Seguramente, hemos escuchado alguna vez la oración “te lo digo en buen romance: me tenés harto”. Con lo que se está queriendo expresar la claridad el concepto que se manifiesta. Y esa es una correcta utilización del término.
El Romance de los Idilios
Hay dos palabras que- tal como sucede con muchas otras- muy frecuentemente son utilizadas con un sentido diferente del que tienen, a pesar de que ambas son correctas, siempre y cuando se las aplique convenientemente.
El hecho es que cuando se hablar de romance, se cree que estamos haciendo referencia el idilio y viceversa.
Pero no es así.
La palabra romance, primitivamente se usaba para designar “cada una de las lenguas derivadas del latín, es decir, castellano, italiano, francés, portugués, y rumano”.
Las lenguas llamadas romances son las que a partir del latín, sufrieron modificación que las llevaron a convertirse en cada uno de esos idiomas.
Como el vocablo derivaba de románico, se le asoció con la idea que hoy tenemos del “romance”, pero en realidad esa definición correspondía a la de idilio que sirve para definir la “relacion amorosa”,
Por eso, es muy común escuchar que se diga mi hija está viviendo un apasionado romance con su novio, a la famosa estrella de televisión cortó su romance con el empresario, en lugar de hablar del idilio de mi hija y del idilio de la estrella de televisión.
Seguramente, hemos escuchado alguna vez la oración “te lo digo en buen romance: me tenés harto”. Con lo que se está queriendo expresar la claridad el concepto que se manifiesta. Y esa es una correcta utilización del término.
Idilio Trunco
Andate, no vengas con tus súplicas
a recordar las horas
de aquel idilio trágico,
pues sólo has de encontrar
Aquí
las ruinas de un amor
que fue
la dicha más feliz
que yo
por vos acaricié;
ya es tarde, tus ruegos y tus lágrimas
no han de borrar de mi alma
tu acción que ha sido pérfida,
te puedo perdonar
el mal
que hallé de tu traición
en pos,
pero… no olvidarás,
mujer,
que he muerto para vos.
Por qué has venido,
no ves que estoy enfermo
de tanto haber sufrido
por culpa de tu amor;
no aumentes más mis penas,
ya todo ha terminado,
no hay nada entre nosotros
andate, por favor.
Si todas mis penas de romántico
son una consecuencia
de aquel amor efímero,
qué esperas hoy de mí
si ya
perdiste la ocasión
de ser
la dueña de un hogar
feliz
que nunca lo has de ver;
andate, que al verte me das lástima,
no llores que algún día
es fácil que tus lágrimas,
te puedan precisar,
mujer,
que en tu desolación
sin par,
yo sé que has de sufrir
por mí,
yo sé que has de llorar…
Vals – 1936
Música: Nicolás Blois
Letra: Ángel Marino
Romance en Tango
Una señorita y yo jugamos con el amor
Sentados en un sillón que atardecía
Pero ella no quise ser en el juego mi mujer
Me di cuenta tiritando que no entendía
Bailaba a los 16 el tango de Lucifer
Era la primera vez que andaban en mis sentidos
Unos sentimientos
Llenos de secretos
Balbuceantes, temerosos, pero míos, míos
Al final la convencí que no era un juego vivir
Y decidimos continuar amándonos en serio
Aquella tarde especial, aunque estaba todo igual
La vida nos revelaba un nuevo misterio
Lo prohibido nos llevó a conocernos tú y yo
Pasaron años después, los chicos ya suman tres
Y ese tango suena, ruge por mis venas
Y es que siempre, señorita, tu mirada escita
Hugo Moraga
Lo Primitivo – [1980]