En 1916 Augusto Pedro Berto, al frente de su cuartero, estrenaba el Café Central un tango de su violinista Peregrino Paulos, que llevaba un enigmático título, “6° del R.2” … Sólo el compositor sabía que aquello significaba “Sexta compañía del Regimiento 2 de Infantería”, donde había cumplido su año de servicio militar.
Se trata de una de las páginas más evolucionistas de la Guardia Vieja; la primera y segunda partes contienen escalas ascendentes y descendentes que dan pie para la ejecución de “crescendos” y “decrescendos”, cosa no común en ese periodo del tango. En cuanto a la tercera, completamente melódica- a diferencia de las dos iniciales, rítmicas-, circula en el ambiente la versión de que fue agregada por el violoncelista y contrabajista conocido como “En Alemán Fritz”, cuyo apellido se ha olvidado. Pero no hay más pruebas al respecto.
Ese maestro de historiadores que fue Luis Adolfo Sierra recordaba que “a Maffia le gustaba mucho ese tango y le pidió el original manuscrito a Berto para tocarlo también con su orquesta”.
Sigue asegurando Sierra que Pedro Maffia lo incluyó en su repertorio años más tarde, en 1929, cuando actuaba en el cabaret Pelikan, logrando actualizar el viejo tango.
Cierta noche, se hallaban reunidos varios tangueros. Uno de ellos, Maffia, destacó la calidad del tango de Paulos y acotó: “Nadie sería capaz de atreverse a versificar tan complicada melodía”. Luis Rubinstein, que formaba parte del grupo, le salió al paso: “¡Yo sí!”, respondió sin más.
Uno o dos días después, el letrista le llevó a Maffia los recientes versos del tango, que comenzaba: “Por la senda del dolor/ cruzando en bandada/ los recuerdos del ayer”. La letra calzaba como un guante en la vieja melodías; el único cambio fue que el titulo era ahora “Inspiración”. Pronto lo cantaron Agustín Magaldi, Liberad Lamarque, Alberto Gómez e Ignacio Corsini, que nunca lo llevó al disco. Paulos ni se enteró de todo eso; había fallecido ocho años antes, el 21 de noviembre de 1921.
Roberto Selles
Inspiración
Por la senda del dolor
cruzaron en bandadas los recuerdos del ayer
trayendo en pos
aquel querer
donde quemé
la dulce fe
de mi ilusión
hecha canción;
plegaria en flor
que ayer bordé
en el calor
del cuchitril de bohemia…
Ensueño azul
que me dejó
el sinsabor de mi anemia.
Se tronchó mi corazón
en la esperanza vana que asomara a mi balcón
y que fatal
me trajo el mal…
Recitado
Soplaron vientos de hastío en los valles de mi vida
y trajeron las cenizas de mi lírica ilusión,
hecha carne en las tinieblas de mi juventud perdida
donde murió mi bohemia con mi última canción.
Hoy, la escarcha de los años me blanquearon los cabellos
y estoy solo en la tragedia de mi triste soledad,
pero aún siento la nostalgia de sus negros ojos bellos
a pesar que no tuvieron para mí más que crueldad…
Juventud
que ya se fue
tras el vano sueño azul
de ayer…
Deshojada y mustia flor
de amor…
¡Ilusión
que mató el dolor!
Tango – 1929
Música: Peregrino Paulos
Letra: Luis Rubistein