Los largometrajes que tratan sobre los loops temporales suelen ser fascinantes. El ejemplo paradigmático de este pequeño sub-género es El día de la marmota, una comedia dirigida por Harold Ramis y protagonizada por Bill Murray y Andie MacDowell, en donde Phil Connors (Murray) se encuentra atrapado en el famoso “día de la marmota” y repite, todos los días, el mismo día. Este bucle de tiempo lo obliga a replantearse cómo se manejó en su vida, le cambió las prioridades y obligó al protagonista a madurar, a crecer. El día de la marmota es un clásico del cine moderno, es una de las mejores comedias de la historia, y utiliza el recurso narrativo de ciencia ficción para contar las desventuras cotidianas de un hombre común y corriente.
En el 2004 el escritor japonés Hiroshi Sakurazaka junto al ilustrador Yoshitoshi Abe crearon una novela de gran éxito, titulada Todo lo que necesitas es matar (All You Need is Kill, juego de palabras con la popular canción de The Beatles All You Need is Love) en donde se narran las desventuras de Keiji Kiriya, un soldado que lucha en la guerra contra una raza alienígena llamada Mimics. Kiriya es novato en su trabajo, y tras morir en el campo de batalla despierta un día antes de su deceso, y se ve obligado a repetir todas las acciones que lo llevaron a ese punto crucial. A medida que su muerte se repite una y otra vez, Kiriya va evolucionando y se convierte en un guerrero implacable, gracias a ese bucle temporal donde se encuentra atrapado.
En el 2014 el dibujante Takeshi Obata y el guionista Ryosuke Takeuchi adaptaron la novela en un manga. Se publicó en la revista Weekly Young Jump y se compiló posteriormente en dos volúmenes, que en la actualidad se pueden conseguir en edición local mediante la editorial Panini.
Desde la publicación del manga en Estados Unidos la idea de realizar una adaptación circuló por distintas productoras. Muchas declinaron la opción de tomar el proyecto porque consideraban a la historia “demasiado compleja”. Pese a esto, en el 2010 Warner Brothers compró los derechos y encargó la escritura de un guión, junto a la contratación de Doug Liman. El director ya tenía experiencia dirigiendo películas de acción como las aclamadas Identidad Desconocida y La Supremacía Bourne, y había incursionado en la ciencia ficción con Jumper, un largometraje que a menudo pasa desapercibido entre los fanáticos del género.
Pese a tener varias versiones del guión a cargo de cuatro escritores diferentes, Liman contrató al director Christopher McQuarrie, quien en el 2012 estaba dirigiendo a Tom Cruise en el film Jack Reacher. El actor había sido anunciado como el protagonista del Al filo del mañana (que en aquel entonces mantenía el título original All You Need is Kill, después pasó a llamarse Vive. Muere. Repite hasta llegar a la nomenclatura final) y fue él quien ofició como nexo para que McQuarrie se sumara como guionista. Esta colaboración resultó fundamental, ya que originalmente la historia era mucho más oscura, no contenía muchos pasajes humorísticos que tanto el director como el protagonista consideraban fundamentales para favorecer la narrativa.
Emily Blunt fue la segunda adición al elenco, y la actriz se puso de inmediato a entrenar para poder conseguir las habilidades físicas necesarias para encarnar a un soldado de élite en medio de una guerra contra una raza alienígena feroz. No sólo tenía que poder dar la talla para un rol de acción, sino que tuvo que superar (al igual que Cruise) el obstáculo que presentó el pesado traje de combate diseñado para la pantalla. Rita Vrataski, su personaje, probó ser uno de los favoritos entre los espectadores, a menudo más recordado que William Cage, encarnado por Cruise.
La historia tomó la premisa de la novela japonesa original y mudó el escenario a Europa. Allí se desarrolla una guerra, en apariencia imposible de ganar, contra los invasores extraterrestres. Cage, miembro de la milicia pero sin experiencia en combate —se desempeñó como encargado de las relaciones públicas del ejército estadounidense— recibe la orden inapelable de pelear en el frente, y de un día para el otro su vida cambia drásticamente.
Ya en Francia, Cage se pone a las órdenes del Sargento Farell (Bill Paxton), quien lo asigna a una compañía y lo pone en el campo de batalla. La primera ofensiva que le toca al inexperto soldado es un fracaso total: en pocos minutos muere intentando combatir a uno de los aliens, junto al resto de su batallón.
Pero el film no termina ahí. Cage se despierta el día previo a su muerte, con los recuerdos del día anterior. Al darse cuenta que tiene intacta su memoria del futuro, intenta advertirle a sus superiores sobre la información que tiene, pero se topa con la incredulidad del resto. No será sino hasta que conozca a Vrataski, una heroína y veterana de guerra, que conseguirá utilizar el nuevo recurso, que podría darle una ventaja para detener la invasión.
Vrataski empieza a entrenar todos los días a Cage, que adquiere experiencia a costa de morir todos los días de las formas más pintorescas, y juntos empiezan a desarrollar una estrategia, intentando descubrir los puntos débiles de los extraterrestres, a medida que forjan un particular vínculo. Ella no tiene ningún recuerdo de él, siempre lo está conociendo por primera vez, pero el soldado no puede evitar ir tomándole cariño a la feroz guerrera a menudo que se suceden sus continuas “resurrecciones”.
Al filo del mañana es una excelente película de acción y ciencia ficción con algunos toques de comedia negra (pocos, pero necesarios) que tuvo un inicio tibio en la taquilla mundial pero terminó siendo un éxito de recaudación, aclamada también por la crítica y la audiencia. Los giros en la trama (que no revelaremos aquí pese a que se estrenó en el 2014) consiguieron que la premisa repetitiva se sintiera fresca todo el tiempo. La narración siempre avanza aunque la historia retroceda permanentemente, junto con escenas de acción impactantes que se vieron beneficiadas gracias a la utilización de efectos prácticos en los sets, dotando todo de realismo.
En el aspecto visual, Al filo del mañana es un largometraje de factura impecable. Los extraterrestres se ven amenazantes porque se muestran poco, lo justo y necesario. El diseño de los exoesqueletos mecánicos con los que luchan los humanos es tan creíble como atractivo. Las escenas de acción evolucionan a la par de las habilidades que va ganando Cage cada vez que muere y resucita. Cada escena se siente necesaria.
La química entre Emily Blunt y Tom Cruise es inapelable. Ambos cargan con el peso de la película, y se desenvuelven a la perfección. También se nota el nivel de compromiso físico de los artistas. En la industria es sabido que Cruise es un fanático de las escenas riesgosas con desafíos técnicos que otros actores no asumirían jamás. A esta altura, Cruise es tanto actor como doble de riesgo. Pero Blunt no se queda atrás, y le regala al espectador un personaje memorable, repleto de batallas espectaculares y diálogos inteligentes.
El éxito de Al filo del mañana parecía garantizar una secuela, algo que Hollywood adora hacer en una era donde la originalidad parece ir en caída libre. Cruise y Liman incluso firmaron un contrato en el 2016 para realizar una segunda parte, pero permanentes retrasos en las distintas etapas de producción, sumado al parate obligatorio que tuvo el planeta en el 2020 parecen haber sepultado las posibilidades de una continuación. Warner Brothers declaró el pasado febrero que tenían la intención de hacer una serie ambientada en este mundo, con la idea de estrenarla en la plataforma HBO Max, pero por el momento no hay mucha más información.
Al filo del mañana se convirtió en un clásico moderno del cine de acción/ciencia ficción, un verdadero espectáculo visual con actuaciones de primer nivel. Se encuentra disponible en Netflix para todos aquellos que quieran descubrir esta gema, o al igual que Tom Cruise, revivir una vez más la guerra contra los temibles extraterrestres.