No existen muchos personajes del noveno arte que hayan sido adaptados tantas veces como lo fue Batman. Entre películas live action, animadas y los seriales en la década del ‘40 se pueden contabilizar más de cuarenta títulos, sin contar otros proyectos cinematográficos en donde el personaje tuvo una participación fundamental.
La última aparición en solitario de Batman fue en el cierre de la trilogía de Christopher Nolan en el año 2012. El protagonistas fue Christian Bale y el film se llamó El Caballero de la Noche asciende. Aquellos tres largometrajes contentaron a los fanáticos, crearon un universo más anclado en la realidad, en conjunto con una actuación insuperable de Heath Ledger encarnando al Joker, interpretación que le valió un Oscar póstumo como mejor actor de reparto.
La vara estaba alta, y pese a que el personaje tuvo una continuidad en Batman v Superman: El Origen de la Justicia y la posterior Liga de la Justicia —en donde Ben Affleck fue el encargado de darle vida al superhéroe, generando algunas controversias en el camino— tuvieron que pasar diez años hasta el estreno de una nueva aventura en solitario del guardián nocturno de Gotham City.
Esta nueva entrega —que parece ser el inicio de una saga y un universo aún más grande que se expandirá en dos series televisivas— fue dirigida por Matt Reeves, uno de los mejores dentro de su campo en la actualidad. El hombre fue responsable de Cloverfield, El amanecer del Planeta de los Simios y su secuela, La guerra por el Planeta de los Simios. También hizo la muy buena remake de Déjame entrar, una maravilla proveniente de Suecia que aborda los vampiros con una complejidad y sensibilidad espectacular.
El director también co-escribió el guión junto a Peter Craig, y se nota desde la escritura que apelaron mucho al material original de las historietas. Si bien el look de Batman vuelve a ser el de una armadura más cercana a las películas de Nolan que a los cómics, se nota que los dos escritores leyeron, y mucho, Batman. La principal influencia es obvia para los lectores del noveno arte: El Largo Halloween. Escrita por Jeph Loeb y dibujada por Tim Sale, esta “novela gráfica” nos remonta a los primeros años del Encapotado, consolidando su relación con Jim Gordon (que aquí todavía no es comisionado, al igual que en el film) y persiguiendo a un asesino serial que ataca sólo en épocas festivas. Catwoman juega un rol protagónico mientras que la mafia de Gotham City parece dividirse la ciudad a placer. En el medio, la ecléctica paleta de villanos del héroe hacen sus apariciones, algunos con más protagonismo que otros. Pero el corazón de la historia es un policial noir con todas las letras.
Esta estructura noir se respeta en The Batman, que hoy está llegando a las pantallas grandes de toda Argentina, y después de muchísimos años el público puede ver una historia del mejor detective de las historietas resolviendo un misterio.
El argumento gira en torno a un misterioso asesino serial, El Acertijo, quien comienza a asesinar diferentes personas de distintos estratos sociales sin una relación aparente entre ellos. El hombre utiliza el poder de las redes sociales para difundir su mensaje, mientras va dejando pistas para Batman, quien transita su segundo año como vigilante. El teniente Gordon es uno de los pocos policías que confían en la pericia del héroe, y juntos se embarcarán en la ardua tarea de dar cacería al asesino antes que, como dice desde el comienzo, termine con su violento plan de desenmascarar las mentiras y la corrupción de una ciudad consumida por las mafias y los negocios turbios. Selina Kyle —aún no se la conoce como Catwoman acá— se cruzará en el camino del dúo, pero con una agenda propia que la ubica en la línea fina entre “buena” y “villana”, línea que en las historietas está cruzando permanentemente.
El film va a satisfacer a los fanáticos de Batman de primera hora, a los fans del género de superhéroes y a los del cine en general. The Batman es un film pulido, meticulosamente diseñado para enganchar al espectador con el misterio, las escenas de acción y la exploración de un mundo que hemos visto ya cientos de veces pero que, gracias a la pericia del director y su equipo técnico, no se siente como un reciclado de otras versiones sino como algo original.
Reeves decide correrse del montaje frenético que parece imperar en las películas de superhéroes y nos regala planos que pueden llegar a durar diez o más segundos. El director no se mete cámara en mano en medio de la acción sino que se aleja un poco, con planos que utilizan pocos movimientos para permitir apreciar los detalles de los escenarios, la crudeza de las batallas y la espectacular fotografía a cargo de Greig Fraser, cuyo trabajo se pudo apreciar el año pasado en Dune y en varios episodios de The Mandalorian. En el aspecto estético esta obra es preciosista, delicada, cuyo estilo está diseñado exclusivamente para ser apreciado en la gran pantalla.
Todos los elementos técnicos junto a las actuaciones terminan de conjugarse con una banda sonora impresionante, por momentos minimalista, por momentos grandilocuente, creada por el genio Michael Giacchino. Las orquestaciones anteriores de Danny Elfman (Batman, 1989) y Hanz Zimmer (trilogía de Nolan) son perfectas e icónicas, y de entrada la tarea parecía difícil para cualquiera que les siguiera los pasos. Aquí el compositor parece haber logrado una síntesis perfecta entre aquellas paletas sonoras, sin perder la identidad propia pero creando algo nuevo. Giacchino se consolida como uno de los músicos más importantes de la industria y le añade otra obra maestra a su ya reluciente currículum.
Las actuaciones son todas de primer nivel. El elenco es estelar, pero el film se llama The Batman, y él es el foco principal. Robert Pattinson le da vida a una versión tan brutal como cerebral del héroe. La primera aparición de él se carga a un ejército de malvivientes bajo la lluvia, y en la escena siguiente lo vemos analizar pistas en una escena de crimen, sobrepasando a expertos forenses en un par de minutos. Pattinson consigue crear una criatura atribulada, un poco mareada por su ciego sentido de la justicia, que aún intenta encontrar su lugar en el mundo. Su doble vida como Bruce Wayne parece importarle poco, y al director también: Batman es quien ocupa más tiempo en pantalla, algo más habitual en las historietas pero no tanto en el cine. Los actores suelen querer quitarse la máscara seguido, pero acá Pattinson abraza la capucha, la porta con orgullo y sentido de la responsabilidad por el legado.
Esta nueva versión de Batman apela a crear miedo en sus enemigos sin la necesidad de subir el tono de voz todo el tiempo. El actor encontró un tono profundo para vocalizar, que impone respeto y presencia en complemento con la mirada. El protagonista habla muy poco —probablemente sea la versión que menos habla— pero lo que no dice lo transmite con el cuerpo. Robert Pattinson da una actuación repleta de matices, no le pesó el traje y es el componente fundamental delante de cámara para que la película sea un triunfo.
El Teniente Gordon, aliado estratégico de Batman, es el otro ingrediente con los que se logra que las casi tres horas de metraje se sientan como la mitad. Jeffrey Wright tenía otros zapatos gigantes que llenar tras la fabulosa interpretación de Gary Oldman, pero cualquier atisbo de duda se desvanece a los pocos minutos de ver su interpretación en la pantalla. Wright genera una química excelente con Pattinson, y verlos trabajar codo a codo durante gran parte del metraje es oro.
El resto del cast es impresionante y todos tienen momentos para brillar. Paul Dano es El Acertijo, y si bien no aparece tanto como uno esperaría por las campañas promocionales, cuando lo hace se nota que se ha investigado sobre psicópatas asesinos seriales y que ha leído muchas historias en donde su personaje es el protagonista. En algunas partes su actuación está muy cerca de la de Ledger en cuanto a forma —no a resultados, hay un abismo de diferencia pese a la excelencia de Dano— pero este Acertijo es uno de los villanos del cine de superhéroes más amenazantes que hemos visto en pantalla en las últimas dos décadas.
Zoë Kravitz le da vida a Selina Kyle y, desde el primer momento que la vemos ponerse el prototipo de lo que será su traje en el futuro, no es difícil imaginarla como la futura antítesis de Batman en otras películas. La actriz también consigue crear una química vibrante con Pattinson, cada vez que comparten pantalla se sienten los chispazos entre ambos. En una película repleta de personajes ella consigue destacar entre la muchedumbre, y el juego dual entre “buena” y “mala” le calza como un guante. No llega a la interpretación icónica de Michelle Pfeiffer en Batman Vuelve, pero su Selina es capaz de disputar la atención del espectador incluso cuando Batman comparte pantalla con ella.
John Turturro es el capo mafia Carmine Falcone y, como la mayoría de las cosas que suele hacer Turturro, es un acierto. Por suerte no cae en el estereotipo de “mafioso italiano de cine” que ya hemos visto mil veces, una decisión bienvenida ya que le habría restado mucho al film.
Colin Farrell es El Pingüino, y aún después de haber visto la película y los trailers, el actor sigue siendo irreconocible. Es impresionante el trabajo de maquillaje que se realizó sobre él, que termina de redondearse con la actuación. Cada minuto que le toca aparecer notamos que Farrell se divierte, demasiado, interpretando al mafioso segundón, con complejos por su apariencia física que intenta hacerse un nombre dentro de un ámbito en donde la competencia se disputa a plomo y sangre. Pronto tendrá su propia serie en HBO y, si mantiene este nivel, será un lujo poder ver semana a semana la evolución de este nuevo e increíble Pingüino.
Por último tenemos a Andy Serkis dándole vida a Alfred, rol que Michael Caine elevó a la décima potencia en la trilogía de Nolan. Si bien no lo vemos mucho en esta primera entrega, Serkis es un actor de primera capaz de dar actuaciones excelentes ya sea con un traje de captura de movimientos —el hombre fue Gollum y King Kong— o a “cara lavada”. A este Alfred le queda tela por cortar, seguramente en nuevas entregas, pero lo poco que se vio es muy bueno.
The Batman es una película que está muy cerca de la perfección. El director decidió contar una historia de Batman de principios a fin, y lo consiguió con creces. El futuro del Caballero de la Noche es, paradójicamente, brillante.