El día comienza mal para Adela, joven neoyorquina de ascendencia cubana, tras recibir la llamada de su madre. Llevan enojadas más de un año, porque Adela no sólo se ha trasladado a Miami sino que también vive con Marcos, un joven habanero recién llegado a Estados Unidos que la ha seducido por completo y al cual, por su origen, su madre rechaza.
Marcos le cuenta a Adela historias de su infancia en la isla, arropado por un grupo de amigos de sus padres, llamado el Clan, y le muestra la foto de la última comida en que, siendo él niño, estuvieron juntos veinticinco años atrás. Adela que presentía que el día se iba a torcer, descubre entre los rostros a alguien familiar. Y un abismo se abre bajo sus pies.
Como polvo en el viento, la última novela de Padura es la historia de un grupo de amigos que ha sobrevivido a un destino de exilio y dispersión. ¿Qué ha hecho la vida con ellos, que se habían querido tanto? ¿Cómo los ha cambiado el tiempo? ¿Volverá a reunirlos la fuerza de los afectos? ¿O sus vidas son ya polvo en el viento.
Prof. Cristina Eseiza
Diáspora Cubana
Leonardo Padura (La Habana, 1955, premio Princesa de Asturias de las Letras 2015) despliega todo su oficio en una ambiciosa novela que retrata como pocas la realidad del exilio en su país, pero cargada de tantas tramas y personajes que a veces pesa demasiado.
Lleva consigo el pecado de ser también escritor de policial, amplia provincia del género negro. Su exitosa e impecable serie protagonizada por el teniente Mario Conde, que inició con Pasado perfecto (2000) en La Habana de 1989, da buena muestra de ello. Ese pecado hace que algunos se muestren remisos a caer en las páginas de sus libros para comprobar el gran narrador que es Leonardo Padura. Además de la construcción de tramas consistentes, al leerle asistimos a la creación de personajes verosímiles, con matices y voces diferentes que casi nunca son juzgados por su creador.
Diario El País – 11-09-20