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¡Yuyo Grande el Ombú!
Árbol genérico, emblemático de nuestras pampas, no es un “árbol clásico”, pues pertenece a la familia de las hierbas
¡Yuyo Grande el Ombú!

Yuyos hay muchos, pero como el ombú, ninguno, y sin embargo, lo es: un yuyo que puede llegar a medir 20 metros de altura y 30 de ancho, y que ha adornado el paisaje de la pampa argentina desde tiempos inmemorables.

Entre los rasgos salientes que el habla popular acuña, resulta muy elocuente la proyección de algunas acepciones, en lo que a significados se refiere: el caso del yuyo es un buen ejemplo.

No solo en la Argentina sino en todo el cono sur de América Latina se da por descontado que el nombre es apropiado casi a cualquier vegetal de color verde; por su parte, el diccionario señala que se trata de un yerbajo, algo casi inútil: veremos que no es tan así.

La más variada gama de infusiones aromáticas, propia de nuestras costumbres, son elaboradas a base de yuyitos, lo que significa entonces que no son tan inútiles ni despreciables.

Los tercios de boldo, de yerba buena, de marcela, de carqueja, etcétera, ocupan en la medicina folklórica un capitulo extensa de probadas bonanzas.

Significa, entonces que yuyo, al menos para nuestros usos y costumbres, no es lo que se dice.

Pero existe otro ejemplo aún más contundente: el phytolacca dioica, que es nuestro conocido umbú, en guaraní, u ombú, en castellano. Foto

Árbol genérico, emblemático de nuestras pampas y gauchos, no es un “árbol clásico”, pues si bien pertenece a la familia de las hierbas, puede alcanzar una altura de 20 metros y una circunferencia de hasta 30 metros, lo que la convierte en gigantesca y…única.

Algo más: suponer una escena en la planicie infinitiva de nuestras pampas es pensar en un rancho, el palenque y, naturalmente, el ombú a su lado.

Pero, qué curioso resulta el tema, porque ese ombú no nació en las pampas, sino que llegó del litoral y se lo plantó en la región: de allí la raíz guaraní de su nombre.

Para cerrar este círculo tan distintivo, digamos que sus flores y frutos- por lo menos, en la creencia popular- tiene propiedades medicinales, pero las sustancias que desprende de noche son muy nocivas. ¿Cómo es posible, entonces, que desde tiempos inmemoriales se lo ubique siempre en la proximidad de las viviendas?
Colección Flolklore Nuestra Música – Tradiciones Argentinas – Fascículo de Perfil Libros – Fotografías CEDOC (Perfil) – Septiembre 1998

Ombú – Phytolacca Dioica:
Hierba gigantesca que crece en Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Buenos Aires, Formosa, Chaco, Santa Fe y Tucumán. Es originario de Corrientes, de las proximidades de la laguna Iberá. Alcanza un extraordinario desarrollo puede decirse en cualquier terreno. Sus hojas tienen propiedades medicinales, pues son purgantes (también lo son las flores y los frutos). Además, sus hojas maceradas con la madera de su tronco se utilizan para la fabricación del jabón.

A su sombra gustaba guarecerse el gaucho, o levantar su rancho, lo que ha dado origen entre los habitantes de nuestras campañas y también de la del Uruguay, a numerosas supersticiones que aun hoy subsisten. Entre las más difundidas se hallan las que le atribuyen grandes virtudes para enamorar, para hacer “daño”, destruyendo hogares, pérdidas de fortuna, etc. La frase que le ha hecho célebre como portador de males es la que dice: “Casa con ombú acaba en tapera”.

La leyenda pampa sobre el ombú, refiere que Umbí, esposa de un cacique cuidaba los primeros cultivos reclama el fuerte brazo de los hombres. Pero la sequía mandada por Gúneche hacia morir todas las plantaciones. Deseosa la india de salvar aunque solo fuera una planta de maíz para que sus granos sirvieran de simiente, se quedó abrazada al débil tallo, y con sus lágrimas regaba la reseca tierra. Compadecido el dios, la transformó en ombú, para que su amplia copa protegiera de los calcinantes rayos la débil planta, que pudo así fructificar. Guillermo Cuadri registra en Minas. Uruguay otra leyenda sobre el ombú.
Diccionario Folklórico Argentino – Félix Coluccio –  Librería El Ateneo Editorial – 1950

Mateda Bajo el Ombú – Colección Centauro – 1952
Copyright by Acme Agency SRL – Ilustración – M. Martínez Parma

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