Pero Antes, Muchísimo Antes, fui “Pichuco”
“-Lo de “Pichuco” es anterior al nombre. Marcos había sido el primer hijo y el segundo varón, así estaba dispuesto, debía llevar el nombre del padre: Aníbal. Pero antes, muchísimo antes, fui “Pichuco”.
-¿Y de donde arranca el apodo?
-Mi padre tenía un amigo a quien llamaba Pichuco. Sobre mis primeras lágrimas de niño, parece que por la mecedora amante de mi madre, con su dulzura de hombre, acaso feliz del todo, mi padre dijo: “Bueno… Pichuco… bueno…”. Entonces mojé de llanto mi primer nombre. Por eso sé que soy así.
-¿Así cómo?
-No sé, así. Pichuco.”
Julián Centeya a Aníbal Troilo – Revista 23 – 15-04-04
Troilo, el que Otorgó el Permiso del Escenario
“Siempre fuimos amigos con Aníbal Troilo. Un día, él iba a tocar al Club Banco Comercial de Montevideo, muy bien remunerado, con Grela y Goyeneche. Y yo me fui con la misma ropa, porque no tenía nada más que una, y en vez de tener corbata, me puse un moñito. Y lo emocionó porque yo había transformado mi personalidad por un moñito. Y cuando estamos en el club, en el bar del club, en el balneario Pocitos, me dice: “Venga”. Me trataba de usted. Y me dice: “Usted esta noche va a subir con nosotros al escenario”. “¿Y qué voy a decir?”, le pregunto. ”Las mismas cosas que nos dice a nosotros y que nos gustan tanto”. Me fue bárbaro. Conté esas cosas, fantasías, inventos. Y cuando termino, me dice: “Vamos a tomar un cafecito”. Y me dice: “A usted, en esto… en esto, le va a ir que ni se imagina! ¡Ni se imagina! Usted en este negocio va a ser un misil. Pero tenga cuidado con dos enemigos. Por un lado, la envidia de los demás. Y por el otro, su propio engrupe. No se la vaya a creer”. Mozo, dijo entonces, “otros dos cafés”. Y ya no hablamos nunca más del tema.”
Camilo Sánchez a Horacio Ferrer – Clarín – 10-03-04
Troilo ya Tenía más de 50 años y era Reconocido por Niños de la Primaria
“Un autodidacta con una inspiración diferente. El legado de Troilo es enorme. Cuando ingresé a su orquesta, en 1953, él ya era una figura clave de la música. Venía con una gran repercusión, porque como director tuvo una permanencia desde los primeros tiempos de la orquesta, en los años cuarenta. Su leyenda fue creciendo paralelamente. A mí me llamaba mucho la atención el cariño de la gente. Recuerdo que una vez cruzando juntos la plaza de Tribunales se acercaron unos chicos de una escuela: lo vieron y vinieron a festejar. Troilo ya tenía más de 50 años y era reconocido por niños de la primaria. Eso no era ni es usual en el tango y me queda como anécdota.”
Raúl Garello – Punto de vista I – Tiempo Argentino – Espectáculos – 18-05-10
El Gordo Triste
Por su pinta poeta de gorrión con gomina;
por su voz que es un gato sobre ocultos platillos,
los enigmas del vino le acarician los ojos
y un dolor le perfuma la solapa y los astros.
Grita el águila taura que se posa en sus dedos
convocando a los hijos en la cresta del sueño;
¡a llorar como el viento, con las lágrimas altas!,
¡a cantar como el pueblo, por milonga y por llanto!
Del brazo de un arcángel y un malandra,
se va con sus anteojos de dos charcos
a ver por quien se afligen las glicinas,
Pichuco de los puentes en silencio.
Por gracia de morir todas las noches,
jamás le viene justa muerte alguna,
jamás le quedan flojas las estrellas,
Pichuco de la misa en los mercados.
¿De qué Shakespeare lunfardo se ha escapado este hombre
que en un fósforo ha visto la tormenta crecida,
que camina derecho por atriles torcidos,
que organiza glorietas para perros sin luna?
No habrá nunca un porteño tan baqueano del alba,
con sus árboles tristes que se caen de parado,
¿Quién repite esta raza, esta raza de uno?…
Pero, ¿quién la repite, con trabajos y todo?
Por una aristocracia arrabalera,
tan sólo ha sido flaco con él mismo;
también el tiempo es gordo y no parece,
Pichuco de las manos como patios.
Y ahora que las aguas van más calmas
y adentro de sus jaulas cantan pibes,
recuerde, sueñe y viva, Gordo lindo,
amado por nosotros, por nosotros.
Tango – 1972
Letra: Horacio Ferrer
Música: Astor Piazzola