La industria alimenticia argentina tiene una larga historia y muchos de sus productos, son conocidos más allá de nuestras fronteras desde hace muchos años. Algunas de las marcas que identifican a esas elaboraciones, en nuestro país se fueron convirtiendo en sinónimos del producto mismo. Es el caso de Express de Terrabusi. Las célebres galletitas aparecen en el mercado argentino en 1928 y desde entonces, lideraron el rubro de aquellas galletitas que durante décadas se llamaron “de agua” y que más tarde, globalización mediante, se las rebautizó como “crackers”.
La marca Express es inseparable de Terrabusi, el nombre de la empresa que en 1911 fundaron los hermanos Ambrosio, Felipe y Julio Terrabusi en el barrio porteño de Villa Crespo. Aquel primer emprendimiento producía artesanalmente con una veintena de empleados, unas cinco toneladas mensuales de galletas de distinto tipo. La permanente expansión de Terrabusi Hermanos, la llevó en 1919 a instalarse en el que sería su domicilio durante décadas: San José 1060 en el barrio de Constitución. Finalmente en 1963, inauguran el complejo fabril denominado Establecimiento Modelo Terrabusi en la localidad bonaerense de Pacheco.
Pero en 1928, cuando la empresa es conducida por la familia Montagna, la flamante galletita gana la calle con una sola “s” final en su nombre; la segunda “s” se agrega después y con esa grafía cruzó todo el siglo XX.
La clave de la popularidad de Express reside en su sabor particular, que la diferencia del resto de las galletitas “de agua.” El paladar lo percibe como ligeramente emparentado con los panificados popularmente llamados “de grasa”, de fuerte presencia en el gusto argentino. La ventaja adicional es que combina perfectamente con distintos alimentos y permite también elaborar sandwiches o canapés, facilitando la diversidad de comidas. Solas o de base con dulces y salados, hasta almuerzos y cenas de todo tipo y consistencia. Muchas son las opciones que complementan sin inconvenientes.
Esa particularidad la convirtieron con el paso de los años, en un sustantivo, en el nombre genérico de esa franja de galletitas que como prometía un antiguo slogan de Terrabusi, “van con todas las comidas”. A tal punto Express se transforma en la divisa de la empresa, que otra recordada publicidad sugiere: “Dígale sí a Express, dígale sí a Terrabusi”. Dicha consigna fue tan exitosa, que luego se adoptó para las campañas publicitarias de otros productos de la misma empresa.
La concentración empresarial que se registró en la Argentina en las últimas décadas del siglo XX, llevó a que Terrabusi fuera adquirida por la estadounidense Kraft Foods Argentina; de la División Mondelez International. Kraft continuó trabajando con tres plantas industriales en nuestro país: Pacheco y Tres Arroyos en la Provincia de Buenos Aires y Villa Mercedes en San Luis. Llegó a emplear unas 3000 personas elaborando una gama de marcas líderes como: Terrabusi, Tang, Canale, Milka, Mayco, Royal, Capri y las fideeras Don Felipe y Vizzolini.
Express se siguió fabricando en el Establecimiento Modelo de Pacheco, a cuya producción se abocaron unas doscientas personas. Acompañando las nuevas tendencias de consumo surgidas con el transcurrir de los años, Express se diversificó ofreciendo además del sabor tradicional, versiones light y sin sal. El potencial económico y tecnológico que permitió sostener la elaboración de Express en el siglo XXI, fue clave para la permanencia de la calidad y el sabor que caracterizaron durante décadas a la “cracker” más solicitada en nuestro país. Al margen de los cambios de diseño en el envase y la actualización de los códigos publicitarios que inexorablemente impone el paso del tiempo, la permanencia de Express en el favor de los consumidores es parte de las costumbres argentinas culinarias.