La Obra de Pablo Benedini: Identidad y Pertenencia
“Cuando la luna saca mi mascaron a flote
la aventura vacía se puebla de recuerdos,
donde en el remolino de las ondas amargas
una paloma besa la frente de la noche”.
Blues del Barco Abandonado, de Raül González Tuñón.
La obra de Benedini, fiel reflejo de su identidad y pertenencia a su ciudad y a su gente, describe un mundo habitado por hombres y mujeres que recuerdan y sueñan. Con obras como Mujeres Portuarias, Benedini expresa un reconocimiento apasionado no solo a la gente sino a los escenarios poco prestigiosos de la ciudad.
Todo es tema para este artista que, por momentos, una de descriptivo a la imagen surreal. En sus trabajos, el lenguaje plástico se abre para incorporar lo sensorial en infinitos detalles y registrando pequeñas anécdotas. Como constante está su observación de lo cotidiano, su mirar el entorno y los ojos de la gente, en los que se lee su pasado, sus luchas y esperanzas. Sus figuras son ampliamente humanas y están representadas con sus virtudes y sus defectos, trazadas y situadas en su propio tiempo y geografía.
Benedini resulta un personaje inusual, tan difusos y confusos, porque se maneja con unas reglas muy estrictas, basadas en la amistad y la lealtad. Si uno comprende eso, puede comprender el mundo de Benedini. Toda su vida está planteada sobre esos ejes, ya en su época de formación en la Escuela Manuel Belgrano, luego en sus tareas como ilustrador y diagramador de revistas, o cuando colaborada en el taller de Leo Vinci, y también, en su tarea como Director de la Escuela Municipal de Arte de Necochea, así como en sus numerosas actividades como gestor cultural, tanto como en su labor artística.
Benedini, junto al mar, mira emocionado el cielo y ve las estrellas avivadas como fuego. A este artista de Necochea, el puerto de estas tierras le ha dado su identidad particular.
Mariela Alonso
Profesora en Letras y en Historia de Arte, UNLP
Síntesis de la muestra de Pablo Benedini “Cabeza de Playa” en la Galería de Arte Acquaforte en Mayo de 2011 como homenaje retrospectivo desde Buenos Aires a la Necochea natal, como parte de su identidad y pertenencia.