En 2008 el mundo fue sacudido por una fuerte crisis económica. El epicentro se registró en Estados Unidos y tuvo como origen la llamada “burbuja inmobiliaria». Una suerte de festival de compra y venta de hipotecas de alto riesgo que involucró a bancos, financieras y fondos de inversión y disparó una onda expansiva que sacudió las finanzas en todo el mundo, con su secuela de quiebras y pérdida de millones de puestos de trabajo, provocando en varios países una importante recesión.
Entonces y una vez más, los países desarrollados volvieron sus miradas hacia los llamados “paraísos fiscales». Se trata de minúsculos estados formalmente independientes o asociados a otros, que permiten a empresas, bancos, sociedades de todo tipo, depósitos y cuentas, fijar domicilio en su territorio aunque no desarrollen ninguna actividad en él. En el año 2021 los paraísos fiscales conocidos llegan a casi un centenar. Algunos de los más notorios son Panamá, Puerto Rico, varias islas caribeñas, Suiza, Emiratos Árabes Unidos y varias decenas más; incluyendo la ex colonia británica de Hong Kong, que provee de divisas frescas a la República Popular China.
Entre las bondades del sistema, está la posibilidad de no pagar ningún tributo directo o hacerlo en proporciones ínfimas; contar con secreto bancario riguroso y mantener en reserva la identidad de los involucrados; dificultando así a los países de origen el seguimiento de esos capitales financieros. Estas condiciones excepcionales permitieron a esos pequeños países acumular inmensas fortunas que no guardan relación con su tamaño ni con su vida económica. Según un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) del año 2009, el 25 por ciento de la riqueza financiera privada del mundo, estaba refugiada en paraísos fiscales. Ese organismo multilateral junto a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la International Business Companies (IBC), alertaron acerca del uso de esos enclaves para cobijar lavado de dinero, fuga de capitales, evasión de impuestos en países de origen y hasta riquezas criminales como las provenientes del narcotráfico y otros ilícitos.
A consecuencia de esa preocupación de las finanzas mundiales, en el año 2000 la OCDE fundó el Foro Global sobre Transparencia e Intercambio de Información Tributaria, para investigar con mayor profundidad esa tendencia que compite seriamente con la banca hegemónica y daña la capacidad tributaria de las naciones.
En 2007 entre otros, se manifestó acerca del problema quién sería el presidente norteamericano Barack Obama. El entonces senador junto a dos colegas de su partido, presentó un proyecto de ley para controlar los comportamientos fiscales de aquellos capitales radicados o vinculados a paraísos fiscales. También Europa expresó su preocupación por boca del quien era primer ministro británico en 2009, Gordon Brown; el estadista inglés sostuvo que los ahorros estarían mucho más seguros si el mundo acordara prohibir los paraísos fiscales. Si bien las crisis económicas mundiales tienen un carácter cíclico y son producto de una suma de factores, las llamadas “burbujas financieras” que con mayor frecuencia hunden economías aparentemente sólidas en cuestión de horas, no serían ajenas a las maniobras de enormes capitales supranacionales que operan contando como base a esos paraísos fiscales.
En nuestro país los paraísos fiscales y las sociedades offshore (fuera de la costa), fueron noticia a raíz de las denuncias presentadas a la Justicia contra el entonces presidente de la Nación, Mauricio Macri. El diputado nacional del Frente para la Victoria (FPV) Darío Martínez, llevó a los Tribunales documentación que vinculaba al Jefe de Estado con 48 sociedades offshore con domicilio en Panamá, Bahamas y otros santuarios similares, para que fueran investigadas; debido a que muchas de ellas no habrían sido declaradas como patrimonio en la Argentina. El episodio con ribetes de escándalo fue conocido como los Panamá papers. En 17 casos figuraban en los directorios, miembros de la familia Macri o funcionarios de su gobierno. Las causas siguieron su curso judicial con suerte diversa.
Paraísos Fiscales: Leng. Pop. y Gen. Países donde no se abonan impuestos a las ganancias.
“Se presumirá que créditos otorgados desde paraísos fiscales (término vago que se utiliza para calificar a países con secreto fiscal absoluto) son aportes de capital. Se parte de la base de que se trata de créditos en base a depósitos de residentes locales. Por empezar, si una sociedad tiene varios socios, hay que ver a quien se imputa el incremento patrimonial no justificado y el consiguiente impuesto a la ganancia. Por lo demás, esto llevará a que estos créditos se otorguen vía bancos de países que no son paraísos fiscales. Todo esto es la dudosa legalidad.”
Juan Alemann – La Razón – 20-06-03