El amor entre tres personas es una de las fantasías eróticas más frecuentes que a través de la historia, artistas, políticos, héroes de historietas y filósofos hicieron realidad. Célebres del “ménage a trois”, en castellano “grupo de tres”.
Triángulos Celebres
Para incentivar su creatividad, elaborar ocultos traumas infantiles, probar nuevas experiencias o simplemente para pasar un buen rato, muchos fueron los famosos que se metieron de a tres en la cama. Ésta, una selección de historias de mujeres en el centro de una escena compartida
Adan, Eva y el Pecado
El principio fue un ménage a trois. Entre las múltiples interpretaciones que se hicieron del relato bíblico sobre los orígenes, una de ellas encontró en Adán, Eva y la serpiente un verdadero triángulo liberador y al mismo tiempo condenatorio. Esta lectura ven en Adán y Eva a una pareja que, tras el trauma de la creación, padece amnesia y no puede reconocer nada más allá de la naturaleza que la rodea en el jardín del Edén. Ni siquiera detectar su propia desnudez, dice el texto bíblico, lo que para esta interpretación es un claro reflejo de que han olvidado sus posibilidades sexuales.
El tercer participante les devolverá la memoria. La serpiente entiende que en la prohibición hecha por Dios de comer de los frutos del conocimiento y la inmortalidad se esconde un intento de sometimiento, y decide intervenir. Empieza a sembrar la duda en Eva y le asegura que puede comer los frutos prohibidos. La mujer se deja tentar e invita a Adán a sumarse a la rebelión contra Dios, que trae enseguida la memoria del placer. Cometido el pecado, el hombre y la mujer descubren que están desnudos. Como diría la serpiente, recuerdan de qué se trata el sexo.
El final de la aventura no es feliz. Sorprendido por Dios, Adán culpa a Eva y Eva, a su vez, a la serpiente, que sin escudarse en nadie acepta con valentía el castigo de arrastrarse para toda la eternidad, casi como parte de su naturaleza. A los temerosos Adán y Eva no les va bien. Expulsados del paraíso, él debe trabajar para vivir y ella es condenada a sentir dolor cada vez que tenga un hijo.
Voltaire: Una Vida Familiar
Para François- Marie Arouet, que pasó a la historia como Voltaire, el ménage a trois resultó una manera placentera de alcanzar, al mismo tiempo, una vida familiar apacible y el entorno ideal para su trabajo intelectual.
Era la Francia del siglo XVIII, en el auge de una moral ligera, Voltaire, representante de la Edad de la Razón, era un hombre de ciudad bien predispuesto a combinar sus escritos políticos y filosóficos con el cambio de amantes.
En 1733, a los 39 años, conoció a Emilie, marquesa de Chatelet, una joven de 27 años tan apasionada por el conocimiento -hablaba varias lenguas y había estudiado matemáticas y física- como por los encantos de la ropa lujosa y los amantes frecuentes. Su marido, Florent Claude, era un hombre distinguido que lo dejaba hacer sin demasiados cuestionamientos.
Un año después, cansado de la vida “ociosa y turbulenta de la ciudad”, tal como lo escribiría años más tarde, Voltaire se mudó con Emilie y su marido el castillo que los marqueses tenían en Cirey, cerca de Champagne, a cuatro días en coche de caballos desde Paris. “He encontrado a una joven que siente lo mismo que yo. Es la mujer con mayor disposición para las ciencias de toda Francia”, escribió Voltaire sobre Emilie. Pronto, los tres formarían una verdadera familia, que al comienzo debió superar las habladurías de ciertos ambientes parisinos. Lo que molestaba no era tanto que los marqueses admitieran en su lecho conyugal a un tercero, sino que se tratara de un plebeyo. Fue el mismo marqués el que salió en defensa del pensador: “Es un hombre de honor y uno de mis mejores amigos”, sentenció públicamente.
Si bien las dobles preferencias del marqués no están en duda para la mayoría de los historiadores, hay quienes aseguran que hubo más que atracción en su aceptación del ménage. Voltaire, por medio de un préstamo a largo plazo, hizo posible la restauración del viejo castillo y de la hacienda, en el que la triada convivió durante quince años. Para Voltaire, fue un tiempo de incesante desarrollo de sus ideas y de discusiones filosóficas con Emilie, quien logró interesarlo por la física de Newton, su especialidad.
Dumas: Un Hombre Comprensivo
Elegante y adulador, Alejandro Dumas era aficionado a mantener romances con las mujeres de otros hombres. Quizás fue esa experiencia práctica la que le permitió comprender y hasta disfrutar la misma conducta en su mujer.
En 1840, el autor de “Los tres mosqueteros” estaba casado con Ida Ferrier, una joven actriz sin demasiado talento, que le permitía continuar con sus habituales excursiones a los bulevares parisinos de los que volvía ya entrada la madrugada. Una noche de lluvia furiosa, Dumas regresó a su casa más temprano de lo habitual.
Ansioso y helado hasta los huesos, busco calor al lado de su esposa, quien lo rechazó sin interés. Dumas optó entonces por dedicar la noche en vela a escribir en la sala de la casa. En medio de la tarea, la puerta del vestidor se abrió y el escritor descubrió a su mejor amigo, Roger de Beauvoir, vestido solo con una camisa. Ante la prueba irrefutable de traición, primero se enfureció. Sin embargo, caballero al fin, optó por ofrecer a su amigo un sillón
Para que pasara la noche y no echarlo a la calle en la fría noche. Dumas, en sutil venganza, se metió en la cama con su mujer-
Cuando el fuego se consumió, cerca de la madrugada el escritor advirtió los callados temblores que el frío provocaba en Roger y lo invitó los callados temblores que el frío provocaba en Roger y lo invitó a compartir con él y su esposa la calidez de la cama común. Por la mañana, Dumas despertó a su amigo: “¿Acaso deben reñir dos amigos por una dama, aunque esta sea la legítima esposa? Sería una estupidez”, razonó. Roger estuvo de acuerdo, claro.
Luisa Lane Idolatra a Superman y Desprecia a Clark Kent – Un Triángulo Perfecto
Super Triángulo
Superman y Clark Kent son mucho más que las dos identidades del mito nacional norteamericano. Entre ellos se ubica a Luisa Laine; el resultado es un claro ménage a trois, que sus integrantes se esforzaron en prolongar durante numerosos episodios de historieta y versiones fílmicas. Superman es el héroe invencible, valiente y salvador de la humanidad, y probablemente por eso mismo, casto y sin atisbos de actividad sexual. Quizás ésa sea la causa de que darse cuenta de que está enamorado de Luisa le cause más angustia que entusiasmo.
Solo como Clark Kent – el reportero torpe y asustadizo del Daily Planet- puede dar rienda suelta a sus impulsos, que la ambiciosa periodista se obsesiona en despreciar. Luisa Lane muere por Superman y disfruta maltratando a Clark: un triángulo perfecto.
De hecho, ella sospecha pero no se atreve a reconocer la doble identidad del superhéroe. Si lo hiciera, se terminaría de inmediato el hechizo que mantiene el ménage entre los tres. Superman y Clark son los polos opuestos de un triángulo soñado.
Butch Cassidy – Etta y Sundance Kid
Bandoleros Solidarios
Butch Cassidy and Sundance Kid no solo compartieron la fama de ser los ladrones más conocidos del Oeste norteamericano. La joven profesora de música Etta Place también fue de los dos al mismo tiempo, En la década de 1890, Sundance y Butch combatían junto a pequeños rancheros del estado de Wyoming contra los magnates del ganado. Los dos ladrones, sus hombres y varias mujeres vivían en un valle escondido del sureste de Utah, Sundance conoció a Etta en una de sus excursiones y la llevó con él.
Mientras crecía la fama de los ladrones, que sumaban bancos y trenes de carga entre las víctimas de sus fechorías, aumentaba la íntima intensidad entre los bandoleros y la mujer, una relación que los unirá durante años, incluso después de que la banda fuera capturada, salvo Butch, Sundance y Etta que escaparon a Bolivia, donde los tres reanudaron una provechosa carrera delictiva. Durante años, dice la leyenda, convivieron en el sur de la Argentina. Etta regresó a los Estados Unidos, donde murió, mientras Butch y Sundance continuaron durante un tiempo más sus andanzas. No mucho. Cuando se vieron rodeados por la policía, Sundance disparó a Butch en la frente y luego lo mató con un disparo en la sien.
Una auténtica prueba de amor.
Musa Inspiradora
Durante la década del veinte, en Europa, el surrealismo inundó los ambientes artísticos europeos y vivió en París. Allí, en ménage a trois se convirtió en una costumbre habitual y una forma de impulsar la creación artística. De hecho, muchos solían asegurar que el tres era el número clave en el arte: en él participaban el artista, el modelo y la imagen que producía su relación. Muchos artistas trasladaron a su vida este concepto.
Nacida Elena Dmitrievna y conocida como la esposa inseparable de Salvador Dalí, Gala fue musa inspiradora de muchos artistas y activa participante en varios triángulos. Gala conoció al escritor Paul Eluard en 1912, cuando ambos estaban internados en un sanatorio para tuberculosos en Suiza. Cinco años más tarde se casaron en París y tuvieron una hija. Durante el matrimonio, Gala tuvo romances con algunos de sus amigos artistas, lo que Paul no solo aceptaba sino también disfrutaba.
En 1920, empezaron un ménage con el pintor expresionista Max Ernst que duró más de una década. Los Eluard y los Ernst pasaron juntos varios veranos, hasta que Gala conoció a Dalí.
Nacido en Cataluña y diez años más joven que ella, Dalí era atractivo y excéntrico.
Para sorpresa de Paul, Gala y Dalí se volvieron inseparables. Se casaron en 1934, el mismo año en que Eluard contrajo matrimonio con María Benz.
Durante los siguientes 53 años, Gala le leía el tarot a diario, pasaba para él, lo ayudaba a tomar sus decisiones y se dedicó a construir la fama del pintor y elevar el precio de su arte. Dalí era un voyeur consumado y le dio innumerables oportunidades de observarla haciendo el amor con otros hombres, además de seguir disfrutando sus encuentros con Paul.
Durante esos años, además, Dalí tuvo una relación amorosa con su patrón, Edward James, ahijado de Eduardo VII. Gala se puso celosa, pero James lo sobornó con valiosas joyas y vestidos.
El Porteño – Abril 2000 – Del Libro “Triángulos Amorosos” de Bárbara Foster –Michael Foster y Ledba Hadady – Editorial Paidós – Selección – Victoria Herzfeld