El bolero es parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y será considerado entre las expresiones, prácticas, saberes o técnicas que las comunidades transmiten de generación en generación, según la definición de la UNESCO.
Boleros para Todo el Mundo
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) aprobó la inclusión del bolero en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad., cuya candidatura fue impulsada por Cuba y México.
De acuerdo con el Gobierno de México, el bolero «es una manifestación músico-dancística, cuyo nombre fue acuñado a finales del siglo XIX en Cuba para referirse a la práctica cultural de transmisión de historias, vivencias, emociones y sentimientos, a través de poesía y música».
En 2003, Cuba y México hicieron una postulación conjunta para que el bolero sea parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y ahora, con su incorporación a la lista, será considerado entre las expresiones, prácticas, saberes o técnicas que las comunidades transmiten de generación en generación, según la definición de la UNESCO.
Cuando una expresión es incluida en la lista, la UNESCO llama a los países a promoverla y salvaguardarla. Para ello, brinda ayuda a los Estados Miembros de las Naciones Unidas para que establezcan «marcos institucionales y profesionales favorables a la preservación sostenible de este patrimonio vivo».
Este género musical nació en Cuba durante el Siglo XIX. A pesar de que comparte el nombre con el llamado “bolero español “ que es una danza que surgió en España en el XVIII y era ejecutada en compás de ¾, mientras que el cubano lo hace en compás de 4/4.
El bolero típico cubano nació alrededor de 1840. Se acepta que el primer bolero fue Tristezas, escrito por el cubano José Pepe Sánchez en Santiago de Cuba en el año 1883. Esa pieza dio origen formal al género con el acompañamiento musical de guitarras y percusión. El bolero evolucionó de música de cantinas y peñas a música de serenatas y su temática romántica lo hizo aceptable para todas las clases sociales.
Para Jorge Luis Borges: “El tango es de la noche, porque apela a las pasiones primitivas; el bolero es del atardecer, porque apela a sentimientos mucho más refinados”.
Por otro lado, la aparición de nuevas tecnologías como la radio y las grabaciones provocaron una mayor difusión de este género.
En un primer momento, el bolero desarrolló su lenguaje a partir de los «tríos» de guitarra. En los años 30 aparecieron las orquestas tropicales, luego las orquestas al estilo big band y por último, las orquestaciones de tipo sinfónico que le aportarían refinamiento al acompañamiento musical del bolero durante unos treinta años (1935-1965). Cuba y México se convirtieron en la meca para los músicos y cantantes del bolero.
El bolero se mantuvo como una corriente musical de primer orden durante unos treinta años hasta que su popularidad comenzó a decaer en la segunda mitad de los años 1960. Sufrió, aunque en menor medida, la misma suerte que otros géneros de música bailable. El público empezó a interesarse más por otras músicas como la salsa, el merengue o la bachata. No podemos sin embargo afirmar que el bolero desapareció. Muchos de sus exponentes originales, como Lucho Gatica, Javier Solís, María Dolores Pradera, Chavela Vargas y muchos otros, lo seguirían interpretándolo hasta el final de sus días como cantantes. El bolero se constituyó en influencia para las baladas o canción romántica como ocurrirá con el compositor Armando Manzanero, Chico Navarro, Olga Guillot o el Trio Los Panchos, entre otros.
José «Pepe» Sánchez
Tristeza
Tristezas me dan tus penas mujer,
profundo dolor; no dudes de mí.
No hay prueba de amor que deje entrever
Cuanto sufro y padezco por ti.
La suerte es adversa conmigo,
no deja ensanchar mi pasión,
un beso me diste un día
lo guardo en el corazón.
Bolero – 1885
José «Pepe» Sánchez