Marvel completó un recorrido cinematográfico histórico en sus primeros diez años de historia con lo que denominaron La Saga del Infinito. Fueron una veintena de películas, todas interconectadas, que terminaron contando una historia macro entre todas, a lo largo de lo que denominaron fases.
Este año comenzó la fase cuatro, que aún no tiene título ni se sabe si conformará una nueva saga durante otra década, con el estreno de Black Widow en cines, las series en Disney+ WandaVision, Loki, Falcon and The Winter Soldier, What If y varias más que se estrenarán en los próximos meses.
Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos es la segunda entrada cinematográfica de esta nueva etapa, y tiene como propósito introducir a un nuevo superhéroe para ir formando lo que serán, probablemente, los nuevos Avengers tras las dos últimas películas del grupo de héroes en donde varios personajes llegaron a su fin.
La historia nos muestra como el protagonista, Shang-Chi, vive de incógnito bajo el nombre Shaun en San Francisco, trabajando como valet parking (encargado de estacionar autos) en un lujoso hotel. Tiene una vida simple, sin preocupaciones, junto a su amiga Katy, también de origen asiático. Los dos tienen una existencia tranquila hasta que un grupo de asesinos los emboscan para robarle un collar a él—regalo de su madre en la infancia— y, en ese espectacular enfrentamiento a bordo de un colectivo por las empinadas calles estadounidenses, Shang-Chi demuestra que no es un ser humano corriente: posee habilidades extraordinarias en el combate cuerpo a cuerpo, exponiendo una ductilidad para las artes marciales dignas de Bruce Lee o Jackie Chan.
Tras ese incidente Shang Chi le revela su verdadera identidad a Katy, que decide ir con él hacia Macao, donde reside su hermana Xu Xialing, que formó un fructífero negocio en base a luchas clandestinas. De a poco se va revelando que el padre de ambos, Wenwu orquestó la “reunión” familiar con la intención de rescatar a su fallecida esposa de la supuesta condena eterna en una caverna en la ciudad mítica de Ta Lo, un poblado repleto de criaturas fantásticas, cuyos habitantes son habilidosos luchadores con poderes sobre-humanos.
Wenwu posee los Diez Anillos del título —que más que anillos son pulseras, que usa en sus brazos—, unos artefactos de origen desconocidos que le otorgan poderes extraordinarios a quienes los esgrimen, más allá del don de la inmortalidad. El hombre formó un imperio malévolo a lo largo de la historia, y se lo conoce por su alias, El Mandarín, un nombre que provoca terror en quienes lo conocen. Si les suena conocido a los espectadores casuales del Universo Marvel es porque también fue el villano de Iron Man 3, algo que posteriormente se empezó a “corregir” en un cortometraje y aquí termina de reformularse la verdadera identidad del icónico villano.
Shang Chi deberá enfrentar a su padre, obtener los anillos y salvar el poblado de su madre del feroz ataque, rechazando así el destino para el que su progenitor lo entrenó con ferocidad durante toda su vida, convirtiéndose en un superhéroe, el primero de origen asiático del Universo Cinematográfico Marvel como protagonista.
Esta segunda entrada para el séptimo arte de la fase cuatro tras Black Widow sigue las fórmulas que los habitúes de Marvel sabrán reconocer. Una historia ligera, con varios huecos en la trama cuya lógica se reemplaza por grandes escenas de acción y, como es habitual ya, la aparición de otros personajes de películas anteriores que garantizan la continuidad argumental de la nueva historia macro que están gestando los productores —Kevin Feige, la argentina Victoria Alonso y Louis D´Esposito, los responsables de crear una de las franquicias más exitosas de la historia del cine— lo cual hace que esta primera entrega en la saga del héroe se sienta como un pequeño prólogo y un trailer de dos horas para futuros proyectos.
El director Destin Daniel Cretton debuta en el popular estudio con un film entretenido, cuyo principal fuerte son las escenas de pelea, que son obra del coordinador de peleas Andy Cheng, quien trabajó con Jackie Chan en varias producciones estadounidenses, y cuyo estilo se puede advertir acá en más de una coreografía. También destacan los impecables efectos especiales y visuales, una constante en Marvel, que a esta altura saben cómo ofrecer un espectáculo vistoso capaz de redimir sus productos más flojos. En los aspectos técnicos, es un film impecable, que garantiza entretenimiento a quienes disfruten el cine de acción y artes marciales.
Simu Liu y la humorista y actriz Awkwafina son los protagonistas de la historia, el primero como el héroe del título y la segunda como la compañera ajena a todo el universo fantástico, que representa al espectador. Sin ella nadie explicaría nada sobre este nuevo mundo que se presenta, y todo quedaría en un festival de colores, criaturas mágicas y peleas exageradas sin un contexto. El resto del cast, mayoritariamente asiático, es correcto, ente los que destaca la gran Michelle Yeoh, a quien el público occidental pudo disfrutar en un film de artes marciales mucho mejor, El Tigre y el Dragón de Ang Lee.
Shang Chi y la Leyenda de los Diez Anillos es una mezcla de referencias estéticas al cine de artes marciales oriental moderno, como la mencionada película de Lee o las bellísimas obras de Yimou Zhang, director chino de films imperecederos como Hero, La Casa de las Dagas Voladoras o La Maldición de la flor dorada. Le rinde homenaje al cine de Chan incorporando los elementos de los entornos en donde pelean para crear más dinamismo, y los monstruos que se ven en pantalla están claramente inspirados en la mitología china.
Para los fanáticos de Marvel es un título ineludible si quieren seguir la historia general que se está armando en esta nueva fase, y si bien entretiene, es un producto mediocre que se salva por los aspectos técnicos y las luchas, pero que presenta una historia genérica —ya hemos visto mil veces esta clase de orígenes— y que solo aporta un nuevo superhéroe para la inevitable reunión en la futura quinta película de los Avengers. Los que les guste el cine de artes marciales encontrarán cosas para disfrutar, pero quienes vayan a buscar la magia de las películas clásicas de Marvel encontrarán acá una nueva entrega floja de esta cuarta fase que parece haber tirado toda la carne al asador en sus series.
Shan Chi y la Leyenda de los Diez Anillos está disponible desde el pasado 12 de noviembre en la plataforma de streaming Disney+.