Maritchu Seitún, Psicóloga, especializada en orientación a padres, comenta: “(…) la frustración fortalece” Es parte de nuestro deber como padres es estar al lado de nuestros hijos sin exagerar ni minimizar el hecho”.
Hablemos de la Frustración
Denominamos frustración a la imposibilidad de satisfacer una necesidad o un deseo.
En general es un sentimiento de decepción y hasta de tristeza que provoca en cada uno de nosotros (al no poder satisfacer nuestros deseos) las siguientes (probables) respuestas:
• Molestia
• Enojo
• Ira
Estamos delante de reacciones adversas y alejadas del autocontrol y que van en escala ascendente generando gran malestar.
Esta mirada de la frustración es una visión absolutamente negativa sobre una situación y/o deseo incumplido.
Sigmund Freud[1] que intenta explicar cómo las fuerzas inconcientes motivan o afectan el comportamiento humano considera a la frustración como el motor para el desarrollo psicológico donde este sufrimiento va disminuyendo en relación opuesta a la maduración.
Existen distintos tipos de frustración, según su objeto de deseo: emocional, sexual, laboral, amorosa, etc.
A veces expresamos (¿y qué queremos decir?)
“tiene baja tolerancia a la frustración”
Estamos describiendo a personas que tienen:
a. Dificultades para controlar sus emociones
b. Son impulsivas e impacientes
c. Necesitan satisfacción inmediata
En muchos casos estas personas sienten que
• Fallaron
• No pueden
• No son aptos (No sirvo para nada)
Esto significa que cuando la autoestima disminuye entonces su capacidad de generar empatía es casi nula.
Maritchu Seitún, Psicóloga, especializada en orientación a padres, comenta
“(…) la frustración fortalece” Es parte de nuestro deber como padres es estar al lado de nuestros hijos sin exagerar ni minimizar el hecho”
Pensando en nuestro hijo es importante preguntar, orientar, impedir que se enoje o bloquee, tratar de buscar otra mirada, en lo posible positiva, de ese modo se sentirá escuchado, entendido y que no está solo.
Es decir:
Muchas veces los padres sienten que
“Lo que damos a nuestro hijo no es suficiente”
Parece que el intercambio emocional no alcanza (los padres empáticos) y por ello consideran que no podrán enfrentar el futuro y el mundo que lo espera.
Mientras que los padres autoritarios o los sobreprotectores no escuchan al otro imponiendo limites estrictos. Ambos extremos generan inseguridad en los jóvenes.
Seitun señala que todo gira en torno a límites, a los permitidos y su constante equilibrio, es necesario que se “sientan amados y valiosos”.
Si buscamos el aspecto positivo en la frustración podríamos decir que cada uno podrá generar:
a. Manejo de las emociones
b. Fortalecimiento de la autoestima
c. Habilidad de afrontar situaciones disruptivas (Resolución pacífica de conflictos)
d. Capacidad de ayudar y pedir ayuda
e. Desarrollar empatía
Hablemos del conflicto y la frustración.
Julien Freund sostiene que el conflicto es un elemento necesario para la construcción y reconstrucción transformativa humana de la organización y de las relaciones sociales
Podemos establecer una íntima relación entre conflicto y frustración ya que la situación disruptiva (conflicto) provoca insatisfacción al no lograr lo esperado (frustración).
Para alcanzar posibles soluciones alternativas y así superarlas propongo:
• Centrarse en los positivo
• Mirar el conflicto como oportunidad de aprendizaje y cambio
• Analizar los errores
• Aceptar nuestras limitaciones y debilidades
[1] FREUD S. neurólogo austriaco que sento las bases del psicoanálisis.