Si el vino viene, viene la vida, dice la famosa canción, y así lo han entendido generaciones de argentinos, que han hecho del vino un elemento infaltable en la mesa de cada hogar o en la charla de amigos
El suelo, volcánico o de apreciable aridez; una temperatura que manifiesta rigores estacionalmente, con bajo porcentual de humedad, regadíos generosos y una combinación de técnicas milenarias en dosis generosas con el arte sutil y perceptivo, es parte del presupuesto básico que habilita, sin exageraciones, aquello de que, lograda la hilera, al vino se lo puede mirar, oler, sentir, oír y, finalmente, servir.
Una máxima que pone en evidencia a la producción de uva para la elaboración de vinos, gozando de un alto concepto técnico, industrial y artístico, como así también tradicional.
Desde el Siglo XVI se intentó implantar vid en diferentes regiones, estimándose la llegada original en 1556- desde Chile, en viaje a Santiago del Estero, que tuvo como responsable al padre Juan Cidrón pero las condiciones del suelo no facilitaron su desarrollo. En El País de Arena- Cuyo, en mapuche- la situación fue diferente.
En minifundios para consumo limitado en un comienzo; algo mas generoso en su producción artesanal posterior; y logrando pleno desarrollo con los contingentes inmigratorios de Italia, España y Francia en el siglo veinte, la actividad vitivinícola por excelencia de la Argentina se enfocó en Mendoza y San Juan, primordialmente.
Aunque vino también se produce en Salta, Córdoba, Rio Negro, y hasta en la pampa húmeda.
Pero las cepas ingresadas originalmente lograron un esplendido desarrollo en el Oeste nacional.
Salvo la uva Torrontés, cuya falta de parentesco con cepaje alguno hace presumir su estirpe local, especializándose en su producción provincias como Rio Negro, Salta y La Rioja, larga es la tradición de cortes y maduración de los mostros en Cuyo, Empezando por los tintos.
El Malbec: de origen francés, hasta 1968 fue lo mas importante para Mendoza- 50% de la producción total de uva tinta para vino-, hasta se arrancaron más de 20.000 hectáreas para reemplazarlas por uva común, de mayor rentabilidad.
El Cabaret: hay dos tipos, Sauvignon y Franc, siendo el segundo, en calidad, un poco inferior. Su origen es remoto, suponiéndose su entronque en vides salvajes. A nosotros llega desde el sudoeste francés. Es tal vez el vino de mayor alcurnia.
El Pinot Noir: el gran referente de la antigüedad, mencionado incluso entre las bebidas de la antigua Roma, pero también nos llega de Francia. Es un vino de excelente calidad.
El Merlot se estima que el nombre puede ser originario de Francia, inspirado en un pájaro que revoloteaba entre las vides, picoteando uvas, el mirlo- mirle, en francés-. Según los especialistas, es parte esencial de la trilogía de los vinos de Burdeos, junto a los Cabernet y Malbec.
Ahora, el tiempo las uvas blancas.
El Chardonay: es la que comparte con su parienta tinta (Cabernet Sauvignon) la máxima apreciación. Muy utilizada en nuestro país, mimada por enólogos y con raíces francesas centenarias de la región de Champagne y la Bourgogne.
El Riesling; responsable del vino blanco más famoso del mundo, originaria de Alsacia. Existen en nuestro país auténticas cepas de las que se logran blancos de calidad excepcional.
El Chenin; es la que en nuestros medios se la confunde con el Pinot, señalando los conocedores que no existen en la Argentina la auténtica Pinot.
Hay otras variedades utilizadas sin cortes- como el varietal-, a veces no muy famosas, pero integrantes de la diversidad vitivinícola. Con orígenes, también, singulares. La Syrah, por ejemplo, se estima nacida en la ciudad persa de Shiraz o Chiraz, que los Cruzados habrían llevado a Francia cultivándose en el valle de Ródano. Otros sostienen que es de Siracusa (Italia). O de Barbera d’Asti, italiana del Piamonte, extendida en la zona sur de Mendoza, sobre todo en San Rafael.
Conocidos apellidos de la historia, iniciadores del oficio, son hoy marcas, integradas a la vida nacional, ya que por tradición siempre supo identificarse al elaborador junto a “su” vino: Bianchi, Norton, Taso, Graffigna, Canale, Etchart, entre otros.
Tanta es la historia, los efectos, virtudes e inspiración que el vino tiene sobre la humanidad, que solo restaría apuntar su composición básica, determinada por el 85 % de agua, y un 12% de alcohol, restando un 3% para las procianidinas, sustancia que forma parte del colorante del vino y que genera una elastización del sistema vascular y ahuyenta los porcentajes de riesgos de accidentes del corazón. Se menciona el tanto, especialmente de los tintos, como tónico para el aparato digestivo, además del fósforo, sodio, hierro, magnesio y azufre, que ofrecen el aporte de minerales.
Colección Flolklore Nuestra Música – Tradiciones Argentinas – Fascículo de Perfil Libros – Fotografías CEDOC (Perfil) – 1998
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Si el vino viene, viene la vida
si el vino viene, viene la vida
vengo a tu viña tierra querida
vengo a tu viña tierra querida
Quiero morirme cantando
bajo tu parra madura
y que me entierren al alba
regao de vino mi tumba
regao de vino mi tumba
Si el vino viene, viene la vida
si el vino viene, viene la vida
vengo a tu viña tierra querida
vengo a tu viña tierra querida
Quisiera dejar mis huesos
bajo cielo mendocino
que mi sangre y mis cenizas
vuelvan camino del vino
Recitado:
que triste ha de ser morirse
y no volver nunca más
pero es tan linda la vida
pero es tan churo el camino
que si me muero algún día
entiérrenme en Mendoza
en San Juan allá en La Rioja
o en Cafayate la hermosa
que en vino habré de volver
y cuando lloren las viñas
para que rían los hombres
he de volver en las copas
y habré de mojar las bocas
de mis viejos compañeros
o tal vez de la que quiero
y no me pudo querer
y en una noche de farra
cuando llueven las guitarras
si ven al vino llorar
déjenlo llorar su pena
déjenlo llorar su pena
que en la lagrima morena
como nunca he de cantar
La vida es un vino amargo
dulce en jarra compartida
que los que nadan pa dentro
se ahogan solito en la vida
Si el vino viene, viene la vida
si el vino viene, viene la vida
vengo a tu viña tierra querida
vengo a tu viña tierra querida
Canción -2008
Letra y Música: Horacio Guarany