El golpe militar que derrocó al General Perón en setiembre de 1955, fue denominado por sus autores, Revolución Libertadora.
Todos los años para el 16 de setiembre, fecha del alzamiento. Se organizaban distintas actividades para recordar la sublevación y rendir homenaje a su jefe máximo General Eduardo Lonardi, fallecido días después de que fuera obligado a renunciar por sus correligionarios. Se le reprochaba no ser lo bastante duro en la represión y castigo a los seguidores del mandatario depuesto.
Pasaron años y gobiernos de distinto origen político iniciando la triste zaga de gobiernos civiles débiles y ejecutivos militares fuertes, alternándose en el poder pero el telón de fondo de la inestabilidad seguía siendo la proscripción del peronismo.
A pesar de la anormal situación política que el país arrastro por años, los adherentes de la Revolución Libertadora continuaron celebrando todos los 16 de setiembre invistiendo esa fecha con un perfil de epopeya. La conmemoración también se realizaba en las unidades militares en forma oficial.
Pero el 16 de setiembre de 1970 la evocación tenía otras características. No solo era el décimo quinto aniversario de la rebelión, sino que apenas tres meses atrás, el máximo referente de la Revolución Libertadora que continuaba vivo, el General Pedro Eugenio Aramburu había sido secuestrado y ejecutado. El 29 de mayo de ese año mientras el Ejercito Argentino celebraba su día, el ex gobernante de facto fue secuestrado en su domicilio por un grupo armado absolutamente desconocido, los Montoneros. La misteriosa organización se identificaba como peronista y luego de un improvisado «Juicio Revolucionario» condeno a muerte a Aramburu por su responsabilidad entre otros hechos, por el fusilamiento de los implicados en el alzamiento cívico militar de junio de 1956.
Ese 16 de setiembre de 1970, los seguidores de la Revolución Libertadora decidieron encontrarse en el Luna Park de Buenos Aires. Un enorme retrato del militar asesinado presidía el escenario en el que nueve oradores se explayaron sobre la fecha y la personalidad del jefe muerto dramáticamente. Unas cuatro mil personas, muchas de avanzada edad, participaron del encuentro y aguardaron pacientemente la intervención de fondo, que la cupo al almirante Isaac Rojas, ex vicepresidente del gobierno de La Revolución Libertadora.
El hombre habló durante tres cuartos de hora y a los habituales dardos al peronismo y al comunismo, agrego una andanada contra los sacerdotes tercermundistas y tampoco ahorro criticas al proyecto de Ongania de reemplazar la democracia representativa por un remedo de los viejos totalitarismos europeos.
A pesar de no abundar los jóvenes entre la concurrencia, un brioso grupo de señoras le dio un ligero tono juvenil al evento cuando arranco con un cántico de pura cepa libertadora:
«Una, dos y tres
gorilas otra vez».
Corearon las mujeres en el único intento de la noche por lograr un mayor clima de fervor militante.
Recordemos que «gorilas» se les comenzó a llamar a los antiperonistas mas recalcitrantes ya a fines de los años cincuenta. Los seguidores de la Revolución Libertadora se hicieron cargo del calificativo como lo demostró esa concurrencia femenina en la noche del decimoquinto aniversario conmemorado en el Luna Park.
Libro Cánticos Populares de Roberto Bongiorno
Editado por la Biblioteca Nacional – 2015