Al margen de los ritos en las cuevas, a veces el diablo en persona sale de la salamanca a buscar seguidores. Se lo conoce como Mandinga (vocablo de origen africano) y se lo describe como un gaucho ricamente ataviado para deslumbrar a potenciales clientes.
La Salamanca Donde Mandinga Canta
La Salamanca – Grabado de Nelly Orieta – La Nación – 23-04-16
Desde tiempos inmemoriales las cavernas tuvieron en el imaginario colectivo algo de abominable, tenebroso y temible a la vez. La cueva es lo oscuro, un territorio que puede encerrar peligros precisamente por ser desconocido; y también, hábitat de seres “despreciables” como víboras, murciélagos, arañas, pero además en algunas regiones y desde siempre, consideradas las puertas de ingreso a un universo subterráneo poblado de entes infernales.
Arriba está la luz; con todo lo que implica, comenzando por las fuerzas del “bien”.
Abajo, la oscuridad que espanta a los humanos y que presuntamente refugia al “mal”.
Pero esos universos sobrenaturales en eterna disputa, compondrían un continuum que a su vez, tiene accesos que permiten a los más audaces desplazarse en una y otra dirección; pero nada es gratuito, el tránsito tiene beneficios y costos tremendos.
Esas puertas en nuestra América y Argentina en particular, serían las salamancas.
Es de muy antigua data la tentación de acceder a poderes especiales, mediante un pacto con el diablo o alguno de sus delegados. Por ejemplo en el terreno literario “El Retrato de Dorian Gray” del irlandés Oscar Wilde, narra el contrato que el protagonista firma con Mefistófeles, un diablo menor, a cambio de obtener la eterna juventud; el precio es su alma, pero en el camino deja una zaga de desgracias para todos sus afectos.
A su vez, el Fausto de Wolfgang Von Goethe trata de un teólogo que negocia su alma a cambio de obtener sabiduría absoluta; así la inquietud humana explora mediante la ficción y más allá de las culturas y los tiempos, la posibilidad de equipararse a los dioses alcanzando poderes sobrehumanos.
En nuestras culturas el ámbito propicio para los pactos diabólicos, es la salamanca.
La creencia se extiende por buena parte de América del Sur, con ligeras variantes
pero idéntico contenido.
En Chile y de acuerdo al investigador Julio Vicuña Cifuentes, la salamanca es una sola que se extiende bajo todo el territorio chileno. Las distintas salamancas denunciadas por sus creyentes, serían en rigor sólo diferentes puertas de entrada a la misma.
“Socavón donde el alba muere al salir
salamanca del cerro natal.
En las noches de luna se puede sentir
a Mandinga y los diablos cantar”.
Así describe ese territorio mágico la zamba “La Salamanca”, de Arturo León Dávalos.
El territorio salamanquero predomina en el norte argentino, en particular, Santiago del Estero, Salta, Tucumán y provincias cercanas.
El municipio de la ciudad de Santiago del Estero explica lo siguiente: “Por lo general, la Salamanca es un lugar oculto entre los breñales de difícil acceso, cuya entrada conduce a una cueva amplia y lóbrega. Allí se baila, se hace música, se celebran aquelarres y orgías. Los viejos y viejas se transforman en jóvenes, los enfermos curan, la fealdad se cubre de hermosura” (1).
Al margen de los ritos en las cuevas, a veces el diablo en persona sale de la salamanca a buscar seguidores. Se lo conoce como Mandinga (vocablo de origen africano) y se lo describe como un gaucho ricamente ataviado para deslumbrar a potenciales clientes:
“Gaucho sobre un redomón
sale el diablo a pasear.
Y con ají kitucho carga el cartucho
pa’l carnaval”.
Así pinta el poeta Jaime Dávalos en su zamba “La Sanlorenceña”, al Mandinga cuando sale de cacería. Otras versiones sostienen que puede adoptar la figura de un reptil u otros animales y hasta convertirse en remolino de viento.
En el Norte también se lo conoce por el quechua “supay”, equivalente a diablo, Señor de las Sombras y de todas las calamidades.
No obstante la popularidad de la creencia, se sigue debatiendo sobre el origen de la palabra. Se cree que proviene de la región de Salamanca (España), donde existe una célebre cueva donde se practicaban ritos diabólicos, pero en nuestra tierra se acepta también la conjunción de los términos quechuas “salla” (piedra) y “mancca” (subterráneo o infierno). Por extensión, sitio de reunión de seres infernales y como se ha dicho, lugar donde se concertan los pactos con el diablo. A cambio de los dones prometidos, el solicitante entrega su alma firmando el contrato con su sangre. Al ingresar a la cueva, debe superar una serie de obstáculos humillantes y proferir blasfemias anticristianas, lo que pondrá a prueba su voluntad de acceder al Reino de las Tinieblas. Cumplido el ritual, el flamante adepto sale al mundo a cumplir sus deseos.
A modo de advertencia, se cuenta que es fácil reconocer a quien accedió a los secretos salamanqueros, ya que su sombra no se proyecta.
1 – Municipalidad de Santiago del Estero – Página Oficial.
La Salamanca
Adentro con la diabla en las ancas Mandinga llegó
Azufrando la noche lunar
Desmontó del caballo y el baile empezó
Con la cola marcando el compás
Desmontó del caballo y el baile empezó
Con la cola marcando el compás
Un rococo de la isla cantaba su amor
A una sapa vestida de azul
Carboncillo bailaba, luciendo una flor
Que a los ciegos devuelve la luz
Carboncillo bailaba, luciendo la flor
Que a los ciegos devuelve la luz
Socavón donde el alba muere al salir
Salamanca del cerro natal
En las noches de luna se suele sentir
A Mandinga y a los diablos cantar
Y en las noches de luna se suele sentir
A Mandinga y a los diablos cantar
Adentro, jineteando una escoba cruzaba el añil
De los cielos la bruja mayor
La lechuza en el hombro y el gran tenedor
Disparándole a la Cruz del Sur
La lechuza en el hombro y el gran tenedor
Disparándole a la Cruz del Sur
Un quirquincho barbudo tocaba el violín
Y un zorrino, con voz de tenor
Desgarraba el silencio con un yaraví
Que Mandinga a cantar le enseñó
Desgarraba el silencio con un yaraví
Que Mandinga a cantar le enseñó
Socavón donde el alba muere al salir
Salamanca del cerro natal
En las noches de luna se suele sentir
A Mandinga y a los diablos cantar
Y en las noches de luna se suele sentir
A Mandinga y a los diablos cantar
Fuente: Musixmatch
Compositores: Arturo León Davalos
Letra de La Salamanca © Editorial Lagos
Salidos de la Salamanca. Un viaje hacia la chacarera
Película de Documental – Duración: 63 min
Título original: Salidos de la Salamanca. Un viaje hacia la chacarera
Estreno: 30.05.2024
«Salidos de la Salamanca: un viaje hacia la chacarera», película dirigida por Josefina Zavalía Ábalos y que fuera declarada de Interés Cultural de la Provincia de Santiago del Estero. En la proyección estuvo Carlos «Peteco» Carabajal.
¿Salamanca, mito o realidad? ¿Qué es la chacarera? ¿Es la condición musical producto de pactos con el diablo o es una escuela mágica que guarda el saber ancestral? Son algunas de las preguntas que la directora se hace en este viaje hacia el universo sonoro de la «Madre de Ciudades» y cuna del folclore, Santiago del Estero. «Salidos de la Salamanca» nos invita a sumergirnos en el tiempo, el Mishqui Mayu (Río Dulce), el pueblito de Villa Salavina y a develar el aquelarre musical entre indios y esclavos africanos.
Fuente: El Liberal – https://www.elliberal.com.ar