ésta la mejor demostración de la confianza que nos merece a los hombres de Perkins Argentina el futuro del país, y razón más que suficiente para festejar con renovado optimismo el Día de la Industria” (1).
Es por aquellos días que la empresa difunde ampliamente, las bondades del motor Perkins 6 – 354; “Único diésel con 135 HP”; informa. El poderoso artefacto se utiliza en todo tipo de camiones, colectivos, máquinas viales, grúas, tractores y maquinaria agrícola. En éste último rubro, las marcas Vassalli, GEMA y Araus, también utilizaron impulsores Perkins para sus cosechadoras.
A su vez, para mejorar el rendimiento de las pick ups la empresa recomienda incorporar el motor diésel Perkins 4 – 203, que permite al vehículo alcanzar hasta 110 kilómetros por hora, consumiendo sólo ocho litros de gasoil cada cien kilómetros.
En 1997 Perkins Engines Co. quedó definitivamente integrada a Caterpillar Inc. y en nuestro país a partir de 2005, Pertrak S.A. se transforma en la continuadora de Perkins Argentina SAIC. No obstante, cinco años más tarde la firma se reconvierte para dedicarse a la producción de mecanismos para terminales automotrices y autopartes y una línea propia de repuestos. Durante el año 2006 la empresa exportó al Reino Unido siete mil blocks para motores de tres cilindros y hasta el año 2008, todavía fabricaba unos mil quinientos motores Perkins anuales, cuya producción cesó poco después. Las razones las explica un directivo de la firma en el año 2010: “Hace tiempo que la producción de motores había dejado de ser la actividad principal de la empresa; el cambio lo generó el mercado. Los pedidos eran cada vez más chicos y había alcanzado un nivel de actividad insostenible” (2).
En los últimos años la planta cordobesa fabricaba tapas de cilindro para Fiat, Iveco, Renault, Deutz y Volkswagen. También mantuvo la importación de repuestos de Motores Perkins para reposición en el mercado interno.
En un balance provisorio, debemos contabilizar a favor de Motores Perkins, unos cinco mil tipos de aplicaciones en noventa años, abarcando prácticamente todas las actividades que requieran el auxilio de máquinas; desde automotores hasta producción de energía, pasando por industrias, construcción, navegación, el agro y una amplia gama de emprendimientos.
Sumando la producción de Perkins Engine Co. y sus licenciatarias, se estima que unos dieciocho millones de vehículos rodaron por el planeta con ese producto; y en la primera década del siglo XXI alrededor de doscientos mil vehículos seguían circulando en el mundo con motores Perkins.
En la memoria colectiva de los argentinos y en particular, de los amantes de los “fierros”, el motor Perkins ocupa un lugar clave junto a nombres como Torino, Rambler, Falcon o el legendario “Chivo”.
1) Revista Extra – Buenos Aires, Septiembre 1971.-
2) Diario La Voz de Córdoba – 23-02-10.-