En esta expresión, hemos de corregir un concepto equivocado. La palabra ganso, entre los antiguos, significaba algo así como ayo, pedagogo y designaba al encargado de la crianza de los príncipes y los hijos de las familias nobles. Estos gansos cumplían su función con extremado celo, y no resultaba extraño que sus discípulos, al ir creciendo, repitiesen palabras por palabra todas las enseñanzas recibidas. Ese fue el origen de la expresión hablar por boca de ganso con que hoy se censura a la persona que repite lo que ha escuchado, sin discernir y como si fuera su propia opinión, con lo que queda afuera de concurso la creencia que vinculaba a dicha expresión con el ave palmípeda.
Del Diccionario del Buen Decir – Profesor Esteban Giménez – Ediciones Ayui –
Ayo: Del gót. *hagja ‘guardia’.
Persona encargada en las casas principales de custodiar niños o jóvenes y de cuidar de su crianza y educación. – RAE
Hablar por Boca de Ganso Otra Versión
Cuando un ganso grita, todos los demás se pliegan al barullo; pero o es esa manía la que originó el dicho. Hace tiempo se daba también el nombre de “ganso” a la persona que se desempeña como ayo o preceptor. El calificativo zoológico que se endilgaba al maestro nada tiene que ver con las gansadas que podía cometer, se debía a la pluma con que escribía y enseñaba a escribir. Era, como se estilaba entonces, una pluma de ganso. El buen alumno era el que repetía dócilmente lo que su ganso afirmaba. Con el tiempo, el sentido de la frase cambió ligeramente. “Hablar por boca de ganso” equivale a repetir algo de cuya constancia se carece. Quien así habla suele hacerlo con pedantería, respaldándose en el conocimiento de algún otro. No verifica lo que ha oído, ni lo piensa, ni lo critica. Simplemente, habla Y por boca de ganso.
Tres Mil Historias de Frases y Palabras que Decimos a Cada Rato – Héctor Zimmerman – 1999 – Aguilar