«Clemente fue una bocanada de aire puro entre la censura, la mediocridad y la violencia a la que fuimos sometidos como sociedad y de a poco se fue constituyendo como integrante de nuestra cultura popular en la medida que fue acompañando todos los acontecimientos políticos que se fueron sucediendo en los últimos treinta años», manifestó Peña.
Clemente nació el 7 de marzo de 1973, como compañero en la tira «Bartolo el maquinista», del diario Clarín.
En sus comienzos acompañaba como “actor” de reparto a Bartolo el motorman del tranvía. En esos tiempos no era precisamente un pájaro, algo que muchos lectores sostenían, porque se movía rápidamente de un lado para el otro, además de achicarse y se agrandarse.
Luego de algunos años sufrió la metamorfosis, dejó el pico, pasó del blanco y negro al color, y cada día se hizo más canchero. Una especie extraña, ya que podía volar, pero no tenía ala y ni siquiera brazos. “Clemente es un personaje del absurdo, pero no tiene lugar en la escala zoológica”, contó Caloi en alguna entrevista.
Envalentonado, no tuvo problemas para enfrentarse a la Dictadura Militar, cuando encabezó la “guerra” contra unas de las voces del periodismo, de aquellos años, que mantenían el discurso oficial de mantener limpios los estadios, para demostrar que éramos un pueblo que había alcanzado un orden propio de los países civilizados. Pero no, Clemente planteó la guerra de los papelitos. Fomentando que miles de hinchas, cortaran decenas de papelitos y arrojarlos cuando salía la Selección Nacional en el Mundial 1978. ¡Tiren papelitos, muchachos!”, arengaba Clemente, la caricatura de Caloi. La dictadura y los medios masivos, en cambio, convocaban a mostrarle al mundo lo educados que somos los argentinos. Lo bien que sabemos tirar papelitos debajo de la alfombra.
Este personaje amaba el futbol y como amante del balón pie, tenía su simpatía. Clemente fue un gran hincha de Boca, soñaba con jugar en primera y en la Selección Nacional, soñaba en hacer el gol de la victoria o cometer un error que le costara el partido. Pero Caloi era fanático de River. Cómo pasó esto? Resulta que en la tira original Clemente era un personaje secundario, el “primer” actor era Bartolo, que sí era hincha de River, y necesitaba un oponente digno para discutir día a día. Al retirarse el riverplatense, quedó el xéneize.
Claro que no todo era futbol en la vida de este personaje entrañable, el amor también se reflejaba en la tira. Mimí, una canaria que vivía en una jaula, aristocrática que recibía toda la atención y el amor de Clemente. Con ella tuvo sus dos hijos; Jacinto y Clementina.
Pero en un momento apareció La Mulatona, una especie de Clemente hecho mujer, una exuberante morocha, llena de ritmo y con algunas definiciones típicas de modismos cubanos.
Volviendo al futbol, se venía al Mundial de España para mediados de 1982, año propicio para que la tira pase a la pantalla chica. La primera aparición del personaje en la televisión fue con la serie de cortos “Clemente”, que salió por Canal 13 hasta 1989 todos los días. Estaba hecho con muñecos y tenía guiones y canciones escritas por Caloi y Alejandro Dolina. La segunda temporada fue en 2002 por Canal 7, esta vez utilizando la animación 3D (con dibujos de Tabaré) y duró dos meses. En ambas oportunidades, la voz estuvo a cargo de Pelusa Suero.
También incursionó en discografía, grabó cuatro discos y todos tenían que ver en años de mundiales de futbol: Tiren Papelitos (1978), Clemente y sus Hinchadas, volumen 1 y 2 (1982) y Argentina Campeón, obviamente en 1986.
Inolvidable el hincha de Camerún, un Clemente morocho con un hueso en la cabeza sentado solo en la tribuna, y entonando una corta canción que se hizo popular, casi de forma instantánea.
Burunbumbum, burunbumbun / Yo soy el hincha de Camerún.
Caloi de enfrentaba a un cáncer, que finalmente lo venció, el 8 de mayo de 2012, tanto él como Clemente se apagaron. Y esta última salida de la tira se puede ver a Clemente hablando con su hijo Jacinto, sobre el fin del universo.
Este salteño nació el 9 de noviembre de 1948 y de muy joven inició su carrera dentro del mundo de las historietas, y nada y nada menos que en la revista «Tía Vicenta».
Desde ese momento y hasta el fin de su vida, no paró de trabajar, creando personajes de los más diversos. Publicó en «El Gráfico» y «Clarín». También editó sus trabajos en libros. Entre ellos se cuentan «El Libro Largo de Caloi» (1968), «Humor Libre» (1972), «Caloidoscopio I» (1973), «Aquí me Pongo a Cantar» (1975), «Mi Buenos Aires Querido» (1977), «Con el Deporte no se Juega» (1987) y diecisiete obras dedicadas a Clemente.
Sus dibujos fueron reproducidos en diversos países y sus originales y reproducciones son exhibidas en forma permanente en museos de Buenos Aires, el interior y el exterior del país.
A lo largo de su vida profesional obtuvo numerosos premios, entre los cuales figuran: «IV Bienal Nacional y Iº Internacional del Humor y la Historieta de Córdoba» (1979); premio en humor de la revista «Salimos» (1981); «Konex» de las artes plásticas (1982 y 1992); «Musican», por la venta del disco «Clemente y sus Hinchadas» (1982); primer puesto en el Salón de Humor del diario «Yomiuri Shinbum» de Tokio (1984); Premio «Oesterheld» por su tira Clemente (1986); Premio «Enrique S. Discépolo», de la ex Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (1998); Premio «Studio D´Arte Andromeda», de la Comune di Trento, Italia; Premio «Datero D´Argento», del Salone Internazionale Umorismo, San Remo, Italia (1994); Premio Unión de Naciones Europeas», Bordighera – Italia (1994); Premio «Lobo de Mar», Fundación Toledo, Mar del Plata (1996); Premio «Maestro del Arte», Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (1997); Premio «Asociación Estímulo de las Bellas Artes» (2000) y «Premio a la Trayectoria» de la Municipalidad de Almirante Brown (diciembre de 2000), entre otros.
Además, Caloi fue guionista de diversos espectáculos teatrales, creador del isotipo del Club Atlético River Plate en el año 1986; director artístico del programa televisivo «La Barra de Dolina» (1988), organizador de la Muestra Retrospectiva de Cineanimación Argentina en el «Festival Internacional Annecy 95, en Francia; jurado del Festival Internacional Annecy de Cineanimación 95»; invitado por la Argentina al «Festival de Cine y TV de Río de Janeiro 1995»; organizador de la Muestra Retrospectiva de Cineanimación Argentina en el «Festival Internacional Tampere 97», en Finlandia; y creador de los personajes, guionista y director de cortos televisivos de la UNICEF, que difundían los derechos de la infancia.
Otro punto alto de su trayectoria fue su trabajo en televisión como creador y conductor del ciclo «Caloi en su Tinta», que se emitió por ATC, de 1990 a 1999. Este programa dedicado a la divulgación de cortometrajes artísticos de animación, historietas, humor, diseño gráfico, ilustración y artes plásticas en general, obtuvo gran cantidad de premios y fue nominado al Martín Fierro, que finalmente lo gana en 1993.
En el mismo año que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires nombra «Patrimonio Cultural de la Ciudad» a Clemente, se inauguró el Monumento a Clemente, obra del escultor Fernando Rusquellas, en la Plazoleta Clemente, en pleno centro de Adrogué, provincia de Buenos Aires, donde pasó los últimos años de su vida.