Este trabajo pretende ser una aproximación a lo que muchos opinan y otros nos han sabido ilustrar acerca de la sociedad audiovisual. Es un esbozo, un ensayo con argumentaciones que pretendo atender, de lo que algún día otros elaborarán con mejores experiencias consolidadas. Me guie con escritos y enfoques de autores varios, remedé conceptos a más no poder; no verán nada nuevo porque son datos disponibles desde largo tiempo y que traigo a colación en este ensayo. Creo, con modestia, que la originalidad está en la trabazón de lo narrado. La singularidad está en la idea que al mirar, poder ver: Pretendo ayudar a despertarnos del letargo audiovisual, saber qué es lo estamos divisando, cuestionar el contenido y la forma.
Descreernos de la candidez de protagonistas o eventos –nada es inocente–, para efectuar una sana critica de la comunicación mass media que consumimos o a la que estamos expuestos. Las generaciones futuras deberán saber, dónde están inmersos y cuestionar lo establecido, cada uno desde su propia ciencia y conciencia ya que en la medida que despierte podrá señalar la intencionalidad comunicacional. La diferencia con mi generación –crecimos en el inicio del actual desarrollo de la era comunicacional–, es que tal vez podemos percibir que “Algo huele mal en Dinamarca”, por eso hay que educarse y no engullir el producto sin masticarlo. Es obligatorio y necesario cuestionar lo que nos es dado, que no hay una sola mirada. “Nada es verdad ni mentira, todo es del color del cristal con que se mira”, dice el poeta Campoamor.
En este ensayo expongo en primer lugar los sentidos en la percepción, el rol de los mismos en el aspecto emocional, luego cómo miramos, desde dónde arrancamos con la vista cuando estamos frente a una hoja o una pantalla, cómo influyen y estimulan el sonido los colores, las luces, las formas y, por último, el contenido. También cómo distraer de lo sustancial, disolver, destruir o degradar lo significativo; cómo se crea un escenario artificial, para que se desee lo que no se necesita; todo a través de la comunicación audiovisual. Que quienes hacen esta tarea están dotados de un entorno que los lleva a ese mecanismo, muchas veces de manera consciente y premeditadamente y otras con cierto grado de candidez, todos son dispositivos de un proceso que siempre tiene origen en el ordenador del juego, que son los dueños del poder, esos que se valen de los operadores y los alternan mientras son adecuados a sus fi nes, para después suplantarlos por otros más eficientes.
La factoría de embutidos no se detiene jamás. Siempre dudo de lo que me dicen, es una actitud frente a la vida. Aunque uno ponga la mejor cara de sota, a todos nos pasa que preferimos la armonía a discutir cada disparate que escuchamos. Eso no significa que estemos de acuerdo, solo quiere decir que queremos estar serenos, en paz. Pero a la hora de lo transcendente, no podemos estar mudos o hacernos los disimulados, porque nos transformaríamos en cómplices.
Este es mi sencillo legado a la libertad de pensar, como nos enseñaron nuestros padres. Por eso hoy más que nunca quiero expresar mis sospechas, porque no me satisface sucumbir al silencio.