Algunas películas nacieron para pasar al estatus de “culto”, sin saberlo obviamente. “Knowing”, dirigida por el artista detrás de la magnífica — y de culto— cinta “El Cuervo”, nació para vivir en aquel nicho tan especial.
“Knowing” es un thriller de ciencia ficción que vio la luz en el 2009, bajo el mando de Alex Proyas. El largometraje tiene se enfoca sobre la intriga, amparado por una premisa apasionante, en donde el misterio y lo sobrenatural se mezclan con el drama y algunos elementos de horror.
La película fue escrita por Ryne Douglas Pearson, en colaboración con el director. Aquí seguimos el camino de John Joestler, un profesor de astrofísica interpretado por Nicolas Cage, quien en aquella primera década del nuevo siglo transitaba una etapa de su carrera en donde aún no había empezado a hacer films de calidad polémica, que lo hundirían en el ostracismo hasta su reciente renacimiento artístico.
El profesor descubre una capsula del tiempo enterrada en la escuela a donde asiste su hijo. Dentro hay un patrón numérico que esconde un secreto abrumador: no son números al azar, sino las fechas de catástrofes accidentales y naturales, junto a las fechas que tendrán lugar. La sucesión de números comienza a obsesionar a Koestler, quien se aboca a una carrera contra reloj, literalmente, para intentar prevenir lo, según su intuición, será un evento catastrófico sin precedentes.
Cage es el punto más destacado de la película. Con su estilo tan particular y reconocible consigue transmitir efectivamente el tormento interno que le provoca ser poseedor de semejante conocimiento. La obsesión, cada vez más intensa, cada vez más debilitante, se canaliza en la vocalización del actor, en sus gestos, en ese rostro altamente expresivo que supo llevarlo a levantar los principales galardones de Hollywood. La intensidad con la cual dota a su personaje aporta credibilidad a una trama que, a medida que transcurren los minutos, se torna cada vez más surrealista e increíble.
El actor es el ancla fundamental para la segunda pata del dúo protagónico, Chandler Canterbury, quien da vida a su hijo Caleb. La relación entre ambos es conflictiva, y el misterio aborda a padre e hijo de forma tal que el destino de ambos está íntimamente ligado al del mundo entero.
Estamos frente a un film peculiar en la filmografía de Proyas, quien había dado dos batacazos de culto con la ya mencionada “El Cuervo” y la infravalorada “Dark City”. La primera pasó a la infamia ya que, durante el rodaje, falleció accidentalmente el hijo de Bruce Lee, Brandon, en un accidente que volvió a cobrar notoriedad el año pasado, cuando Alec Baldwin disparó por error un arma cargada con balas reales en un set, asesinando a una camarógrafa. “Dark City”, un policial noir mezclado con ciencia ficción, pasó casi inadvertida a fines del siglo XX, opacada por el éxito de “Matrix”, cinta que le debe muchísimo desde lo estético y narrativo.
“Knowing” exhibe el talento del director para crear una atmósfera ominosa, oscura, que complementa muy bien con el misterio que propone el argumento. La dirección de Proyas es efectiva, consigue mantener al espectador atento a medida que la trama se desarrolla y las catástrofes crecen en intensidad. Si bien peca de pretenciosa en algunos pasajes, este es un film que intenta aprovechar al máximo una premisa creativa.
Los efectos visuales son efectivos, y aún hoy, catorce años más tarde, se ven espectaculares, sobre todo en las escenas de desastres. El director había probado ser capaz de manejarse con presupuestos relativamente ajustados dentro de largometrajes en donde los efectos especiales y por computadora eran necesarios, y aquí demuestra que con una suma mayor de dinero es capaz de crear escenas impactantes.
“Knowing” es un film ambicioso, que intenta entrar en terrenos metafísicos y filosóficos —otro sello del director— aunque acá termina enredándose un poco en la propia telaraña tejida por el guion. La trama crece en complejidad, pero muchas de las preguntas terminan quedando sin respuestas. Pese a que sabemos que estamos frente a un film de ciencia ficción, al final cuesta creer el desarrollo final de los eventos.
El film de Cage y Proyas fue un modesto éxito en las salas, pero los críticos en su momento parecieron pasar por alto el largometraje. En el 2009 había varias películas que trataban sobre el fin del mundo, profecías apocalípticas, ya que estábamos a tres años del famoso 2012 en donde todo acabaría según el calendario Maya.
El estreno en Netflix revivió el amor por “Knowing”, y le presentó a un nuevo público una película interesante, repleta de buenas intenciones, que entretiene aunque se desvíe del camino, y que es mucho mejor de lo que se dijo en el momento del estreno.
La última palabra, como siempre, reside en el criterio del espectador, quien puede ver uno de los “nuevos/viejos” éxitos de Netflix.