En La Boca, de la mano de un maestro ejemplar, Juan de Dios Fileberto, vecino y amigo de la familia Quiroga, Rosita dio sus primeros pasos con la guitarra a la edad de siete años. El tango no era por entonces cosa de niñas. De modo que la joven Rosita se inició en el arte del canto al compás de los valsesitos, la zamba y la canción campera. Cantaba en reuniones y fiestas de familia.
Eran los años de Filiberto y Quinquela Martin, La Boca festejaba ruidosos carnavales y Rosita, que vivía en una casa de chapa y madera, se mezclaba en las murgas del barrio. Su debut profesional tuvo contornos particulares; lo corriente era pasar primero la prueba del teatro, después de la radio y finalmente tener acceso a la grabación de discos. No fue ese su caso. Mariano Villar Sáenz Peña, nieto de don Roque, le pidió a Rosita que lo acompañara en guitarra para grabar un disco personal dedicado a su prometida. Se encontraron en los estudios de la RCA Víctor y grabaron, pero Rosita no se fue hasta conseguir que los directivos de la Compañía le tomaran una prueba.
Era el año 1924 y la Quiroga se disponía a grabar sus primeros temas: Siempre Criolla, Echando Buena y La Tipa. Ese mismo año se la escuchó cantar por primera vez en radio L.O.I., una de las primeras emisoras radiofónicas del país. Todavía cantaba canciones camperas aunque poco después paso al tango. Su voz, marcada por acentos de ironía arrabalera, le dio al tango un tono particular de dicción y un estilo que enfatizaba las letras sin excesos dramáticos.
Cantó a dúo Con Rosa del Carril y con Agustín Magaldi; grabó una extensísima discografía, solo superada, entre las cancionistas, por la de Libertad Lamarque. Sus discos se difundieron en toda América y contribuyeron de manera esencial al ingreso del tango en Japón.
Realizo versiones celebres de tango como Julián, Maula, Carro Viejo, Mocosita y De mi Barrrio. Fue amiga de Celedonio Flores con quien firmó un contrato por cinco años para interpretar en exclusivo sus tangos inéditos; así estrenó por ejemplo: Nunca es tarde, Viejo coche, Muchacho y Audacia.
Su vida transcurrió sin demasiados sobresaltos. De La Boca, donde había nacido el 15 de enero de 1901, el éxito la fue llevando al barrio Norte y más tarde a un chalet de Devoto donde vivió con su esposo Mariano Cappielo, directivo de RCA Víctor Contó, entre los admiradores, con dos notables: Eva Perón, que la invitó a su despacho de la calle Perú cuando grabó De mi barrio, uno de los tangos favoritos de la señora, y Julio Cortázar que la recordó como una voz irremplazable del tango.
Murió en Buenos Aires en septiembre de 1984.
Letras de Tango – José Gobello – 1997