Fuera de Serie
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Superman & Lois
El Abuelo de los Superhéroes Vuelve a Volar Alto
Superman & Lois

Si Superman puede hacer de todo, ¿qué problemas podemos darle? — Problemas emocionales, los más grandes, aquellos que todos podemos entender.” Quien dijo esto fue Grant Morrison, aclamado guionista de historietas y autor de una de las obras fundamentales del Hombre de Acero, “Superman All Star”. En aquel libro el popular personaje se enfrenta no solo al tipo de conflictos típicos de los seres con superpoderes, sino que lo bajó a la tierra —al ser capaz de desafiar las leyes de la gravedad— y de golpe, como tantos otros autores intentaron con diferentes niveles de éxito, le inyectó una cuota de interés genuino para los amantes de los héroes con trajes estrambóticos.

La cadena Warner lleva años desarrollando un universo basado en los personajes de la editorial DC comics. Superman, encarnado acá por Tyler Hoechlin (Teen Wolf), comienza con un enorme homenaje al mito del héroe oriundo de Krypton. Un niño camina despreocupado por una calle, skate debajo del brazo, en las inmediaciones de una autopista. Un auto cae desde lo alto, abollado, y un borrón azul y rojo rescata al joven de una muerte segura. Apoya con delicadeza el vehículo en el asfalto, y se acerca al niño, que mira sonriente a su salvador. Superman le alcanza la gorra que se le había volado, y este no sólo le agradece sino que le elogia el traje. El Hombre de Acero sonríe, y responde:

—Gracias, mi mamá me lo hizo.

Despega a velocidad supersónica hacia el cielo, a continuar con su labor sin fines de lucro de salvar a la humanidad de las grandes amenazas propias de un mundo fantástico como el de las historietas, pero también a resolver problemas del mundo real, el nuestro.

Esta escena no solo es un homenaje a la portada de la mítica y multimillonaria aparición de Superman en Action Comics #1, sino que el traje que concibieron Max y Dave Fleischer entre 1941 y 1942.

Desde su concepción en 1938 el alienígena “más rápido que una bala, más fuerte que una locomotora” ha aparecido en historietas, seriales radiales y cinematográficos y películas de todo tipo. Ha inspirado a generaciones con los valores intachables que pregona y hasta tiene estatuas erigidas en su honor en varias ciudades del mundo. El planeta se paralizó en 1992 cuando se anunció que la editorial había decidido matar al abuelo de los superhéroes, y la noticia fue tapa de los diarios más importantes alrededor del globo.

Probablemente para muchos Superman no sea el héroe más “cool”, y en plena era donde el séptimo arte tiene un amor idílico con el universo Marvel (eterna competencia de DC Comics), a Superman se le debe respeto. Probablemente ninguno de esos pintorescos personajes con la más amplia gama de poderes y habilidades extraordinarias estaría en el imaginario popular sin la irrupción del abuelo de todos ellos, en una revista llamada “Action Comics”, con las inocentes viñetas creadas por dos artistas hambrientos llamados Jerry Siegel y Joe Shuster.

El enfoque de “Superman & Lois” no es original en su concepción, pero si una mirada refrescante sobre una batería de personajes que llevan más de ochenta años en el ojo del público. La serie se toma cuatro minutos para recapitular el origen harto conocido del héroe, y nos pone de lleno en el conflicto que servirá de eje temático para el resto de la temporada. Clark Kent, casado con Lois Lane (Elizabeth Tulloch, “Grimm”) y ambos padres de dos hijos adolescentes, Jonathan y Jordan, se encuentra sin empleo de periodista en el diario Daily Planet, tras una absorción corporativa que ya había generado más reducción de personal. Su madre fallece en la cama de su hogar en la pequeña localidad rural Smallville, en Kansas, y el dinero parece no alcanzar. Para colmo de males uno de sus hijos tiene trastorno de ansiedad social, mientras que el otro es una estrella deportiva y parece llevar una vida de mil maravillas. Los Kent deben tomar la difícil decisión de abandonar la vida urbana a la que tanto se acostumbraron para salvar la granja familiar, en un pueblo acechado por la sombra del magnate Morgan Edge, despiadado empresario tan carismático como siniestro.

Si uno extrapolara la breve descripción del párrafo anterior, pensaría que el redactor está hablando sobre un drama familiar, la historia de personas clase media luchando por avanzar en sus vidas, lidiando con los problemas típicos de los hijos adolescentes, mientras el capitalismo salvaje acecha, amenaza con destruir los empleos, arruinando la vida de todos los que conocen y aman. Pero esta también es una historia sobre Superman, y para los entusiastas del personaje, hay escenas muy buenas, con acción y efectos especiales que destacan entre la producción media de este tipo de shows.

La clave en los primeros dos capítulos, que fueron tan populares y bien recibidos que le garantizaron una segunda temporada, es el conflicto humano, aquello de lo que hablaba Grant Morrison. Este Superman lucha con un villano que lo supera en poder, vuela a la velocidad del sonido y dispara rayos candentes por los ojos, pero cuando llega a su casa tiene los mismos problemas que tiene o podría tener el espectador. Clark quiere ser un padre más presente, y se debate entre la atención que reclaman su esposa e hijos y la atención que le reclama el mundo, ni más ni menos. Pero al final del día el Hombre de Acero cuelga su capa y se va a dormir como el resto de los mortales.

El drama está muy bien escrito, y la actuación de todo el elenco (especialmente el cuarteto protagonista) es de lo más aceitada. Uno ve a la familia y no piensa en cuatro actores, tal es la química. La representación del pueblo rural, en especial la granja de los Kent, brilla desde el diseño y la fotografía. La representación de los poderes es impecable, cuando la acción toma la primera plana, es espectacular, dignifica el mito del héroe capaz de realizar proezas imposibles en las viñetas.

“Superman & Lois”, cuyos dos primeros capítulos ya se estrenaron, es una serie prometedora, llena de conflictos planteados a resolverse en futuras entregas. Los que busquen aventuras la encontrarán, los amantes de los dramas familiares encontrarán aquí un gran despliegue narrativo, y los que disfruten de ambas estarán más que satisfechos.

(Dedicado al amigo Anibal Gomez, uno de los mayores fanáticos del Hombre de Acero que existen)

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