La ludopatía es un trastorno compulsivo de la conducta, que convierte a quien la sufre, de forma crónica y progresiva, en una persona incapaz de resistir los impulsos de jugar.
La dependencia del juego es una de las enfermedades mentales menos conocidas por la sociedad. Este desconocimiento puede deberse a que los juegos de apuestas han constituido desde siempre una actividad recreativa en la mayoría de las sociedades. Una gran parte de los individuos considera el juego como un vicio y no una dependencia grave que destruye tanto a quien la padece como a todo lo que lo rodea, especialmente los vínculos familiares.
El mecanismo que subyace a problemas como el alcoholismo, las toxicomanías o la bulimia, es inicialmente idéntico al que lleva al jugador a convertirse en ludópata. Por lo tanto, puede equipararse la ludopatía al modelo de drogadependencia sin tóxico.
La excitación que produce el riesgo de cada jugada atrapa paulatinamente a aquellos que por razones particulares están más predispuestos. Luego, los sentimientos de culpa, la frustración, el pánico, la pérdida de la autoestima y la depresión, acaban por adueñarse del jugador patológico.
Eta es la fase más crítica por la que acaba pasando el adicto al juego. La situación llega a ser tan extrema que con frecuencia llegan a cometer actos delictivos, fraudes o robos hasta con la propia familia, para poder seguir jugando.
Según la clasificación estadounidense de los trastornos mentales DSM IV, la distorsión del pensamiento, la superstición, la mentira y la sensación de poder y de tener todo bajo control mientras juegan, son algunas de las características presentes en los jugadores patológicos.
A pesar del problema que se cierne sobre toda dependencia y de que la curación parece una meta inalcanzable, la ludopatía tiene tratamiento.
La premisa para poder empezar la recuperación es admitir que se es adicto al juego. El primer paso tiene que darlo el paciente, aunque en la mayoría de los casos son los familiares quienes realizan las primeras consultas. Normalmente, el adicto al juego suele acudir en busca de ayuda tras varios años de padecer la enfermedad.
Por la Lic. María del Carmen Naharro