15/10/2020Los ejemplos son interminables. Los hay temerosos de Dios, de la muerte, los prisioneros de las culpas, los jactanciosos, los sorprendidos por La Parca sin darles tiempo a pensar en su paso a una presunta Eternidad. Pero hay un hecho que los iguala a todos: la falta de evidencias de que alguno haya vuelto.