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Plaga Zombie
AMERICAN INVASION: LA SAGA ARGENTINA LLEGA A ESTADOS UNIDOS
Plaga Zombie

El próximo sábado 4 de diciembre, a las 22 horas de Argentina, se va a estrenar Plaga Zombie: American Invasion en el marco del Festival Internacional de cine de terror, fantástico y bizarro Buenos Aires Rojo Sangre. Es un día importante para los amantes del cine de terror, comedia, acción y ciencia ficción hecho en Argentina porque este largometraje es una secuela oficial de la primera trilogía de zombis latinoamericana, pero hecha en Estados Unidos de forma independiente.

Aquellos que vieron las primeras tres películas entenderán porqué es tan relevante este estreno (más abajo tendrán a disposición los horarios y la dirección de la sala), pero para aquellos que aún no saben de qué estoy hablando, vamos a empezar con:

UN POCO DE HISTORIA
En Haedo, localidad ubicada al oeste del conurbano bonaerense, un grupo de amigos habían desarrollado a temprana edad una vocación irrefrenable por crear arte. Hacían historietas, hacían cortometrajes, consumían mucha cultura popular. La explosión de la televisión por cable y la popularidad de los videoclubs alimentaron el catálogo mental de los jóvenes, que se empapó de cine de cuanto género se les cruzara. Las cámaras hogareñas, que día a día se hacían más accesibles, les abrieron aún más el panorama, mientras el milenio pasado transitaba sus últimos años.

Los cortos ya les quedaban, bueno, cortos. Tenían ambiciones. Tenían ideas. Querían hacer un largometraje.

Durante extensas jornadas estos chicos hicieron lo imposible para grabar su primera gran obra en una cámara VHS. No tenían acceso a islas de edición así que las dificultades obligaron a los amigos a recurrir al ingenio: captarían todas las escenas en orden cronológico, editando en el mismo aparato. Cuando finalizaban una toma y pasaban a la siguiente, no había vuelta atrás. Ningún director aconsejaría abordar una tarea de proporciones tan épicas, menos para un film sobre una invasión alienígena con los zombis más coloridos del mundo. La cinta tenía efectos especiales, escenas de batalla, muchísima sangre, monstruos causando alboroto y un trío protagonista memorable. Estaba hablada en castellano neutro, como las películas dobladas en español que se pasaban en los canales de televisión (o que alquilabas de rebote) y apelaba, también, a un sentido del humor con el que los espectadores podían identificarse.

Si a los 17 años usted, lector, estaba con las preocupaciones típicas de la adolescencia, no se preocupe, es lo “normal”.

Sin embargo, los entonces chicos de Farsa Producciones, a esa edad, habían volcado toda su energía en hacer algo distinto. Y lo consiguieron.

Hicieron historia.

En 1997 se estrenó Plaga Zombie, dirigida por Pablo Parés y Hernán Sáez, protagonizada por ambos junto a Sebastián “Berta” Muñiz. El trío se complementó con actores como Paulo Soria y Walter Cornás que se sumaron a la épica empresa y serían partes fundamentales no sólo de las otras entregas de la saga, sino de la historia de Farsa Producciones.

El largometraje se convirtió en un hit de culto cuya secuela se estrenó en el 2001, titulada Plaga Zombie: Zona Mutante. Los cuatro años de diferencia mostraron una enorme madurez en el estilo de filmación, en la ejecución de los efectos especiales y escenas de acción, más un claro desarrollo en la historia. La ahora saga comenzó a acaparar la atención de más festivales, mercados internacionales y amplió la base de fanáticos siempre sedientos de ver las aventuras de los héroes Bill Johnson, John West y Max Giggs.

Once años más tarde llegaría la conclusión con Plaga Zombie: Zona Mutante – Revolución Tóxica, que no sólo finalizó la primer trilogía zombi latinoamericana, sino que le dio a la historia el cierre épico, cargado de humor, sangre, tripas y extraterrestres todos esperábamos. Los protagonistas llegan al aparente final de su jornada —porque nunca se sabe cómo ni cuando pueden reaparecer— poniendo punto final a aquella invasión iniciada en el primer film.

La trilogía se encuentra disponible en el canal oficial de YouTube Farsa Producciones, y acumula al momento de escribir esta nota más de tres millones de reproducciones en total.

LA PLAGA LLEGA A TERRITORIO ESTADOUNIDENSE
La saga no llegaría a su fin, sino que se iba a expandir, esta vez en la escena independiente de Estados Unidos, gracias a un grupo de artistas comandados por el director Garry Medeiros, el actor y productor Walter Rivero —que también fue parte del equipo de guionistas formado por el director y Cheryl LePan— y un conjunto de actores, especialistas en efectos especiales, músicos y todo tipo de profesionales y entusiastas del séptimo arte que iniciaron un viaje único en el 2014. Esto derivó en siete años de labor intensiva, un proyecto de amor por una saga nacida en la otra punta del continente, que terminó llamándose Plaga Zombie: American Invasion.

La historia comienza dieciséis años más tarde de los eventos relatados en la trilogía original. Una nueva nave extraterrestre inicia sus experimentos en suelo estadounidense. La localidad elegida es New Bedford, Massachussets, un sitio tranquilo, costero, en donde los alienígenas eligen gente al azar para implantarles el virus zombi. La plaga de monstruos coloridos (sus pieles adquieren todos los colores imaginables, al igual que en la trilogía original) comienza a causar los estragos y toma desprevenidos a tres de nuestros cuatro héroes.

Así conocemos a Sam Samson (Matthew G. Hill), un cuarentón de proporciones temibles cuyo sueño frustrado es ser un profesional de la lucha libre, como su héroe, John West (uno de los protagonistas originales) a quien venera en la intimidad de su hogar con una colección de memorabilia extensa. Las cosas no van bien para el hombre: le cancelan una pelea programada, su novia —y sostén económico— lo abandona el mismo día, y el pobre hombre, deprimido, se queda solo, con la autoestima por el piso, sin saber que en el exterior la plaga zombi ya ha comenzado, y sus habilidades para la lucha cuerpo a cuerpo le permitirán intentar escapar de la zona infectada.

El casero de Sam, Manny DiStefano (Ben Tolosa) es también el único amigo del luchador. Ostensiblemente argentino —toma mate, utiliza una casaca de la selección nacional con su nombre y hasta tiene una bandera del club Argentinos Jr. colgada en su departamento— acude a consolar a su compañero, intenta darle ánimos y juntos tendrán la primera batalla en la casa contra los monstruos.

Tras la pelea, el dúo se encuentra con Nash (Corey Spencer), a quien vimos al inicio de la película sufriendo el ataque de los zombis. El pobre hombre fue testigo de cómo su novia fue devorada por los atacantes, pero consiguió escapar de la horda y, al igual que Sam y Manny, busca con desesperación escapar New Bedford antes que sea demasiado tarde.

El trío terminará topándose con un cazarrecompensas, Kobra Guevara (Walter Rivero), quien acudió en una misión encubierta al territorio persiguiendo la señal de la nave invasora, gracias a la tecnología que le habilitó un misterioso benefactor… cuya identidad no revelaremos aquí para preservar una de las múltiples sorpresas que depara el film para los fanáticos de la saga original. Kobra tiene su propia agenda, no duda en disparar antes que preguntar, cual Boogie, el aceitoso, pero con un look que emula al icónico Snake Plissken de los films clásicos Escape de Nueva York y su secuela Escape de Los Ángeles.

Mientras las peleas se suceden el cuarteto de héroes está ajeno a los planes gubernamentales para tapar todo el incidente. Los hechos ocurridos década y media atrás nunca salieron a la luz gracias al esfuerzo por silenciar a los protagonistas, y nadie supo la epopeya que tuvieron que sortear las víctimas del ataque extraterrestre en suelo latinoamericano. La necesidad de escapar de la ciudad costera aumenta minuto a minuto, sin que los protagonistas tengan una dimensión real no sólo del alcance de la invasión, sino de la conspiración que les juega en contra.

Plaga Zombie: American Invasion tiene todos los elementos, a esta altura clásicos, de la trilogía original. La nave espacial es idéntica a la que pudimos ver en la tercera entrega, los maquillajes de los monstruos explotan en colores, lo cual no sólo genera una continuidad estética con el material base sino que la distingue de cualquier otro film o saga que emplee zombis dentro de sus tramas. Las batallas son exageradas, repletas de sangre, desmembramientos y muertes pintorescas, pero que no se pueden encuadrar dentro del cine gore más impactante (films como Hostel o la saga de Saw) sino que apelan a un espectáculo camp, divertido y absurdo. Una de las principales influencias de la productora argentina Farsa Producciones en su momento fue Evil Dead, que supo combinar los elementos del horror con la comedias, y en esta cuarta entrega el director junto a todo su equipo garantizan los baños de sangre aptos para todo público. Si quieren ver a estos peculiares héroes atravesando monstruos a mano desnuda, están en la película correcta.

El largometraje se sostiene no sólo gracias a las muy bien ejecutadas escenas de acción —que las hay por doquier— sino a que la historia gana en dimensión gracias a personajes bien definidos y con motivaciones claras. Sam busca redención tras chocar contra la dura realidad de que jamás podrá ser un luchador profesional, y la invasión zombi lo pone a prueba, es el escalón que necesita trepar para salir del pozo. Manny parece disfrutar de la singular situación que le toca vivir, es el que hace más chistes y el “alma” del equipo. Nash es el músculo, sabe artes marciales, maneja bien la espada y no tiene nada que probarle a nadie. Kobra es el hombre de acción, hábil con las armas de fuego y capaz de sacarse de encima a quien se le cruce, sea zombi o humano. Todos tienen sus momentos en el guión para explorar no sólo el aspecto físico del proyecto, inherente a las escenas de acción, sino con pasajes de comedia y drama que permiten que la trama avance y que el entretenimiento no dependa sólo de los pasajes más vertiginosos.

Pese a que fue una producción independiente que se desarrolló a lo largo de casi una década, el valor de producción que ostenta Plaga Zombie: American Invasion es digno de elogio. Las locaciones reales dan un sentido de escala grandilocuente a la invasión, los escenarios naturales son tan amplios como vistosos y permiten que las batallas se puedan ejecutar de la mejor forma. La acción es clara, editada con mucha agilidad. El despliegue de las coloridas hordas de zombis a plena luz del día hacen que el espectador pueda apreciar la labor de maquillaje que realizó el equipo técnico. Al ver el film es imposible darse cuenta que todo este proyecto se inició en el 2014, y ese es un mérito difícil de conseguir en un largometraje de esta escala.

La música estuvo a cargo de Pablo Fuu, habitual colaborador musical de otro ícono del cine independiente argentino, Germán Magariños (Sadomaster, Los SuperBonaerenses), y consigue emular el sonido de la trilogía original aportándole su estilo, introduciendo los leitmotivs con sutileza, pero consiguiendo piezas musicales que complementan muy bien la cinta. Walter Rivero, aparte de producir, escribir y protagonizar, también aportó su cuota musical —porque el cine independiente es uno de los medios artísticos más colaborativos y multitasking que existe— con la canción que canta Sam en el primer acto de la película.

Los fanáticos de las películas argentinas encontrarán acá incontables referencias a la trilogía, más cameos (algunos pueden verse en el trailer, otros es mejor descubrirlos en la gran pantalla). Desde el guión y la dirección se encargaron de llenar de easter eggs la cinta para que aquellos que estén más embebidos con la mitología de Plaga Zombie puedan disfrutar aún más la continuidad temática y argumental. Hay muchas frases, escenas homenaje y hasta la aparición de una motosierra similar a la que utiliza Bill Johnson como espada en la segunda entrega. El nivel de detalle es asombroso, y con verla una vez es imposible captar todos los guiños al espectador.

Pero Plaga Zombie: American Invasion es un largometraje que cualquier persona amante del género horror/comedia/ciencia-ficción puede disfrutar sin la necesidad de haber visto las obras anteriores, algo que Hernán Sáez y Pablo Parés habían hecho con las otras tres: las historias se entienden independientemente. Hay recompensa para los que vieron todas, claramente, pero los cineastas y actores no apuntan a un grupo reducido, este es un film que cualquiera puede disfrutar.

Consultado por este medio, Pablo Parés reflexionó sobre la continuación de sus películas en un ámbito que parece tan lejano como Estados Unidos.

Desde siempre, las pelis de PLAGA ZOMBIE despertaron la creatividad del público. El primer sitio web de la película fue hecho por seguidores, en 1998. Después vinieron algunos fan-films, dibujos, posters, fan-fiction y mucho más. Cuando Garry Medeiros, de Estados Unidos, nos pidió permiso para hacer una remake, le dimos total libertad para que haga una continuación oficial de la saga. Así que nos encanta, pero no nos sorprendió. Quizás sea la naturaleza “lúdica” de las películas, que invita a crear tus propias obras.

Lo que no esperábamos es una película de ese nivel de producción, con tantas ideas y trabajo. Es muy lindo ver que se formó una nueva familia alrededor de PLAGA ZOMBIE, que adoptó la saga como propia.

PLAGA ZOMBIE siempre fue un juego, que ahora sigue jugando otra gente. Ahora estamos esperando a ver quién quiere continuar la saga, ya que el final de la película abre muchos interrogantes que me encantaría ver cómo se resuelven.

Las películas de Plaga Zombie siempre hicieron hincapié en el poder de la amistad. La unión de fuerzas distintas, de habilidades disímiles, la conjunción de personalidades opuestas que se enfrentan a un problema y consiguen solucionarlo gracias a que están juntos. Estos obstáculos suelen ser desproporcionados, en apariencia imposibles de superar, pero todos sabemos, sentados en las butacas, que la amistad es más fuerte que la adversidad.

El poder de la amistad, la conjugación de fuerzas, habilidades y personalidades distintas es el motor del cine independiente, sea hecho en territorio argentino, estadounidense o en africano. Hacer arte sin el amparo de presupuestos estratosféricos es una labor de amor, es la expresión de una pasión y es el combustible que permite que un proyecto como éste llegue a salas de Estados Unidos, Francia y ahora acá, en nuestro país.

Hace veinticuatro años un grupo de adolescentes tuvo el sueño de hacer un largometraje con zombis y extraterrestres. Ahora les toca ver a ellos, los creadores, ver cómo sus sueños se convirtieron en los sueños de otros. Plaga Zombie: American Invasion es una prueba irrefutable del legado marcado con sangre, tripas, chistes y mucha, pero mucha pasión. Es el nuevo capítulo de la saga, y, lo mejor de todo, es una muy buena película que ofrece lo mejor que el séptimo arte puede ofrecer: entretenimiento.

Plaga Zombie: American Invasion se proyectará en el Multiplex Belgrano (Vuelta de Obligado 2199) en las siguientes fechas y horarios:

Sábado 4 de diciembre: 22 hs.
Lunes 6 de diciembre: 16 hs.
Domingo 12 de diciembre: 18 hs.

El autor quiere agradecer a Sai-Con Productions y al multifacético Walter Rievero por hacer llegar a tierras sanjuaninas la película,  a fin de poder redactar esta nota con la mayor justicia posible hacia el largometraje.

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