“Yo conocí a Gardel. El era amigo de mi padre y una vez nos visitó en casa cuando yo era chica”, recordó Nelly Omar, la cantante bautizada alguna vez como “la Gardel con polleras”, mote que ella luego prefirió cambiar. La imagen de un Gardel “gordo y peinado con la raya al medio” aun domina la memoria de Nelly, (quien a los 93 años acaba de llenar el Luna Park) y quien conoció al Morocho del Abasto en 1918. “El recuerdo es breve pero fuerte, me quedó grabado” –dijo-. “En una gira de 1918, Gardel pasó por el pueblo (Guaminí), junto al cantor uruguayo José Razzano que, junto a otros vecinos, vendieron las entradas para la presentación, que se hizo a teatro lleno”. Luego de la función, los artistas pasaron por la casa de Nelly y fue cuando ella, junto a sus nueve hermanos, pudieron ver a Gardel por la ventana porque su padre, ‘un buen italiano’, -comentó- no dejaba a los niños mezclarse con los adultos. “Mi papá, que era amigo de Gardel, tenia muchos discos de él y de otros grandes cantantes. Así empecé mi carrera cantando esos temas”, recordó Nelly.
Entrevista a Nelly Omar – Crónica – 24-06-05
(Adelanto del libro de Juan Carlos Jara “Voz de alondra. Una biografía de Nelly Omar”, a ser publicado este año (201) por la editorial del Instituto Superior Dr. Arturo Jauretche, de Merlo, en su colección “Nomeolvides”).
Hasta esos días iniciales de la década del ‘50 la entusiasta adhesión de Nelly al gobierno peronista se había traducido básicamente en ofrecer su tributo artístico a cuanta jornada de celebración oficial tuviera lugar.
En muchas ocasiones ella misma ha contado que esa labor de simpatizante desinteresada no le valió ningún tipo de prebenda o, simplemente, de remuneración por su trabajo. Como Martín Fierro, también Nelly podía haber cantado: “dentro en todos los barullos / pero en las listas (de cobro) no dentro”.
A título de ejemplo verificamos su presencia en la celebración del “Día de la Lealtad” de 1949, actuando junto a Charlo y Mercedes Simone, en una emisión radial organizada por la subsecretaría de Informaciones que se transmitió en dúplex a todo el país por las radios El Mundo y del Estado (hoy Nacional). En esa ocasión la acompañaron las guitarras de Grela, Zaldívar y Márquez. Al año siguiente, el 4 de junio participa de un programa similar por radio del Estado, junto a Charlo, Agustín Irusta y Sabina Olmos.
No obstante su vieja amistad con Eva Perón, ésta no fue aprovechada por Nelly para ascender con ayuda oficial algún escalón más en su carrera artística. Sólo una vez, y no porque Nelly se lo pidiera, Evita intercedió para que se le ofreciera un contrato en radio Splendid. “Ella no entendía cómo los compañeros no me concedían un espacio”. Es que Evita admiraba verdaderamente su estilo de canto “y mucho más que cantara las cosas nuestras”.
Retribuyendo ese gesto, pero más que nada por su firme convicción interior y como aporte a la campaña por la reelección presidencial de Perón, Nelly estrenará en radio El Mundo y grabará en 1951, con la orquesta de Domingo Marafiotti y el coro de Fanny Day, la marcha de Antonio Helú “Es el pueblo”, dedicada a Evita:
Es la gente agradecida
En los campos y ciudades
Que hoy recoge las bondades
Que sembró tu abnegación.
Es el pueblo que te aclama,
Eva Perón.
Es el pueblo que te ama
de corazón,
En la faz opuesta del disco se encuentra una de las milongas que a partir de allí se vincularán más estrechamente al costado político de su personalidad, “La descamisada”, del mismo Helú con versos del poeta de Bragado Enrique P. Maroni:
Soy la mujer argentina,
la que nunca se doblega
y la que siempre se juega
por Evita y por Perón.
Yo soy la descamisada
a la que al fin se le escucha,
la que trabaja y que lucha
para el bien de la Nación.
Como cada vez que el ala de la revolución comienza a agitarse, la exaltación política (hoy se le diría crispación) alcanzaba entonces grados de fervor pocas veces vistos. Pese a que aquélla, registrada bajo el sello R. C. A. Víctor, fue una grabación particular, fuera de comercio, “Es el pueblo” y “La descamisada” –sobre todo esta última- integraron desde entonces el repertorio habitual de Nelly en cada una de sus presentaciones personales.