El 17 de marzo de 2004, un hecho policial puso en marcha uno de los episodios político – institucionales más importantes desde diciembre de 2001; el llamado “fenómeno Blumberg”.
Esa noche el joven Axel Blumberg, un estudiante de 23 años, fue secuestrado en las cercanías de la casa de su novia, en la zona norte del Gran Buenos Aires. Como es habitual en estos casos, los captores se comunicaron con la familia de la víctima para exigir rescate.
El padre de Axel, el ingeniero Juan Carlos Blumberg hizo la denuncia ante la fiscalía correspondiente y así comenzó una espera interminable.
Cinco días más tarde, los secuestradores le ordenaron a Blumberg llevar el dinero del rescate a un punto determinado de la autopista Panamericana. En el medio se registró un tiroteo entre secuestradores y policías y el joven una noche alcanzó a escapar de los delincuentes pero fue recapturado. Se cree que la víctima alcanzó a verles las caras, lo que fue su sentencia de muerte. El cuerpo del muchacho apareció en La Reja, partido de Moreno; tenía un disparo en la cabeza.
Ya fuera por el impacto que el trágico desenlace provocó en la opinión pública o porque la ciudadanía había llegado al hartazgo con el drama de la inseguridad, lo concreto es que el caso tuvo una repercusión inusual. La noticia del asesinato ocupo a todos los medios de comunicación y entonces Juan Carlos Blumberg no ahorró críticas al trabajo de la fiscalía que intervino en el hecho y al poder político, al cual responsabilizó en primer término por el auge delictivo, ya que a su juicio, el marco jurídico vigente era inapropiado. Por otra parte, acusó de ineficiente a la cartera de Seguridad bonaerense, en cuyo territorio se registraban la mayoría de esos ilícitos.
En el caso de Axel, su padre afirmó que la policía tuvo instrucciones incorrectas, ya que su accionar habría determinado la ejecución del muchacho por parte de los delincuentes. El hombre se comprometió ante la tumba de su hijo, a iniciar una cruzada para modificar la situación de inseguridad en nuestro país y como primer paso, invitó a una concentración masiva frente al Congreso de la Nación.
La cita se fijó para el jueves 1 de abril de 2004. En los días previos, una cadena de mails invitaba a participar del acto y los principales medios de comunicación fueron parte de la convocatoria. El anochecer de ese jueves presenció una multitud estimada en 150.000 personas. Infinidad de velas blancas enmarca el reclamo de seguridad ante el palacio legislativo, donde Blumberg hizo una breve alocución en la que delineó su pensamiento acerca del cuadro de situación en materia de seguridad pública, y dio a conocer los ejes de su propuesta. Aplausos y un reiterado grito:
“justicia, justicia”
acompañaron sus palabras en la gigantesca asamblea. El poder legislativo acusó el impacto de la manifestación y entonces, ambas cámaras se abocaron al análisis de algunas propuestas sugeridas por Blumberg.
Se trataba básicamente, de reformar la ley de armas, no utilizar las comisarías como centros de detención, aumento del presupuesto judicial, bajar la edad de imputabilidad a menores, juicio por jurados y otras medidas que incursionaron claramente en el terreno político; a saber: eliminación de las llamadas “listas sábanas” en las elecciones, implementación del voto electrónico y otras modificaciones.
En agosto del mismo año el fundador de la Cruzada Axel, convocó a la segunda concentración frente al Congreso Nacional. Según el ingeniero Blumberg, participaron 120.000 personas; la Policía Federal estimó en 30.000 el número de asistentes. De todos modos, se repitió el clima del primer encuentro y el acto cobró un tono más participativo cuando ante cada frase significativa del orador, la multitud respondía con un estribillo:
“Blumberg no se vende…”.
En años posteriores siguieron otras marchas, pero con menor número de asistentes, ya que Blumberg comenzó a ser cuestionado desde algunos sectores, por algunas declaraciones suyas.
A su vez, cuando el referente se reunió con el gobernador bonaerense Felipe Solá, en la Casa de la Provincia de Buenos Aires a metros del sitio de la concentración, los manifestantes apoyaron a Blumberg:
“Y pegue… y pegue Blumberg pegue”.
Al salir del encuentro con el mandatario provincial, Blumberg informó a sus seguidores quienes poco después se desconcentraron.
La banda que asesinó a Axel ya había realizado otros secuestros extorsivos y finalmente, la policía la desarticuló. Fueron capturados e imputados 16 integrantes. Las condenas alcanzaron a 12 y cuatro fueron absueltos. De los imputados, sólo ocho participaron del secuestro de Axel y otros cuatro fueron condenados por diferentes delitos y otros tres secuestros extorsivos. El jefe de la banda era Martín “El Oso” Peralta (hoy, 39 años); quien recibió una condena a perpetuidad y otros miembros condenados fueron: José Jerónimo Díaz (40) sindicado como quien disparó a Axel, también recibió reclusión perpetua; su hermano Carlos Saúl (34), 17 años de cárcel, menor al momento del hecho; Sergio Damián Miño (39), entre las condenas mayores.
La llamada “Propuesta Blumberg» siguió un camino zigzagueante ante los poderes públicos, ya que de las medidas incluidas en los petitorios presentados en el Congreso de la Nación y el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, algunos fueron implementados pero otros no.