El Inocente Cuadro y el Magnate Miserable
Cuando a través de las noticias periodísticas nos enteramos que se llevó a cabo la venta por millones de dólares de un cuadro de Vincent Van Goth, no podemos dejar de imaginar la reacción que podría tener el artista en el caso de poder enterarse de semejante acontecimiento. Sin duda, desde algún lugar del universo estaría caminando en círculo, agarrándose la cabeza y quejándose al relacionar su trágica vida con lo que estaba presenciando.
En este tren de imaginar ¿Cuál sería la reacción de Frida Kahlo ante la compra de uno de sus cuadros por parte de un personaje que se queja por haber dejado de ser billonario?, una artista que adscribió a la ideología marxista, que alojó en su casa a León Trotsky, que postrada por su estado de salud participó en la protesta por la ocupación estadounidense de Guatemala y que su féretro fue envuelto con la bandera del partido comunista mexicano.
¿Qué actitud llegaría a tener ante la obscena respuesta del nuevo propietario de su obra de arte, justificando su insólita actitud de negarse a colaborar con una contribución (ni siquiera puede llamarse impuesto), ante una situación social de emergencia recrudecida por una pandemia implacable, aduciendo avances confiscatorios y de expropiación y hasta de una persecución?
¿Soportaría su estómago saber que una pintura suya esté en manos de este “desarrollador inmobiliario” que se anima a comparar un aporte solidario, que no debería ni necesitar una ley que lo reglamente, con bonos que en otros tiempos fueron fruto de crisis económicas ocasionadas por economistas que seguramente deben figurar entre sus admirados?
¿Condenaría la transacción económica que posibilitó que semejante personaje tenga en su poder una creación artística cuyo único motivo es completar su egocéntrica necesidad de prestigio cultural y social que todo el dinero que tiene no se lo posibilita?
Son todas preguntas que se enmarcan en un término que últimamente se emplea bastante, lo contra fáctico, pero cuesta imaginar a Frida Kahlo convalidando este hecho, un millonario perteneciente al séquito que apoyó las políticas económicas que llevaron al país a escenarios de sucesivas crisis, negándose al aporte a la par que desembolsaba 35 millones de dólares. Un séquito de hombres de negocios y economistas que justifican el espectáculo dantesco donde el infierno es un lugar plagado de pobreza, de injusticia, de explotación, con argumentos que pretenden explicar esos males como consecuencia de ser ellos víctimas de persecución.
Es difícil arriesgar una respuesta en cada uno de los interrogantes en nombre de la famosa pintora, y lo es porque hemos visto personajes que a través de la historia cambiaron tanto su postura frente a la realidad que hace imposible establecer una lógica, alguno terminó haciendo de Rambo, otros de Yuri el personaje de la película Lord Of War (Mercader de la Muerte), lo cual nos impide aseverar una supuesta respuesta.
Pero lo cierto es que a pesar de ser contra fáctico, cada uno puede imaginar lo que quiera, y si seguimos los conceptos de los críticos como de los biógrafos que afirman que es imposible separar su vida personal de su obra se nos hace posible creer que Frida Kahlo viva esa adquisición de algo suyo tan íntimo como una tragedia más en su existencia.