Pichuco, una Carpeta de “Zurda”
Antonio Carrizo: – Viendo tus dibujos, no hay duda: el retratista trata de buscar en el alma de la gente. ¿Por qué elegiste a Troilo, como antes a Borges y a Rivero? ¿Por qué plantean fenómenos plásticos o por afecto a sus personajes?
Raúl Perrone:– Solo por sincero afecto a todos ellos.
A.C: -¿Por qué le sacaste el bandoneón de la falda a Pichuco? ¿Por una simple cuestión estética?
R.P: -Como una vez le respondí a una mujer en una exposición: se lo saque, simplemente, porque se me dio la gana.
A.C: – Interesante idea la de manos repetidas, esas manos que se estrechan y señalan, algunas en el cuerpo del gordo y otras fuera de él. Esto me recuerda cuando una vez le dije a Cacho Fontana: “¿Te acordás las manos del gordo?” y él me dijo: “Impresionantes…”
R.P: – Si eran manos de ángel, delicadas… Aún recuerdo que en su velorio estaban nada más que su cara y las manos del gordo…
A.C: -¿Por qué aparece Tita Merello en uno de tus dibujos?
R.P: – Porque en Tita se refleja todo Buenos Aires.
A.C: – Yo siempre he creído que el artista es un hombre que busca un orden nuevo. Y así murió Pichuco: joven, en plenitud de fama, en un orden que alguien había predestinado y preparado para él.
No me cabe duda que tu carpeta será bienvenida. Tiene un orden y está hecha de corazón. Como diría Troilo: “de zurda…”
Conversación mantenida entre Antonio Carrizo y Raúl Perrone en los estudios de Radio Rivadavia
Pichuco Una Suerte de Amoroso Bolsillo Dado Vuelta para Afuera
“Desde algunos años a esta parte, hay quienes quieren correrme con los ponchazos de unos racimos de notas decía Pichuco –. Y yo… yo les mato a silencios”.
Pero él no mata a nadie, sino que desagua resplandeciente y cordial su vida en nuestra vida. Caerá dando ventajas, porque al igual que su fraterno Alfredo Gobbi, ha vivido dando ventajas, y porque da ventajas se piensa mejor sino quien, como él, puede, porque discurre la existencia en ánimo anterior de darlo todo.
Y qué manera de darse la suya, qué manera tan linda, la manera elegante da haciéndolo sentir al otro, siempre merecedor de eso que recibe: qué amigo Troilo!
En la acongojada hilera de cuatro en fondo que el dolorido lunes 19 de mayo de 1975, y con seducción de abrazo empieza en la calle Corrientes, sigue por Montevideo, dobla por Sarmiento y por Paraná vuelca su húmedo mimo funeral en la capilla instalada en el Teatro San Martin donde está el ya exámine, por menos la mitad de la gente, alguna vez, en algún tiempo, en aquel cafecillo de la Paternal o en aquel bar de Palermo, esa noche del asado en San Miguel o aquella otra que la orquesta tocó en Chile o en Montevideo, siempre Troilo cerciorado de ser deudor y jamás acreedor, apichucándose pichuco hasta la caricia más completa, recibió de él una palabra grata, un convite amplio, un mudo manojo de efectos con ese ladear si cabeza de pájaro engominado y encantado, pero con y pajares hecha para entibiar tras las nidos, con que el gordo había entregado , en ofertorio interminable, las iluminaciones de su corazón.
Aníbal Troilo íntegro, era, tocando y existiendo, una suerte de amoroso bolsillo dado vuelta para afuera, aunque con la delicada discreción del que no tiene bolsillos porque ya está desnudo, y solo ante tu propia eternidad y no lo sabe.
Ya viviendo tenía el un estilo como celeste. Una ingenuidad en anchos asombros de angelote que proponía sueltas de ternura en los lentos campaneos de sus ojos – hondos y raros, ojos abrazadores de cada cosa y de cada acontecimiento, como si cada vez fuera el primer ser, la primera cosa y el primer acontecimiento que veían.
Horacio Ferrer – Extractado de “El Libro del Tango” – 1980
A Carlos Marelli
Raúl Perrone tiene una larga trayectoria periodística, que se prolonga hoy a través de sus cotidianas caricaturas en el diario cronista comercial. Esa tarea pudo trascender a un plano menos perecedero, con la publicación de cuatro libros y dos carpetas gráficas, además de un par de sabrosos almanaques con ilustraciones color. Nada concerniente al mundo de la plástica le es ajeno. Sus exposiciones de dibujo y pintura han merecido la consideración de los especialistas.
La lista de sus trabajos es amplia y lo que sigue es apenas una síntesis de su dilatada carrera: “Borges en aerosol” (1979), que comprende 16 ilustraciones con textos de nuestro máximo escritor; “Mi Buenos Aires Rivero” (1983), dedicado a Edmundo Rivero; “Discépolo” (1984) en colaboración con el periodista Osvaldo Ardizzone. Su rica galería de dibujos, retratos y caricaturas, han aparecido en afiches, posters, cuadernos hispanoamericanos (madrileños, entre otros) y en diversos medios del interior del país. Su humor es potente, directo y alusivo a la vez. Se nutre de lo popular, entendido como expresión vital de un pueblo.
Es de esos artistas que no tienen tiempo de repasar lo realizado. Prefiere superarse en el trabajo constante y sin pausa.
Esta carpeta incluye doce reproducciones, correspondientes a sendas obras de Raúl Perrone, y fue presentada el décimo día de mayo de1985, en el Centro Cultural General San Martin, de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Agradecemos a los señores Horacio Ferrer y Antonio Carrizo por su apoyo u colaboración en este lanzamiento.
Esta Edición fue Producida por Estudios Graffit S.R.L
Editor: Roberto Volpe
Diseño Gráfico: Ricardo Auge
Responsable Ausente: Carlos Marelli
Diagramación: Cristina Portalupi
“Letras”: Fabiana Duro
Año de Publicación: 1985