El general Lonardi después de deponer a Perón en setiembre de 1955, anunció una política conciliadora resumida en su frase “ni vencedores ni vencidos”.
Esto no fue del agrado de los antiperonistas duros, ya que poco después desalojaron a Lonardi para instalar al general Aramburu. Este desató una implacable represión sobre los seguidores de Perón. Se intervino la CGT, se disolvió al partido Peronista y miles de militantes fueron a parar a la cárcel. Mediante distintas medidas se pretendió borrar todo vestigio del pasado reciente.
La asfixiante situación llevó al alzamiento cívico-militar de junio de 1956 liderado por el general José Valle. El movimiento fracaso y 27 personas fueron fusiladas. El peronismo proscripto y disperso, con su líder a miles de kilómetros, trató de organizar la resistencia. Impedido de presentarse a elecciones de 1958, Perón ordena a votar al radical intransigente Arturo Frondizi, con quien había pactado su apoyo a cambio de una serie de medidas que éste una vez en el gobierno nunca cumplió.
A la decepción siguió el enfrentamiento. Miles de huelgas, sabotajes y movilizaciones sacuden al país. Frondizi con más represión y profundiza su programa económico de signo liberal.
Ante éste estado de cosas algunos hombres del peronismo entre los que se encuentra el dirigente Jhonn William Cooke, impulsan la primera guerrilla rural peronista: los Uturuncos.
Esta palabra en idioma quechua significa “hombres tigres”. Corre 1959 y la resistencia a Frondizi hace pensar a aquellos hombres que está madurando una situación revolucionaria.
Unas 20 personas con muy poco armamento, se instala cerca de los cerros El Calao y Cochuna, en el noroeste tucumano. El grupo armado esta integrado por gente de la Juventud Peronista, Alianza Libertadora Nacionalista y otros sectores afines.
Se proponen derrocar a Frondizi y reponer a Perón en el gobierno, junto a la aplicación de algunas medidas de corte nacionalista.
El 24 de setiembre de 1959 tienen su bautismo de fuego en la toma de la comisaria del pueblo de Frías, en Santiago del Estero cerca de la frontera con Tucumán. Se apoderan de algunas armas livianas y unos pocos pesos. Lucen brazaletes con la sigla MPL (Moviento Peronista de Liberación).
El grupo es rápidamente desarticulado y su jefe Félix Serravalle (Comandante Puma) fue condenado a tres años y medio de cárcel.
Poco después, Frondizi aplica el Plan Conintes militarizando a los trabajadores en huelga y para enfrentar lo que denomina “accionar terrorista”.