¡Ustedes, los Estudiantes, son Todos Zurdos!
“En 1947 entré en el servicio militar (…). Recuerdo que una vez estábamos en Campo de Mayo y cuando me bañé, como no teníamos toalla, agarré una bandera con la que me empecé a secar delante de una ventana. En ese momento pasó el general Solari, que me vio. EI tipo frenó y vino y me dijo: ‘Aspirante, ¿qué está haciendo?’. Le respondí: ‘Me estoy secando, mi general’. Él me contestó: ‘¡Pero con la bandera, desgraciado!’. Yo le dije: ‘¡Uy, no me di cuenta, mi general!’. Entonces me gritó: ‘¡Ustedes, los estudiantes, son todos zurdos, son todos zurdos!’.
José Luis Mangieri (Poeta, editor, ciudadano ilustre) – 28-03-07
Colimba Patagónica
No sé qué se va a Poner Cuando Haga Frío
Transcurría el mes de junio en la unidad del Ejército enclavada en la pre cordillera de una provincia sureña. Los soldados al pie de la cama y en ropa de dormir, soportaban la revista del suboficial de semana. El cabo, con mirada inquisidora, se detuvo ante un conscripto.
Este, debajo de la camiseta reglamentaria, tenía un grueso pullover. Un par de medias de fútbol rojas, ocultas por las medias comunes, completaban el equipo extra. El superior lo miró con desprecio y exclamó: “No sé qué se va a poner cuando haga frío.”
Afuera hacía quince grados bajo cero. Pero el hombre sabía de qué hablaba. Un mes después, la temperatura descendió a veintidós grados bajo cero.
Irán al Pueblo con los Fusiles Descargados
Noviembre de l972. La inminente llegada del General Perón al país había puesto a las Fuerzas Armadas en estado de alerta máxima. Previendo que se registraran disturbios, los soldados habían sido entrenados en la represión de manifestaciones populares.
El jefe de compañía, un teniente primero, daba las instrucciones:
Preguntó un recluta escéptico.
Insistió el mismo preguntón.
Se resignó el jefe, abriendo los brazos en gesto de impotencia y dando por terminada la instrucción.
¿Qué Hacés vos Acá?
El colimba era uno de esos muchachos populares en el barrio. Cuando cumplió el mes de licencia y debía regresar al cuartel en Neuquén, sus vecinos lo despidieron con una ruidosa fiesta. Finalizado el festejo y próxima la hora de partida, unas cincuenta personas, incluidos chicos, lo acompañaron a Plaza Constitución.
Entre llantos, abrazos y recomendaciones, el soldado abordó el tren que lentamente se alejó del andén en medio de la tristeza general.
Dos horas después, el conscripto apareció en la cuadra de su casa, con el bolso y el pilotín aun colgando del brazo. Un asombrado vecino que había colaborado con la despedida lo interrogó sin salir de su sorpresa:
El joven con voz pastosa y hediendo a alcohol respondió:
– Me bajé en Temperley. Estaba extrañando.
Ángel Pizzorno en la Patagonia – 1972
¿Les Gustó la Joda?
“No recuerdo si fue el mismo día o un par de días después del 22 de agosto de 1972. Estaba cumpliendo el servicio militar en la Compañía de Policía Militar del Comando en Jefe de la Fuerza Aérea. Nuestro asiento era la Base Aérea Militar Aeroparque y prestábamos servicios como guardia del Edificio Cóndor. Ese día se festejaba algo en la compañía por lo que se había organizado un asado para toda la oficialidad y los soldados. Al llegar a la base muy temprano nos llamó la atención que en la cabecera de pista del Aeroparque estaba estacionado un Hércules C-130 de transporte de tropas. En esos días era comentario general los sucesos de Trelew.
A media mañana, el ambiente se había puesto algo pesado y comenzaron a correr versiones de todo tipo, se habían cortado todas las comunicaciones con el exterior y nadie podía hacer llamadas telefónicas. Los soldados de Sala de Armas recibieron la orden de preparar armamento para combate lo más rápido posible. No pasó mucho tiempo para que nos enteráramos de que la mitad de la compañía había sido designada para viajar a Trelew para hacerse cargo de la seguridad del aeropuerto y de la ciudad. Se pueden imaginar cómo estábamos.
Al mediodía llegó la superioridad del comando y la tensión se acentuó. Todos teníamos un nudo en el estómago, y nadie desfrutó del asado. Terminado el almuerzo, nos dieron orden de formarnos en la Plaza de armas en dos grupos. A la derecha la sección que viajaba a Trelew y a la izquierda la que se quedaba a cubrir guardia del Edificio Cóndor. A mí me había tocado la formación de la derecha, por lo que tenía un cagazo que ni les cuento. El vicecomodoro se paró frente a la formación y nos dijo que era la hora de prestar verdaderos servicios a la patria, etc. Terminada la arenga, se acercó a la formación que viajaba y nos saludó uno por uno deseándonos suerte. Cuando saludó al último se encaminó nuevamente a su lugar frente a la tropa y cuando volvió a darnos la cara nos dijo: ‘¿Les gustó la joda?’ Lo queríamos matar. Nos había hecho pasar un día de perros. Pero sólo nos reímos y festejamos su broma.”
Por Martín Rodríguez y Federico Scigliano – Ni a palos – Suplemento Joven – Miradas al Sur – 23-08-09
El Caso Carrasco
El Caso Carrasco fue un proceso judicial llevado a cabo para esclarecer la muerte de Omar Carrasco, asesinado en 1994 mientras cumplía con el servicio militar obligatorio en la guarnición militar de Zapala, provincia de Neuquén, Argentina.
La historia oficial dice que su muerte se produjo apenas tres días después de su ingreso como consecuencia de un hemotórax producto de una golpiza que le dieron dos conscriptos durante un «baile», el eufemismo de la jerga militar que alude al castigo físico. Según esa misma historia oficial, la orden habría sido dada por un subteniente.
El hecho en sí y los conflictos generados por el mismo tuvieron repercusión a nivel socio-político en la Argentina y es considerado uno de los motivos por los cuales se suspendió la ley N.º 3948 que establecía el servicio militar obligatorio en Argentina. Si bien hubo intentos de reinstalarlo, la mala imagen que quedó luego de este caso genera aún roces en esa discusión.
Consecuencias Políticas
Una semana después de la aparición del cadáver, en los círculos políticos ya se hablaba de la derogación del Servicio Militar Obligatorio y tiempo después fue suspendido, mediante un decreto firmado por el entonces Presidente de la Nación Argentina, Carlos Saúl Menem el 31 de agosto de 1994 y la implementación de un sistema de voluntariado rentado.