“Desde que el mundo es mundo,
el amor siempre busca una
vía para expresarse.”
¿Sabías que los libros no tienen límites? Así es. Hay quienes creen que las historias terminan en cuanto se acaban las páginas, pero se equivocan. Es ahí cuando realmente comienzan. Se expande tu mente, se potencian tus sentidos. Crecés. O, al menos, eso pasa cuando leés una obra de arte. Como esta.
Ana Caliyuri es una artista de la palabra, sabe cómo despejar las malezas del camino y hacer que florezca la tierra con cada una de sus vocales. Maneja, como pocos, esa pizca de amor que hace que la literatura no sea un engranaje gris de la historia, sino una total entrega de humanidad. Quien la lee no puede pasar por alto que algo cambiará en su interior —y les aseguro que para bien—.
Cada uno de los quince cuentos que integran esta obra nos aporta vitalidad, nos enriquece, sea cual sea su género —realista, fantástico, de misterio o reflexivo—. Cada texto tiene su néctar propio, que viene a endulzar este mundo cargado de amargura. Como en “El último árbol”, donde el personaje Marga nos explica: “Fue en el ojo de las cosas complejas donde me di cuenta de que el tiempo nos desfigura. Me sentí quejosa y antigua”. En esta actualidad donde la tristeza está a la orden del día y “reír (es) un gran desafío” —como asegura la protagonista de “El jardín de los Bonfiasco”—, es necesario tomar atajos para atravesar el gran laberinto de la rutina, y salir dulces e iluminados.
Unas páginas con frases que te llevan a la reflexión.
Unos cuentos que te abrazan con empatía.
Un libro que emana amor entre sus hojas.
Porque, como dice la autora, el único árbol verdadero que nos queda es el de los genuinos sentimientos.
Y ya es hora de mostrar nuestra dulzura ante el mundo.
Julián Kronn – Profesor de Literatura
Co-director editorial – Escritor
Se puede adquirir el libro en Ediciones Tahiel, en Librería Alfa de Tandil, en Libros espíritu libre en Santa Cruz o enviar mail a la autora : anacaliyuri@hotmail.com