Epitafios
Fecha de Publicación:
Epitafio en Dos Palos
Su virtud característica fue su profunda expresividad, que embellecía el timbre a de su voz
Epitafio en Dos Palos

Francisco Fiorentino, cantor y bandoneonista nacido en Buenos Aires en 1905, fue tal vez el máximo exponente entre los cantores de la década del 40.

Se inició como bandoneonista junto a su hermano Vicente, alternado como “estribillista” de Francisco Canaro.

Formó parte del conjunto Los poetas del tango y actuó con la orquesta de Ricardo Malerba. Pero fue el 1° de Julio de 1937, fecha de su debut en la orquesta de Aníbal Troilo, el día que inicio una prolífica carrera que perduraría hasta 1944, grabando más de 60 temas, entre los que se destacaron brillantes versiones de Barrio de Tango, Malena, El Bulín de la Calle Ayacucho, Gricel, Pa´que Bailen los Muchachos, Tinta Roja, Mano Brava, A Bailar (tango con el que la orquesta cerraba su actuación), entre otros.

Francisco Fiorentino – Aníbal troilo y Alberto Marino

La revista Platea reseñaba en el año 1961, a 6 años de su muerte, acaecida trágicamente en un camino mendocino el 11 de septiembre de 1955: “Cuando realizo la gira por Mendoza hacía tiempo que había abandonado a Aníbal Troilo y con él a la mejor parte de su carrera”

Pero antes de Fiorentino había llegado a ser el prototipo del cantor de orquesta popular. La labor que cumplió como vocalista de Aníbal Troilo no ha sido superada en ese género. Había ingresado en 1939 después de actuar como “estribillista” en los conjuntos de su hermano Vicente, de Juan Carlos Cobián, Roberto Zerrillo y Pedro Maffia. Era alumno del maestro Bonessi (con quien tomaron clases Gardel, Razzano, Azucena Maizani y Corsini) y, durante casi toda su carrera, muy aplicado al estudio. Cuando se asoció a Troilo corrió un riesgo: no era la época de los cantores de orquesta. No obstante, la calidad de sus versiones comenzó a dar categoría a esa tarea, y éxitos como Tinta Roja, Desvelo, Toda mi vida, Margarita Gauthier, transformaron la supuesta condición subalterna en una colaboración irremplazable. Fue el primero en cantar íntegramente un tango con un grupo orquestal. (Antes solo se cantaba el estribillo). Dueño de un ritmo personalísimo, uno de sus recursos era dejar a la orquesta adelantarse y seguir a la zaga sin perder el compás.

Pero su virtud característica fue su profunda expresividad, que embellecía el timbre a de su voz.

Cruz de Palo en el Lugar del Accidente

De todo eso quedan sus grabaciones, la memoria de sus admiradores. Y en Mendoza, en el recodo de un camino, dos palos gruesos que recuerdan su muerte con la inscripción: “En este lugar murió trágicamente el cantor Francisco Fiorentino – 11-09-55”. Ese ahogo insólito, en veinte centímetros de agua”.

Temas
Comentarios
Reflexiones de un Nuevo Día
Siembra… y Cosecharas…

Siembra… y Cosecharas…

El proceso de mediación es voluntario, confidencial, flexible, neutral e imparcial en la búsqueda de la autocomposición de los protagonistas. Buscan en forma colaborativa una solución que satisfaga a ambos preservando el vínculo a futuro.
Miscelaneas
Vuelta de Obligado

Vuelta de Obligado

No fueron pocos los argentinos que en su afán de derrocar la “tiranía”, no dudaron en llamar a las puertas de embajadas y cancillerías de las grandes potencias ofreciendo su país como moneda de cambio.
Columna
Efecto Espejo

Efecto Espejo

Hay una novela del escritor checo Milan Kundera que se titula “La Insoportable Levedad del Ser”, a veces se nos hace insoportable sobrellevar lo que somos, por más bienes patrimoniales, por más fama o reconocimiento que se tenga.
- Central -
El Ojo Austral

El Ojo Austral

“El Ojo Austral. De Guamán Poma de Ayala a Perón: una historia de la geocultura del Sur de Nuestra América, centrada en Malvinas y la Antártida Suramericana”. Edit.SB - Buenos Aires, 2024. Es una obra de absoluto rigor histórico y científico.
Al Pie de la Letra
Cometierras de Dolores Reyes

Cometierras de Dolores Reyes

Cuando era chica, Cometierra tragó tierra y supo en una visión que su papá había matado a golpes a su mamá. Dolores Reyes ha escrito una primera novela terrible y luminosa, lírica, dulce y brutal, narrada con una voz que nos conmueve desde la primera página.
Columnistas
Más Artículos