Volver a Confucio, ahora esa movida manda y es materia de culto. Pero hay algo más profundo que una fútil moda en el retorno a las fuentes. Ante todo apunta a recomponer el cuerpo y el espíritu, comprender el sentido de la vida y afrontar con igual entereza sus alegrías y padeceres. Equivale a gritar en caja destemplada que la última reserva moral de la gran nación china está intacta y el orgullo a salvo. Necesaria verdad de modernidad sorprendente revelada para su gente a medio siglo del advenimiento y naufragio del comunismo. Acaso la mayor esperanza de recuperar el tiempo perdido. Al fin y al cabo marchas y contramarchas de una experiencia política, social y económica desbordante, original e incomparable. Ese es el mensaje que ahora flota en el aire como antítesis al nuevo reinado de la economía de mercado y sus mieles agridulces.
Confucio se contrapone a la ética del vale todo, a la justificación para enriquecerse de cualquier moda y a cualquier precio, Criterio que fue moneda corriente en las últimas décadas. Las ideas del padre de la China ancestral, fuente luminosa de pensamiento filosofal, son un nuevo marco de referencia para encuadrar la desmesura del capitalismo. El mejor remedio para encarrilar la conducta de una sociedad expuesta desde hace tiempo a las convulsiones de un parto que comenzó aún mucho antes de Mao Tsé-tung y todavía no ha terminado.
Campesino, agricultor, filósofo, teórico social y fundador de un sistema ético, Kung-tse (Confucio) vivió en la China feudal hace 2.500 años, entre el 551 y el 479 antes de Cristo. Lejos del misticismo y de las creencias religiosas propugnó una filosofía práctica como un método de pensamiento orientado hacia la comprensión de la vida y des tinado a la concordia de uno mismo. El objetivo último del hombre, postula, no es la salvación eterna, sino la sabiduría y el autoconocimiento.
Pero hay más. Fiel a la problemática de su época el confucianismo muestra también vetas absolutistas, ordenancistas y funcionales al poder como un guante. Reivindica, por caso, la existencia de un emperador ungido por mandato del cielo que debe ser obedecido por los súbditos, de la misma forma que un hijo debe obedecer a sus padres y la esposa a su marido. El respeto a los ancianos y la categoría inferior de la mujer en la familia son otras piedras de este montículo que no llegó a demoler ni siquiera la Revolución Cultural, el periodo más radicalizado del comunismo chino, que consideró al pensador como un icono del feudalismo. Por entonces muchos de los templos construidos en su honor fueron destruidos, entre otros la tumba en su ciudad natal en Qufu, provincia de Shandong Pero sus ideas reverdecen como el pasto en primavera.
Los conceptos sobre la importancia de la moral, la ética, la justicia y la rectitud en los procederes, ganan la escena. La vuelta a los valores de Confucio son pan del día para el gobierno, definitivamente apartado del camino que transitaron Deng Xiaoping y Jiang Zemin, para quienes la única meta a lograr era el desarrollo económico sin reparar demasiado en las formas
«Estamos encantados de ver que la gente persigue la riqueza pero también respeta la cultura y la filosofía» ha dicho Xu Youyu uno de los mayores expertos en filosofía confuciana de la Universidad de Pekín. En sus claustros los empresarios aprenden, en cursos de tres días que cuestan mil dólares, a cerrar negocios basados en «buena conducta, sabiduría social, y relaciones apropiadas»
La televisión oficial honra su figura; en las escuelas primarias se ha vuelto a sus métodos de enseñanza y una red de institutos Confucio (al modo del Cervantes o del Goethe) propiciará la divulgación del idioma mandarín y se prepara para abrir sus puertas en las principales ciudades del mundo
A modo de apotegma brillará sus frontispicios una de las frases preferidas del filósofo: “Aprender sin pensar es inútil Pensar sin aprender, peligroso”
Debate – 01-06-06 -Por Lorenzo Amengual
Confucio
Género: Biográfico
Fecha: 2011
Director: Hu Mei
Compañía: FLINS AND PINICULAS
Actores: Zhou Xun , Xun Zhou , Chow Yun-fat , Yi Lu , Quan Ren
Sinopsis:
Confucio se centra en los últimos años de la vida del influyente filósofo chino, periodo que abarca desde su toma de cargo político a los 51, hasta su muerte a la edad de 73 años, época en el que tiene lugar las apoteósica historia de enfrentamientos entre los estados Chinos.
Nacido en el año 551 A.C. murió siendo un hombre muy importante para la cultura china. Era una época donde se libraban innumerables guerras entre los reinos de china. El rey Lu recibe la ayuda de Confucio quien utiliza su inteligencia y carisma para calmar su estado de conflicto interno y guerras interminables. Pero las grandes potencias del estado se sentirán amenazados por el filósofo, por lo que Confucio va en forma voluntaria al exilio.